Image: 10 óperas para no perderse

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Ópera

10 óperas para no perderse

Recorrido por los mejores montajes de la temporada

25 septiembre, 2008 02:00

Imágen de 'Tiefland'

Las otras apuestas, ciudad a ciudad

Arden los teatros líricos. Los grandes escenarios dan las últimas pinceladas a unas producciones que pondrán al rojo vivo la temporada. Los contratiempos del Real no impedirán el estreno, este domingo, de Un ballo in maschera, uno de los grandes títulos del catálogo verdiano. El esperado Doktor Faustus, de Busoni, en la Maestranza, Tiefland, en el Liceo, Turandot en el Villamarta de Jerez (convertido ya en centro lírico de referencia), Parsifal en el Palau de les Arts de Valencia, Elegy for Young Lovers, en el Arriaga, Otello, con José Cura en Tenerife, The Rake’s Progress en Oviedo, Aroldo en el Euskalduna y Lady Macbeth de Mtsensk en Las Palmas son algunas de las mejores apuestas de este curso que El Cultural recoge y analiza ciudad a ciudad.

Un ballo in maschera
El aplauso como garantía

El Teatro Real abre su temporada 2008-2009 con uno de los grandes títulos del catálogo verdiano, que, además, no tuvo demasiada fortuna en su anterior programación por parte del coliseo madrileño. En esta ocasión no se han escatimado los medios y se ha reunido un doble elenco que ha despertado el interés de los operófilos del mundo entero: la soprano lituana Violeta Urmana (después de sus éxitos como Santuzza en Cavalleria rusticana y en el comprometido papel titular de La Gioconda) regresará para asumir el papel de Amelia, la abnegada esposa que el tenor argentino Marcelo álvarez (que fue un magnífico Rodolfo en Luisa Miller en este mismo escenario) tratará de arrebatar a su marido, el barítono español Carlos álvarez, quien brindará al público madrileño otra poderosa muestra de su intenso carácter verdiano, tras sus aplaudidas apariciones en Rigoletto, Ernani o Macbeth.

Se alternarán con un reparto alternativo, asimismo de altura, formado por la soprano norteamericana Indra Thomas (una de las más prometedoras voces verdianas de hoy), el tenor albanés, muy activo en Italia, Giuseppe Gipali y el barítono italiano Marco Vratogna, completando la compañía, en el primer caso, la mezzo rusa Elena Zaremba y la soprano italiana Alessandra Marianelli, y en el segundo, la polaca Malgorzata Walewska, que viene de dos Rigoletto seguidos en Lisboa y Washington, y la navarra Sabina Puértolas, a quien pudimos ver recientemente en La hija del regimiento del Villamarta.

El asesinato del rey Gustavo III de Suecia por uno de sus más fieles ministros, el Conde Anckarstrüm, durante un baile de disfraces en 1792, había servido de base a sendas óperas de Daniel Auber (Gustave III ou le bal masqué) y Saverio Mercadante (Il reggente) antes de que Giuseppe Verdi mostrase su interés por una historia que ofrecía tantas posibilidades dramáticas y musicales. Sin embargo, primeramente a causa de la censura borbónica en Nápoles y después debido a la autoridad papal en Roma, que no permitían la muerte de un rey en escena, el compositor tuvo que trasladar finalmente la acción desde Estocolmo hasta el Boston colonial de finales del siglo XVII, y transformar al soberano en gobernador, el Conde de Warwick.

A pesar de las impuestas modificaciones de la historia original, que a propuesta del censor papal sólo tuvo que trasladar el magnicidio lejos de las fronteras europeas, Verdi consiguió con Un ballo in maschera (Un baile de máscaras), estrenada finalmente en el Teatro Apollo de Roma el 17 de febrero de 1859, una de las composiciones más compactas y brillantes de toda su época de madurez compositiva, donde las pasiones amorosas se intercalan de una manera magistral dentro de la conspiración política. La producción de Mario Martone, realizada en coproducción con la Royal Opera House Covent Garden de Londres, no es de las más imaginativas de este, por lo general, joven y brillante director de escena italiano (que ha destacado especialmente por sus montajes en el Rossini Opera Festival de Pésaro), pero cuenta con una escena final realmente espectacular.

