Discos

Pulso entre veteranos y jóvenes en los discos para el otoño

14 octubre, 2016 02:00

Los viejos rockeros nunca mueren, pero conocen la muerte. Nick Cave devasta con Skeleton Tree, el disco que le dedica a su hijo muerto. Resucitan los míticos Pixies con un nuevo álbum; Bruce Springsteen descubre al mundo sus canciones de juventud o se recuperan las míticas grabaciones de Led Zeppelin para la BBC en 1969 mientras Wilco lanzan el fantástico Schmilco. Y el regreso a los escenarios de los españoles 091 después de décadas de silencio se convierte en un emblemático disco en directo con sus grandes éxitos. Es momento también de nuevas voces como la de Angel Olsen, que con My Woman firma su mejor trabajo, o de los españoles Espanto con su pop surrealista. Momento de fusión como la que practica Benjamin Biolay entre la chanson y la música argentina, bombas como el disco que M.I.A. le dedica a los refugiados o el hip hop con influencia del reggae del audaz Young Thug.

Bon Iver: 22, A Million. Folk

Cinco años después de Bon Iver, el disco que lo convirtió en el emblema del revival del folk estadounidense y en icono de la cultura hipster, han pasado muchas cosas en la vida de Justin Vernon. Por ejemplo, su colaboración (quizá inaudita a primera vista) con una estrella blin bling en todo opuesta a su estilo como Kanye West, con el que trabajó en My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010) y Yeezus (2014). Si West salió ganando con el talento de Iver para la melodía y la exquisitez, en este disco puede comprobarse que este a su vez ha aprendido de West a experimentar con la electrónica y de las maravillas de la producción. 22, A Million trata en algún momento de ser oscuro e inaccesible, empezando por el título de esas canciones que se llaman 75-GREEKS o _____45_____. Al principio, la influencia de West es más pronunciada como en esa 10 dEATh bREAst en la que las distorsiones recuerdan a las de Yeezus. Poco a poco, emerge el Vernon pastoril amante de lo bucólico como en esa preciosa 8 (circle).

Angel Olsen: My Woman. Rock

Escuchar la evolución de la compositora y cantante de Chicago Angel Olsen significa adentrarse en una de las voces más personales y arrebatadoras de la contemporaneidad. Olsen comenzó como una cantante de folk en aquel primigenio Strange Cati (2011) en cuya portada aparece sonriendo y joven como una rosa. Aunque han pasado solo cinco años desde entonces, la Olsen de My Woman es una mujer mucho más madura y sofisticada que ha logrado un sonido propio dotado de una enorme personalidad. Hace dos años ya nos conmocionó con el mucho más guitarrero Burn Your Fire en el que desataba su vena más punk. En My Woman la músico pasa de la rabia al desencanto sin abandonar el romanticismo en un disco en el que destaca su magistral capacidad para componer buenas canciones. Hay algo de Pretenders y de Patti Smith en la sabiduría de temas como ese blues de Heart Shaped Face que pone los pelos de punta o la juguetona Shut Up Kiss Me. Junto a Lana del Rey, Olsen es la reina del drama contemporáneo.

Nick Cave & The Bad Seeds. Skeleton Tree. Rock

"Te estoy llamando", así empieza el nuevo disco de Nick Cave en esa desgarradora Jesus Alone con la que abre este "árbol de esqueleto", el disco que dedica a la trágica muerte de su hijo Arthur a los quince años. La conmoción creada por el drama demuestra, una vez más, la poderosa conexión que las estrellas de la música pueden establecer con sus fans y cualquiera se imagina que cuando se predispone a escuchar precisamente "este" disco de Nick Cave la experiencia va a ser intensa. Skeleton Tree es un disco de ultratumba en el que emerge el Nick Cave más espiritual que por momentos le hace parecer Diamanda Galas. En medio de un montón de oscuridad emerge una canción de la belleza lírica de esa I Need You que es uno de los temas más hermosos jamás compuestos por el artista: "Nada importa nunca más". Por suerte ha sacado fuerzas para un álbum tan devastador como bello.

Benjamin Biolay: Palermo Hollywood.

