La ex niña prodigio Hilary Hahn (Lexington, Virginia, 1979) ha devenido, desde aquel sorprendente debut a los 6 años en Baltimore, en una violinista excelente, que ha elegido para este disco de 2004 una selección de la mejores sonatas de Mozart para teclado y violín. Dos partituras de las llamadas Sonatas de Mannheim o palatinas, K 301 (293a) y 304 (300c), una del grupo siguiente, la K 376 (374d), y la última de la serie, K 526. La instrumentista sorprende por la suavidad y levedad de su arco y por la sedosidad y tersura del sonido, que nos trae a la memoria el cálido timbre de Arthur Grumiaux. Es magnífica la forma de cantar los andantes y notables la elegancia, frescura de acentos y sencillez de exposición. Buen apoyo de la pianista Natalie Zhu.