La responsabilidad musical recaerá sobre el titular del teatro, Jesús López Cobos, en un momento delicado, cuando aún resuenan los rumores sobre su recién anunciada salida del Real, prevista para 2010. Con toda probabilidad revalidará con esta pieza y el resto de títulos programados la confianza que ha ganado a pulso en estos cinco años al frente del coliseo.

Entre el nutrido programa operístico del teatro, compuesto por 17 óperas, debemos destacar algunas primicias, como será el estreno absoluto de Faust-bal. En el apartado de directores musicales, visitarán el teatro por primera vez grandes batutas como la de Jiri Belohlavek, Christopher Hogwood, Alan Curtis y Roberto Abbado.
Madrid (Teatro Real), del 28 de septiembre al 19 de octubre.

Tiefland
Boder, la nueva apuesta del Liceo

Estrenada en Praga el 15 de noviembre de 1903, Tiefland (Tierra baja) es la ópera más conocida de Eugen d'Albert, compositor y virtuoso del piano nacionalizado alemán, aunque nacido en Glasgow en 1864. La obra, considerada frecuentemente uno de los mejores ejemplos de verismo germánico, se representó con continuidad hasta 1945 (e incluso fue llevada al cine por Leni Riefenstahl, la documentalista oficial del régimen nazi). El libreto, basado en el drama del escritor catalán ángel Guimerá Terra baixa, presenta el contraste entre el mundo de las montañas, puro e inmaculado, y el de las tierras bajas, corrupto e inmoral.

Esta producción de Matthias Hartmann para la Opernhaus de Zurich servirá de presentación del alemán Michael Boder (que dirigió una magnífica Khovanchina en la temporada 2006-2007) como nuevo director musical del teatro barcelonés. Será uno de los platos fuertes del coliseo catalán junto al estreno absoluto de La cabeza del bautista de Enric Paloma y L'incoronazione di Poppea de Monteverdi.

El reparto es muy sólido: el tenor alemán Peter Seiffert será Pedro, el sencillo pastor que vive en el monte y se enamora de Marta (su esposa en la vida real, la soprano austriaca Petra-Maria Schnitzer), quien a su vez ha sido seducida por el rico campesino Sebastián (el barítono norteamericano Alan Titus). A destacar también a la soprano colombiana Juanita Lascarro, que dará vida a la dulce Nuri.
Barcelona (Gran Teatro del Liceo) del 2 al 20 de octubre.

Doktor Faustus
Una joya salida de Salzburgo

El Teatro de la Maestranza consigue cada año conciliar dentro de su programación toda clase de propuestas sin que ello redunde en la calidad individual de los proyectos. La gran sorpresa de este año será Doktor Faustus, obra maestra del compositor italo-alemán Ferruccio Busoni (1866-1924), que trabajó en ella a partir de un libreto propio, inspirado no tanto en la obra de Goethe como en la antigua leyenda popular sobre el mito de Fausto y en la tragedia de Christopher Marlowe, del siglo XVI. Pronto se convertiría en una de las grandes inmersiones operísticas en este texto, tras el estreno del Faust de Gounod en 1859.

Hijo de un clarinetista italiano y una pianista italo-alemana, Busoni pensó en esta obra durante toda su vida, pero desafortunadamente no llegó a terminarla. Sería su discípulo Philipp Jarnach quien se encargara de ello, por lo que su estreno no tuvo lugar hasta el el 21 de mayo de 1925, un año después de la muerte del compositor. Fue aquélla una velada inolvidable, en la ópera de Dresde, cuyo foso custodiaba el legendario Fritz Busch.
Pedro Halffter vuelve a probar en esta ocasión su afinidad por el repertorio germánico de principios del siglo XX con el estreno en España de esta fascinante producción rubricada por Peter Mussbach y Erich Wonder. Este montaje fue ideado originalmente para el Festival de Salzburgo (de ahí el espaldarazo definitivo para el regreso de esta obra a los escenarios) y desde hace algún tiempo es propiedad de la Staatsoper de Berlín.

