La música de Schreker destaca por su extraordinaria orquestación e invención tímbrica, de signo postwagneriano, y ciertos detalles de un refinado impresionismo. Rasgos que tienen acomodo en la ópera
El sonido lejano, su obra más famosa. En uno de estos dos discos se nos ofrece el
Nocturno de ese onírico drama musical junto a la
Sinfonietta (1917), versión ampliada de la
Sinfonía de cámara, y de la
Obertura Fantástica (1904). Pedro Halffter tiene bien asumido el estilo de esta música, a la que colorea e impulsa con devoción. Se muestra firme en su exposición, al frente de una maleable Filarmónica de Gran Canaria, de los arreglos que hiciera Schönberg del
Cuarteto con piano de Brahms y del
Preludio y fuga de Bach.