Image: A. Ponchielli
A. Ponchielli
La Gioconda de Amilcare Ponchielli es una, si no la única, de las óperas que Plácido Domingo tuvo en repertorio y que nunca llegó a grabar. De hecho se trata de la ópera con la que se dio a conocer en Madrid, en el Teatro de la Zarzuela, a finales de los años sesenta. Ahora se quita la espina, aunque la voz no tenga ya la frescura de timbre de entonces y, por ejemplo, el "Cielo e mar" no impresiona tanto como en la grabación del aria suelta en uno de sus primeros discos de recital. Naturalmente el papel principal corresponde a Gioconda y a Violeta Urmana no se le pueden poner reparos, lo que sí cabe hacer con el resto del reparto -Luciana D’Intino, Roberto Scandiuzzi, Elisabetta Fiorillo, Lado Ataneli- que no iguala ni de lejos a otros de versiones anteriores y, en especial, a Ataneli, falto de la maldad que el papel de Barnaba precisa. Marcello Viotti dirige con nervio, pero no logra que la publicación sirva para poco más que completar el currículo discográfico de Plácido Domingo.