Entre el elenco de voces, encontramos al barítono Christopher Robertson, que encarnará el exigente papel titular, y al tenor Robert Brubaker, que será su mefistofélico alter ego. Completando el reparto, podremos ver a la soprano Mary Mills en el principal personaje femenino, el de la Duquesa de Parma, en una obra dotada de una fina complejidad compositiva.
Sevilla (Teatro de la Maestranza) del 21 al 27 de octubre.

Turandot
El vigor de las pequeñas salas

El Teatro Villamarta de Jerez se afianza cada vez más en su categoría de Centro Lírico del Sur, con una serie de producciones propias que están girando por nuestra geografía con mucha fortuna, debidas en su mayoría al propio director del teatro, Francisco López, con decorados y vestuario de Jesús Ruiz, siendo además una de las instituciones que más oportunidades ofrece a nuestros cantantes. Artistas como Cristina Gallardo-Domâs (que dará un recital el 26 de marzo), Ainhoa Arteta (quien iniciará próximamente su particular temporada con las Cuatro últimas canciones de Richard Strauss acompañada por la Orquesta Sinfónica de Euskadi) o Ismael Jordi (que protagonizará junto a ésta L'elisir d'amore de Donizetti, del 20 al 24 de enero) están muy asociados al centro.

Para conmemorar el 150 aniversario del nacimiento de Giacomo Puccini, ha decidido afrontar nada menos que el testamento operístico del compositor de Lucca: su monumental Turandot. Después de haber probado el año pasado que es una de las poquísimas cantantes actuales capaces de afrontar con autoridad el personaje de Norma, la hispano-portuguesa Elisabete Matos tendrá oportunidad de demostrar que es también una de las escasísimas sopranos que pueden dominar el temible papel de la princesa de hielo, en el que ha debutado recientemente con gran éxito en la ópera de Flandes, en la famosa producción de Robert Carsen. Junto a ella, el vibrante tenor murciano Carlos Moreno, bien conocido en los círculos zarzuelísticos, será el príncipe desconocido Calaf, y la soprano canaria Yolanda Auyanet (tan ausente, por desgracia, de nuestros teatros, aunque está realizando una importante carrera en Italia) aprovechará la ocasión para brillar como la delicada esclava Liù. El bajo azteca Rosendo Flores (a quien en febrero podremos ver en Il trovatore del Met) será Timur, el cautivo padre del protagonista, y además intervendrán varios nombres españoles de absoluta garantía, como Marco Moncloa, Emilio Sánchez, José Canales o José Ruiz. La producción es del Camarín del Carmen/ópera de Colombia, y lleva la firma de Alejandro Chacón. El mexicano Enrique Patrón de Rueda, un habitual del foso jerezano, estará al frente de la excelente Orquesta Filarmónica de Málaga, a la que se unirán el propio Coro del Teatro Villamarta (que la pasada temporada celebró su décimo aniversario) y la Escolanía Los Trovadores.

Este año, el coqueto coliseo presentará asimismo otros títulos interesantes del repertorio lírico. El 28 y 30 de abril abordará un Falstaff de Verdi en montaje de Stefano Poda, con dirección musical de Elena Herrera y protagonizado por Luis Cansino, María Rey-Joly, José Julián Frontal y Beatriz Díaz, y una Italiana in Algeri de Rossini (4 y 6 de junio) producto de la enloquecida fantasía de Gustavo Tambascio, con Nancy Fabiola Herrera, José Luis Sola, Simón Orfila, Carlos Chausson y álvaro Albiach en el foso. La ópera de Cámara de Varsovia dirigida por Rubén Silva pondrá en escena Jenufa de Janacek el 7 de febrero.
Jerez (Teatro Villamarta), del 23 al 25 de octubre.

Parsifal
La fuerza del cine

Lorin Maazel inicia la tercera temporada del Palau de les Arts con Parsifal de Wagner, con la que habría pensado inaugurar su periplo en el Teatro Real, y que finalmente constituyó la emocionante despedida del maestro García Navarro. Está basada en el poema épico medieval, del siglo XIII, Parzival de Wolfram von Eschenbach, sobre la vida de este caballero de la corte del rey Arturo y su búsqueda del Santo Grial. El compositor alemán concibió su drama lírico en 1857, pero sólo lo completó 25 años después, siendo estrenada el 26 de julio de 1882 en el Festspielhaus de Bayreuth, que mantuvo un monopolio absoluto sobre las representaciones de la obra hasta 1913.

