Sinfonía n° 3, Górecki
Sinfonía Varsovia, Peruche, Altinoglu
26 noviembre, 2010 01:00Se murió Henryk Górecki, compositor de fama inmensa y pasajera. En 1992, su Tercera sinfonía, con Dawn Upshaw y la London Sinfonietta, vendió la friolera de dos millones de discos. En aquellos tiempos, la doctrina oficial decía lo siguiente: de los compositores polacos, Lutoslawski era el bueno, el comprometido, feo pero honrado, firme en la adhesión inquebrantable al espíritu de su tiempo, y Penderecki era un renegado que había empezado bien, con clusters y follones atonales, pero luego se había dado al dólar y a la música sentimental. De Górecki, para ser sinceros, ni se hablaba. Górecki lo practicó todo: desde el serialismo seco hasta el minimalismo sacro, pasando por un clusterismo muy polaco. La Tercera, facilísima de oír, consiste en tres adagios lamentosos para soprano y orquesta, sin que quede claro quién acompaña a quién. Ingrid Perruche y la Sinfonia Varsovia, orquesta de glorioso pasado, la hacen sonar bonita, gentilmente oscura, más taciturna que trágica. Y uno termina por pensar que aquellos dos millones de ciudadanos, al apelotonarse ovinamente a comprarla, le estaban balando a los compositores: "¡Behehe! ¡Dadnos música digerible!".