La versión que se ofrece no es la habitual, la estrenada en Múnich en 1775, ni la que más tarde, en 1779, prepararía Mozart para transformar la obra en un
singspiel, sino la que vio la luz en Praga en 1796, cinco años después de la muerte del compositor. Se emplea una partitura bautizada como
Namest que conserva el texto italiano. La edición está cuajada de novedades.
En la mayoría de los números se introducen modificaciones: se amplían instrumentos, se retoca la orquestación y se cambian dinámicas e indicaciones de tempo. René Jacobs (Gante, 1946), al frente de la Orquesta Barroca de Friburgo, es un excelente artífice y logra dotar de animación a esta comedia de enredos. El reparto es muy homogéneo y está encabezado por una magnífica Sophie Karthäuser. Todos actúan con soltura, movidos por una batuta ligera, vitalista y elocuente. Sonido muy bueno y excelente presentación. Una interpretación que probablemente sobrepasa a las de Harnoncourt y Cambreling, basadas en la partitura de 1775.