Image: Gustavo Tambascio

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Teatro

Gustavo Tambascio

“Los nuevos actores van a quitarle la caspa al teatro”

24 julio, 2002 02:00

Gustavo Tambascio. Foto: Mercedes Rodríguez

Gustavo Tambascio estrena el 24 de julio en Almagro El burgués gentilhombre, "uno de los precedentes históricos más antiguos del musical" en el que Molière satiriza sobre la burguesía incipiente que aspira a los privilegios de la nobleza. Para el director, el protagonista sería comparable en nuestros días al nuevo rico que quiere ir de "fisno".

Tambascio (Buenos Aires, 1948) llegó a España hace catorce años tras un periplo internacional que le llevó por Venezuela, Canadá y Estados Unidos huyendo, como muchos de sus compatriotas, de la Dictadura Militar. En nuestro país es conocido como un director que domina sobre todo la ópera y el teatro musical.

-¿Cómo cree que Molière retrataría hoy a los burgueses que aspiran a ser "gentiles"?
- El concepto de burguesía ha cambiado radicalmente, hoy las categorías sociológicas clásicas carecen de validez. En tal caso, hablaríamos de un nuevo rico que quiere hacerse el "fisno", un mal muy extendido en nuestra sociedad moderna y particularmente en la española, donde desde hace 25 años se intenta esconder la boina o la muleta de torero, detrás de Versace, Armani, el diseño catalán. Yo he colocado a Jourdain (el burgués) en una perspectiva totalmente historicista. él aspira a una indefinible belleza que en la época tiene un signo indeleble de clase. Creo que Jourdain es mucho más genuino que cualquier empresario hortera que desea fotografiarse con los Reyes.

El lugar secundario del teatro
- ¿En qué debe ser versado hoy un rico que pretenda situarse socialmente?
-Tiene que hablar inglés. Tener un abono del Real: no hay nada más fino para un hortera que la ópera, especialmente si no entiende. Un palco en el Bernabeu tampoco está mal. El teatro ocupa un rango secundario, salvo para la muy culta y honrosa burguesía catalana. Está en crisis su prestigio, los nuevos ricos ya no quieren las diversiones de la "derechona". El valor más en alza -"mea culpa", en parte (dirigió El Hombre de la Mancha)- es el musical, pero atañe más a la pequeña burguesía de provincias que viene a Madrid a ver a la San Basilio. Un rico jamás pisaría el Festival de Sitges o el de Aviñón.

-Repite con Trinidad Iglesias, con Paco Maestre... ¿se puede decir que tiene una compañía privada más o menos estable?
-Maestre, Trinidad, Merino, Dueñas y otros que aquí no pueden estar son para mí actores fetiches. Ojalá tuviera una compañía estable. Esta es una producción privada de un clásico que supone un esfuerzo gigantesco. Hay 20 personas incluídos músicos, cantantes y bailarines. Impensable para ciertos productores.

-¿Ha mejorado la formación de nuestros actores del género musical?
-El vuelco es radical. He hecho hace poco La Traviata de la Escuela Superior de Canto y son actores excelentes, carentes de prejuicios, dispuestos a todo. Lo mismo pasa en la zarzuela, donde la nueva generación está decidida a arrancarle la caspa que ha cubierto ese maravilloso género durante tantos años. ¡Qué diferencia con la vieja escuela, la del teatro de tresillo, de los actores de texto aprendido como loros!

Coreografías barrocas
-Esta comedia-ballet tiene música del compositor favorito de Luis XIV, Luly.¿Cómo mezclan la solemnidad de Luly con la sátira de Molière?
-El burgués gentilhombre es un precedente histórico, uno de los más antiguos, del teatro musical. Me permite probar ciertas duplicidades: los actores cantan y bailan, los músicos actúan. Pero, sobre todo, la dimensión del barroco, que se olvida en Molière: el teatro en el teatro, el juego de espejos, el burgués frente a la corte y las apariencias del barroco. He pedido el concurso de los mayores especialistas españoles para que las coreografías sean exactamente las de Beauchamp o Pecour, contemporáneos de Molière. Y la responsable músical, Alicia Lázaro, es en sí misma el barroco.

-Al comienzo de la obra dos personajes distinguen entre actuar ante un público inteligente o "darse a conocer a necios", ¿tanto se nota el aplauso de unos y otros?
-Creo que el elitismo en cuanto al público es nefasto. Yo siempre trato de llegar a las mayorías, sin renunciar a ciertos principios.