Parsifal es un título muy vinculado a Valencia, ya que en su Catedral se venera desde el siglo XV la reliquia que más se aproxima al "verdadero" cáliz que utilizó Jesucristo en la última Cena. En él podrán lucirse, en toda su plenitud, tanto la Orquesta de la Comunidad Valenciana como el Coro de la Generalitat. La nueva producción llevará el sello del cineasta alemán Werner Herzog, autor de un poético y visionario Lohengrin en el Festival de Bayreuth, si bien sus posteriores montajes operísticos tal vez no hayan rayado a la misma altura, a excepción de su Norma en la Arena de Verona o su Tannhäuser en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. El reparto no muestra fisura alguna, teniendo en el tenor norteamericano Christopher Ventris a uno de los más solventes defensores actuales del "loco puro" (que acaba de incorporar, precisamente, en la inquietante producción de Stefan Hernheim del Festival de Bayreuth), quien será seducido por la Kundry de la estupenda soprano sueca Katarina Dalayman, que cantará el papel de Isolda en esta misma temporada en el Metropolitan de Nueva York, a las órdenes de Daniel Barenboim, después de haber sido una magnífica Brangäne con James Levine. En las dos últimas funciones, el ambiguo personaje será defendido por la no menos excelente artista lituana Violeta Urmana, muy presente este año, como hemos visto, en las carteleras españolas, quien volverá así a uno de los papeles que le dieron más éxito en sus primeros años. Junto a ellos resaltan dos experimentados barítonos rusos, Evgeny Nikitin como Amfortas y Sergei Leiferkus como Klingsor.

Parsifal no será la única ópera de Wagner que se represente en este curso en el Palau de les Arts, ya que el II Festival del Mediterráneo acogerá dos ciclos completos de El anillo del nibelungo, que incluirá el estreno de la tercera y última jornada de la tetralogía, El ocaso de los dioses, con dirección musical de Zubin Mehta y puesta en escena de La Fura dels Baus, montaje realizado, al igual que los anteriores títulos de la serie, en coproducción con el Maggio Musicale Fiorentino. La sobreintendente del teatro, Helga Schmidt, ha anunciado también que el grupo catalán abrirá la temporada 2009-2010 con Les Troyens (Los Troyanos) de Hector Berlioz bajo la batuta de Valery Gergiev, quien, además, tendrá una mayor presencia en la ciudad del Turia, despuntando sobre el resto de teatros con la creación en España de esta magna composición.
Valencia (Palau de les Arts Reina Sofía), del 25 de octubre al 7 de noviembre.

Elegy for Young Lovers
Sagi reinventa la ópera del Arriaga

Continúa paulatinamente la incorporación a los escenarios españoles de las óperas del compositor Hans Werner Henze. El más que octogenario maestro alemán es, sin lugar a dudas, uno de los creadores que más han influido en el desarrollo de la ópera de nuestro tiempo. Después de las representaciones de The Bassarids y L'upupa en el Teatro Real de Madrid y de Boulevard Solitude en el Gran Teatro del Liceo, el Teatro Arriaga se apuntará un tanto fundamental con el estreno en España de Elegy for Young Lovers, en una producción realizada por Pier Luigi Pizzi para el Teatro delle Muse de Ancona y el Teatro San Carlo de Nápoles que mereció el prestigioso Premio Abbiati, considerado el óscar de la lírica en Italia. La obra fue compuesta en 1959-61 y está basada en el excelente libreto de Chester Kallmann y Wystan Hugh Auden, que cuenta la historia de un poeta que se ha desplazado a los Alpes austriacos para poner en verso las visiones de una mujer que espera el regreso de su marido desde hace 40 años, cuando parte a la conquista de una de los cumbres aledañas. El poeta, apercibido del amor que ha surgido entre su propia amante y el hijo de su médico personal, decide escribir un nuevo poema que titula Elegy for Young Lovers y que derivará en una serie de sacrificios.