Benjamin Biolay ya comienza a ser un viejo conocido del lugar y con este Palermo Hollywood parece que recupera el "mojo" perdido. Después de su disco homenaje a Charles Trenet, Biolay se marcha a Buenos Aires en busca de nueva inspiración para ejercer su papel de chanteur más francés que una bagette y un croissant al borde del Sena juntos. Biolay es puro cool galo con un pie en Gainsbourg y otro en Aznavour (¡oh, esos tiempos del amor "de verdad"!) y el encuentro con el tango y la cumbia funciona de maravilla en el disco ideal para amenizar cenas chic. Va sin ninguna ironía porque hay talento y hay belleza en este álbum juguetón y divertido en el que Biolay logra un gran dúo con la rapera Sofia Wihelmi de aires tangueros absolutamente sensacional. "Mi romántico cantante francés. Todo absolutamente todo es posible en París y me encanta ser la reina de Palermo Queens" canta Wihelmi en uno de los temazos del año.

091. Maniobra de resurrección. Rock

Como dice la canción, no estaban muertos, estaban de parranda. Banda mítica de la mítica escena española de los 80, cuando la música mainstream española era pop rock de calidad y no música de Miami electrolatina, los granadinos 091 se volvieron a reunir después de veinte años para una gira por toda España que agotó las entradas en todas partes en cuestión de un abrir y cerrar los ojos. Casi los últimos representantes de una etapa de esplendor del rock español que llenaba estadios. ¿Qué fue del siglo XX?, su himno, sigue sonando como una canción emblemática de esa España que alcanza la democracia y sueña con un futuro mejor tras el apagón franquista o esas baladas guitarreras como la de antes como La canción del espantapájaros con esas letras generacionales que se cantan a voz en grito.

Bruce Springsteen. Chapter and Verse. Rock

A sus 67 años, Bruce Springsteen acaba de lanzar un libro de memorias, Born to Run, en el que desvela que detrás de esa energía legendaria se esconde un hombre que ha sufrido fuertes depresiones y para acompañar el disco ha publicado por primera vez cinco canciones inéditas de sus inicios en una especie de disco de grandes éxitos en el que también figuras algunos de sus temas más famosos como The River, Born in the U.S.A. o la propia Born to Run. Springsteen es un artista especialmente querido en nuestro país y esas canciones hasta la fecha inéditas añaden poco a una gloria ya giganstesca. Son temas de juventud en las que la influencia de Chuck Berry o Elvis Presley, los padres del rock, está muy presente y nos permiten adivinar al futuro genio.

Led Zeppelin: Complete BBC Sessions. Rock

Led Zeppelin son a los finales de los 60 y principios de los 70 lo que Nirvana a los 90. Su sonido de guitarras psicodélicas y afiladas nos lleva a toda una época en la que la música de masas obtuvo una capacidad de movilización política y social que no se ha repetido desde entonces. Las BBC Sessions que ahora se publican reproducen una grabación de estudio realizada en el 69 y un concierto en el Olympia de París en 1971. Mucho más allá de Sterway to Heaven, esa canción que sirve para aprender a tocar la guitarra, Led Zeppelin poseen una fuerza espectacular en la que cada punteado de guitarra parece avanzar una nueva forma de entender un mundo que efectivamente cambió. Es rock puro y duro y música emocionalmente intensa que nos recuerda el poder de la música para agitar y remover almas y conciencias.

Wilco: Schmilco. Rock

Durante la década pasada Wilco se convirtieron en una banda de masas que encarnaban la renovación de la tradición musical folk, rock y blues estadounidense. Es un lugar en el que los de Jeff Tweddy nunca dieron la impresión de sentirse muy cómodos y después de dos lustros en los que sus discos se anunciaban a bombo y platillo ahora llevan dos, Star Wars (2015) y este Schmilco lanzados sin previo aviso como si no quisieran molestar y con ir tirando les bastara sin los fastos de antaño. Son discos menos "grandiosos" que los de su etapa de fulgor, más caseros y sencillos y absolutamente deliciosos. Si Star Wars era un disco con mucho bajo y dodis de ironía, Schmilco suena más melancólico y enfadado. Con un tono lo fi, la banda nos seduce con preciosas canciones como el folk Quarters o el indie de I Was Ever a Child, uno de esos temas que uno no puede dejar de escuchar.

