Image: Arturo Benedetti-Michelangeli

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Discos

Arturo Benedetti-Michelangeli

Obras de Mozart, Beethoven, Schubert, Chopin, Schumann, Brahms y Debussy

15 mayo, 2003 02:00

Deutsche grammophon 469 820-2 8 Cds

Reencontrarse con el pianista de Brescia (1920-1995) es siempre un acontecimiento, aunque uno haya escuchado más de una vez las interpretaciones contenidas en este álbum. Benedetti-Michelangeli era por distintos conceptos un pianista prácticamente único. Por su sonido, de una limpieza, de una pureza extraordinarias; por su búsqueda de la verdad de la música, sin pensar en el oyente; por su exactitud y precisión; por su fanática persecución de la perfección; por la magia de su pedal.

A veces -otro gran pianista, Richter, lo hacía- se le reprochó una cierta frialdad. Puede ser, pero esa serenidad, esa belleza irreal, nacidas desde dentro de las obras, observadas a partir de un cuidado obsesivo por el estilo, esa sonoridad de ensueño -que para él debía ser una mezcla de violín y órgano- difuminaban no poco la primitiva sensación.

En esta publicación hallamos algunas de las obras más significativas de su repertorio, más amplio de lo que se suele creer. Por supuesto, hay que citar en primer lugar a Debussy y sus Preludios. Escúchense los mil matices de La puerta del Vino como ejemplo: estamos ante otra cosa; algo único. La variedad acentual, la riqueza de colores de Carnaval de Robert Schumann; la gracia de Mozart (Conciertos 13, 15, 20, 25, con el demasiado contundente Cord Garden al pupitre); la olímpica sobriedad y energía de los de Beethoven (1, 3, 4 y 5 con Carlo Maria Giulini); la línea de exquisita cantabilità de Chopin (mazurkas entre otras cosas); la pincelada evocativa de las Baladas de Johannes Brahms... Todo es resaltable y merece nuestro fervor y nuestro aplauso.