A mediados del siglo pasado, Buddy Rich compartió su gloria jazzística junto a otros avezados bateristas como Gene Krupa gracias a su labor en orquestas de largo alcance, como las lideradas por popes como Tommy Dorsey, Bunny Berigan o Artie Shaw. Sin embargo, la verdadera personalidad de este instrumentista avanzado alcanzaría su máxima definición en toda la suerte de pequeños grupos que capitaneó entre 1953 y 1961. Este legado, registrado en sellos como Verve, Argo y Emarcy, aparece ahora en una extraordinaria compilación estructurada en torno a una caja de siete discos. El lote evoca íntegramente el febril sentido del swing del baterista, así como sus aproximaciones al universo del bebop. La nota sobresaliente se completa con la participación de jazzistas elevados.