M.I.A.: AIM.

La artista Mathangi Arulpragasam, mucho más conocida por su nombre de guerra M.I.A. (Missing in Action) es una londinense de ascendencia tamil (una minoría que vive en el norte de Sri Lanka) y la década pasada se convirtió en el rostro más popular de la world dance music o la fusión de los sonidos electrónicos más rompedores con la música tradicional asiática. M.I.A. fue rostro y emblema de esos hijos de una generación de inmigrantes de todas partes del mundo que habían cambiado el rostro de Gran Bretaña. M.I.A. es un talento de la humanidad y en su nuevo disco, dedicado al drama de los refugiados que conoce bien porque lo fue ella misma y su familia, sigue lanzando audaces canciones de electro-world music para el goce de discotecas con calado político como las fantásticas Borders o Survivor como conmovedoras piezas como la sensacional Freedun, un himno por la integración y convivencia de culturas que resuena con fuerza en la Europa de hoy.

Young Thug: Jeffery. Hip hop

Entre las ventajas del nuevo entorno digital y la pérdida de poder de las discográficas, lo cual también ha tenido su parte mala, está que los artistas de hoy lanzan discos cuando les da la gana y cuantos quieren sin tener que ajustarse a planes de lanzamiento de ninguna clase. El rapero de Atlanta Jeffery Lamar Williams, un hombre que hace gala de un aspecto un tanto estrafalario (sus cambios de peinado, rasta arriba rasta abajo, son legendarios) y ha convertido sus neurosis en fuente de inagotable inspiración artística, lanza con Jeffery su cuarto disco en poco más de un año de gloria que arrancó con ese mítico Barter 6. Young Thug ("joven matón", en realidad es una ironía) tiene una particular voz rota por la mala vida que le da a su propia música un aire tortuoso de una elegante decadencia entre el hip hop y el dub.

Espanto: Fruta y verdura.

El grupo Espanto son Teresa y Luis, dos músicos españoles que a la vez que experimentan lo hacen desde las raíces del pop español, por momentos pueden parecer Daniel Johnston haciendo versiones de Alaska y Dinarama. Incluso en canciones con una melodía tan bonita como Atravesado por el rayo, donde se dejan influir por Vainica Doble con una especie de neorrealismo, se dejan invadir por un espíritu surrealista y fatalista ("yo fui atravesada por un rayo que entró por la cabeza y salió por el zapato") en una joya de retropop de vanguardia. Véase ese Ritual de iniciación en la que Luis canta que "por ser aceptado maté a mi familia" en esa extraña mezcla suya entre fatalismo español y glam.

Bastille: Wild World. Pop

La canción Pompeii de Bastille tiene casi 400 millones de reproducciones en Spotify. Es una cifra a tener en cuenta. Su nuevo single, Good Grief, ya va por los 45 millones en apenas un mes. Eso sí, la versión bakala lleva nueve. Bastille hacen "mierda de la buena", canciones de pop rock llenaestadios, al estilo The Killers pero a lo británico, con un punto The Muse que no está muy lejos de lo que hace Robbie Williams aunque hay muchas más guitarras. A veces, una producción excesiva con esa manía de la música comercial de distorsionarlo todo electrónicamente afea canciones con una base como Blame o Glory pero teniendo en cuenta que un grupo como Bastille siempre tiene que existir, hay que reconocerlos que por lo menos le ponen entusiasmo.

Pixies: Head Carrier.

A estas alturas, nadie pide a los autores de clásicos del siglo XX como Surfer Rosa (1998) o Doolittle (1999) que saquen nuevos discos para llenar sus conciertos y tiene cierto mérito que los de Frank Black se atrevan a competir con su propio legado porque es inevitable que la vara de medir siempre será más dura. Head Carriers es un buen disco de rock en el que los Pixies se mantienen fiel a su propio legado (esa Classic Masher en la que se homenajean a ellos mismos) y donde tienen el buen gusto de no entregar un disco de canciones eternas y "crepusculares" sino pequeñas dosis de pop guitarrero como Might As Well Be Gone o incluso descargas de garage punk como Un Chagga Lagga. Estos Pixies aún tienen ganas de hacer ruido.

@juansarda