La colorista orquestación, el melodismo, con frecuencia anclado en temas de corte popular hispano, la escritura vocal, la carga de sensualidad, y su trama, proveniente de la novela homónima de Mérimée, han convertido Carmen en un clásico desde su estreno en París en 1875. Ahora se repone en el Auditorio de Murcia la producción del Teatro Villamarta de Jerez, diseñada por Francisco López, que construye una Carmen revestida del ropaje de la tragedia clásica.

Una de las Carmen más en boga de la actualidad es la madrileña María José Montiel, que hace unos años decidió cambiar su registro de soprano por el de mezzo; una mezzo lírica dotada de un carnoso y muy audible centro, unos graves naturales y homogéneos y unos agudos en su sitio, suficientes para resolver los posibles problemas de una particella no demasiado exigente en lo vocal, pero en la que es muy fácil que a una cantante poco avisada y de menores virtudes se le pueda ver el plumero. Montiel, que canta por primera vez en España el papel, encarna a una gitana de diáfanas maneras y de cálida psicología, sin abusar de los claroscuros y sin vencerse hacia un verismo en exceso desgarrado.

Acompaña a la mezzo un entonado equipo de voces totalmente españolas: el bravo Jorge de León, empeñado en centrarse en el repertorio spinto-dramático, Sabina Puértolas y José Julián Frontal, soprano y barítono puede que en exceso livianos para Micaela y Escamillo. El solvente José Miguel Rodilla, director de la localidad, empuña la batuta para situarse en el foso con la Orquesta de la Región de Murcia.