Una especialista en la música del maestro, la canaria Gloria Isabel Ramos Triano, se pondrá al frente de la Orquesta Sinfónica de Bilbao y de un conjunto de voces en el que sobresalen Isolde Siebert, Roberto Abbondanza, Marta Ubieta y Gabriel Suovanen.

Será ésta la cuarta de las seis óperas (y dos zarzuelas) que prepara el coliseo bilbaíno en una temporada marcada por la variedad de géneros.
Bilbao (Teatro Arriaga), del 29 al 31 de enero.

Otello
Cura se afianza en Tenerife

La Asociación Tinerfeña de Amigos de la ópera (ATAO) culmina su presente curso con tres representaciones del drama lírico Otello, la penúltima ópera de Giuseppe Verdi, con la que rompió su silencio después de la composición de Aida. En ella demostró el músico su absoluta madurez como artista creador, al abandonar por completo la división entre arias y recitativos, logrando dar así un fuerte sentido de unidad y continuidad a toda la obra, que cuenta además con uno de los mejores libretos operísticos, escrito por el poeta y compositor Arrigo Boito a partir de la tragedia de William Shakespeare.

El fuerte instinto teatral del director de escena Giancarlo del Monaco, autor de la inolvidable Bohème del Real y principal figura de la actual temporada lírica tinerfeña, podrá apreciarse una vez más en esta producción procedente del Teatro de la ópera de St. Gallen (Suiza), que contará con uno de los más solicitados intérpretes del personaje del moro veneciano en nuestros días, el tenor argentino José Cura, que sin duda ha logrado aportar al mismo, al menos, apostura y rotundidad, frente a un canto algo estentóreo y un fraseo no excesivamente pulido. A su lado estará como la infortunada Desdémona la soprano italiana Chiara Taigi, de trayectoria un tanto irregular, y que últimamente está asumiendo papeles de mayor envergadura vocal. Su compatriota, el barítono Lucio Gallo, sabrá resaltar toda la sinuosa maldad del personaje de Yago.

Al frente de la magnífica Sinfónica de la isla se pondrá el maestro italo-argentino Mario de Rose. El recientemente creado Coro de la ópera de Tenerife tendrá asimismo un exigente cometido para el cierre del Festival de ópera que dio comienzo el pasado martes.
Tenerife (Sala Sinfónica del Auditorio), del 4 al 8 de noviembre.

The Rake's Progress
La tentación llega a Oviedo

El Teatro Campoamor de Oviedo, cuyo equipo artístico ha sido felizmente reafirmado, prosigue con su sólido propósito de ampliación del repertorio y llega así a una de las joyas de la ópera moderna: The Rake's Progress (La carrera del libertino) de Igor Stravinsky. El maestro ruso recibió el primer estímulo para la creación de esta ópera, escrita por encargo de la prestigiosa Bienal de Venecia, al contemplar en la Tate Gallery de Londres una serie de grabados de William Hogarth, en los que el artista inglés representa las peripecias del libertino Tom Rakewell con una moralidad bastante desinhibida.

La historia, en tres actos, narra las vicisitudes de este joven, que acaba de llegar a Londres, ciudad que le ha servido de pretexto para abandonar a su amada, Anne Trulove. Todas las desventuras que a partir de ahí le suceden tendrán un denominador común: Nick Shadow, personaje maligno donde los haya que hará que Tom termine ingresando en un manicomio.

Gracias a la experiencia teatral de Chester Kallmann, el poeta W. H. Auden tradujo estas imágenes en un refinado texto mediante el empleo de bien disimulados arcaísmos. El estreno en La Fenice, el 11 de septiembre de 1951, constituyó todo un éxito, y la ópera no tardó en convertirse en uno de los iconos del teatro musical del siglo XX y en una de las partituras más sorprendentes de su genial e inclasificable autor.

