Image: Ritual de sangre

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Teatro

Ritual de sangre

El body-art llega a Madrid con Franko B

23 enero, 2002 01:00

Franko B en "Oh Lover boy", su último trabajo

Llega una de las rarezas del festival Escena Contemporánea de Madrid. De Franko B dicen que transforma la crueldad en belleza. En sus performances usa su propia sangre como herramienta, lo que ha provocado algún que otro escándalo. El 22 de enero se presentó en la Casa de América Aktion 398, en el que reúne durante seis horas a un público que, en grupos reducidos, se ve personalmente con él. Poco más se sabe del espectáculo, ya que el artista prefiere mantener el misterio.

"Mi arte hay que vivirlo, de hecho prefiero definir Aktion 398 como ‘Arte en vivo’. No es una obra ensayada que se repite durante varias funciones, sino que es una creación en sí misma que exige el contacto directo con el público, conseguir que las dos partes implicadas en la creación sean una sóla. Por eso recibo a la gente en grupos reducidos, para que la comunicación sea plena". Esta es la única información que Franko B da de su espectáculo, acción o performance, no se sabe exactamente qué es, pues dice que parte del éxito depende de mantener el misterio de su obra.

Sin embargo, algo se sabe. Por ejemplo, que la acción se desarrolla en un contexto donde el sida y la homosexualidad están explícitos. Además, Franko B sigue la estela del grupo de los accionistas vieneses de los años sesenta. El artista considera como padre espiritual a Hermann Nitsch, quien desarrolló en 1962 performances psicodramáticas utilizando sangre de animales; tres años después Otto Muelh usó comida, sangre y fluidos corporales para su Material Aktion; Gunther Brus llegó a hacerse cortes en el cuerpo hasta el punto de la extenuación; y Rudolph Schwarzkogler jugó con rituales parecidos. La liberación sexual fue uno de los temas del grupo, pero también quisieron demostrar que el cuerpo podía usarse como herramienta de denuncia de las atrocidades cometidas durante la II Guerra Mundial. Franko B retoma esta idea del body-art, o del body-politic, y quiere utilizar el cuerpo como símbolo antropológico de pureza y de peligro, algo muy tribal: "Hablo con mi cuerpo y uso la sangre como una forma más de lenguaje, intento mostrar mi alma. Sigo el mismo procedimiento que se sigue en otros formatos artísticos. Para mí, usar la sangre tiene el símbolo de una entrega honesta. La vida en general es insoportable y tenemos que hacerla mejor. Mi trabajo habla de la belleza y del sexo, de la transgresión, intenta mostrar las cosas como son, no como quieren hacer creer que son".

Pero ¿es teatro, es arte, cómo define lo que hace? "Lo que hago es radicalmente opuesto al concepto de teatro tradicional, en el sentido de representación frente a un auditorio. Ni siquiera lo definiría como teatro porque éste es obsoleto. El arte es una experiencia en la vida, un lenguaje que puede darse en distintos formatos".

Infancia de orfanato
Franko B tiene una peculiar personalidad fruto de una vida que recuerda la de Jean Genet. De origen italiano, pasó su infancia en varios orfanatos, donde ya mostró su destreza con la pintura. A los 20 años aterrizó en Londres y, tras un periodo de pobreza y anarquismo punk, fue admitido en la escuela de Artes de la Fundación Camberwell. A partir de entonces comenzó con sus acciones, algunas compartidas con otros artistas, como Blinded by Loved, When I grow up o I miss you, con la que inauguró ayer el festival Escena Contemporánea.

Sobre si no teme que le consideren un loco, Franko dice: "La gente puede pensar que lo estoy, pero soy más coherente que el resto, no tengo inhibiciones, no me reprimo. La locura tiene más que ver con la gente que no respeta a los demás, con las personas a las que les importa una mierda lo que le ocurra a otras personas, los que humillan a sus semejantes. Esa gente sí que está loca, no yo".