Image: Mejor loco que cuerdo

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Teatro

Mejor loco que cuerdo

30 enero, 2002 01:00

José Sancho es Enrique IV

José Tamayo ha dirigido su tercera versión de Enrique IV, obra de Luigi Pirandello que concentra los principales temas del autor: la imagen que tienen los demás de uno, la realidad variable, la locura, el tiempo que tranforma al ser humano... Protagonizada por José Sancho, se estrena mañana en el Teatro Bellas Artes de Madrid.

Esta versión del Enrique IV de Pirandello es la tercera que dirige José Tamayo. La primera la protagonizó José María Rodero en 1986, la segunda Carlos Lemos y, ahora, José Sancho. Y según dice el director, ninguna se parece, pues ésta es obra que gira en torno a un actor, el que encarna a Enrique IV, y su personalidad decide como en pocos títulos teatrales la de su personaje.

Estrenada en Milán en 1922, un año después de que Pirandello representara su pieza más famosa, Seis personajes en busca de autor, la obra en tres actos sigue la senda del metateatro o del teatro dentro del teatro, esa metáfora inventada por Pirandello para plantear las contradicciones del ser humano. En esta ocasión lo hace jugando con la idea de enfrentar la locura a la cordura, la ficción a la realidad, para venir a decirnos con su pesimismo habitual que "toda realidad es un engaño" .

Una lectura al texto da idea de su complejidad y, en especial, del personaje de Enrique IV. La obra presenta a un joven que, interpretando a Enrique IV de Alemania en una cabalgata, cae de su caballo y pierde el sentido. Al recuperarse comprueba que su amor es amante de otro y decide seguir viviendo en la locura de creerse rey. Todos a su alrededor mantienen la farsa pero llega el momento de descubrirse y desenmascararlos, lo que llevará al rey a exclamar: "¿Sabes de que tienen miedo? De que les quite esos trajes grotescos y se queden desnudos". Es como si el autor viniera a decir que mejor loco que cuerdo.

Pirandello, explica José Sancho,"nos habla de que no siempre la gente nos ve como somos realmente. Juzgamos a los demás por las máscaras o disfraces que llevan en vez de hacerlo por cómo se manifiesta su alma o su corazón". Así, Enrique IV se pregunta en un momento de la obra: "¿Se puede vivir tranquilo sabiendo que alguien está convenciendo a los demás de que sois como él os ve?" Pero también se cruzan otros temas: la locura, terreno que el autor conoció de cerca por la enfermedad de su mujer, y el paso del tiempo.

José Sancho cree que la complejidad de su personaje estriba en que su locura puede llevarle a histrionizar a Enrique IV: "Afortunadamente, tengo a José Tamayo para corregir ese riesgo que, a pesar de su edad, tiene la cabeza de un niño". Para el actor éste es su tercer Pirandello (ya había representado El hombre, la bestia y la virtud y Seis personajes en busca de autor).

Junto a Sancho, el reparto se completa con una nómina de actores en la que destaca otra veterana como Marisa de Leza. El resto lo integran Juan Lombardero, álvaro García, Francisco Piquer y Fernando Otero, entre otros. La versión es la que siempre ha llevado a escena Tamayo, escrita por Enrique Llovet. La escenografía es obra de Pedro Moreno, Javier Roselló y Val Barreto, que han diseñado un ambiente en negro brillante, inspirado en los años 20 pero con un toque moderno.