Aquí llegará en una producción del Théâtre des Champs-élysées de París, que cuenta con las garantías de la buena mano del director de escena André Engel, la escenografía de Nicky Rieti, el vestuario de Chantal de la Coste y la iluminación de André Diot. El tenor norteamericano Marlin Miller será el atolondrado y entrañable protagonista, la soprano Elizabeth Futral su abnegada prometida (de ahí el nombre) Anne Trulove, y el agilísimo (aún tenemos en la retina sus piruetas en el montaje de Calixto Bieito) bajo-barítono Chester Patton el simpático pero implacable diablo Nick Shadow. La mezzo checa Dagmar Peckova dará vida a la misteriosa mujer barbuda Baba la Turca. El joven maestro petersburgués Mikhail Agrest se pondrá al mando de la Oviedo Filarmonía y el Coro de la ópera de Oviedo.
Oviedo (Teatro Campoamor), del 23 al 29 de noviembre.

Aroldo
Pizzi rescata a un Verdi enigmático

El exhaustivo proyecto Viva Verdi de la ABAO, estrechamente vinculada al autor, alcanza esta temporada su velocidad de crucero, presentando tres títulos del compositor italiano. Después del Trovatore que comentábamos hace unas semanas, y tras haber presentado una de las más interesantes óperas de su primera época, I due Foscari (con el mejor barítono italiano de hoy -tras la práctica retirada de Renato Bruson-, Leo Nucci, y la elegante soprano rusa Marina Mescheriakova), llegará al escenario del Palacio Euskalduna Aroldo, estrenada en el Teatro Nuevo de Rímini el 16 de agosto de 1857 y que supone una de las mayores rarezas de su autor (sólo comparable en este sentido a Oberto y La battaglia di Legnano, ambas presentadas ya en Bilbao, o Alzira). Se trata de una versión revisada de Stiffelio, obra que fue censurada en su momento por la inmoralidad y las asperezas del texto original. En 1856, Verdi decidió volver a abordar la trama desde otra perspectiva.

Pier Luigi Pizzi, de cuya puesta en escena hemos podido disfrutar recientemente con el Orfeo de Madrid, asume también la responsabilidad escénica de una de las poquísimas producciones que existen de esta obra, que custodia en propiedad la Fondazione Arturo Toscanini de Rávena.

Esta reconversión al tiempo de las cruzadas de la historia del pastor protestante supuestamente engañado por su mujer, a la que perdona finalmente, tendrá a Antonio Pirolli al mando de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Coro de ópera de Bilbao. La ascendente soprano italiana Adriana Damato será Mina, el tenor estadounidense Michael Hendrick (que aquí causó una muy grata impresión como Laca en Jenufa, pero es toda una incógnita en este repertorio) en el papel titular y el refinado barítono ruso Vladimir Stoyanov como Egberto, padre de la protagonista, configuran el terceto principal.
Bilbao (Palacio Euskalduna), del 28 de marzo al 6 de abril.

Lady Macbeth de Mtsensk
La obra que no quiso ver el comunismo

Aunque las visitas de las huestes del Teatro Mariinsky, el antiguo Kirov de San Petersburgo, no son infrecuentes a nuestro país, y han demostrado con creces la vocación viajera de la compañía y de su director artístico, el infatigable Valery Gergiev (además del magnífico vehículo de promoción y de los suculentos ingresos para el bellísimo edificio, actualmente en plena reforma, que éstas comportan), parecen haber establecido un estrecho vínculo con el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas, donde el pasado año, tras la profunda rehabilitación a que fue sometido el encantador teatro grancanario, presentaron su curiosa visión de la Tetralogía wagneriana.

En esta ocasión nos traen una obra fundamental del repertorio ruso, Lady Macbeth de Mtsensk, la amarga historia escrita por Dimitri Shostakovich en 1934. Inspirado por el texto homónimo de Nikolai Leskov, el compositor nos habla de Katerina, una mujer solitaria, víctima de la Rusia del siglo XIX, que se enamora de uno de los sirvientes de su marido, por lo que es empujada al suicidio. Es una historia cruenta con la que el compositor se granjeó no pocas enemistades. Dos años después de su estreno, la obra fue prohibida por las autoridades soviéticas con motivo de un virulento artículo (escrito posiblemente por el propio Josef Stalin) y publicado en el diario moscovita Pravda. La obra llegará bajo la electrizante batuta del director titular, en una impactante producción de Irina Molostova, con una espectacular escenografía de George Tsypin.
Las Palmas (Teatro Pérez Galdós), 8 y 9 de abril.