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Teatro

Bi

Llega Comediants y el teatro de las especias

12 diciembre, 2002 01:00

Contorsionistas, trapecistas y malabaristas de afilados rasgos de la Compañía Acrobática de la China conviven con actores y músicos occidentales en Bi (dos mundos, dos miradas) que llega el 12 de diciembre al teatro Albéniz de Madrid. Joan Font dirige este montaje de tono onírico que fusiona la cultura oriental y la occidental a través del circo y la música.

Impresionado por la calidad de los acróbatas chinos que conoció hace unos años al viajar a China, (con motivo de El sol de Oriente, espectáculo que estrenó en Port Aventura), Joan Font, director de Comediants, repitió experiencia para aprovechar más todavía las posibilidades creativas que había descubierto en el Lejano Oriente. Así nació hace dos años Bi (dos mundos, dos miradas), un montaje con buenas intenciones que nace de la fascinación por una cultura milenaria aún desconocida, y que busca desde el punto de vista artístico el entendimiento de dos mundos tan lejanos y dispares como Oriente y Occidente. Y para ello se emplea fusionar a prodigiosos acróbatas de Oriente con la plástica, la manipulación de artefactos escénicos, la música y, en definitiva, el estilo de tono "mediterráneo" del que el grupo hace gala.

Choque de civilizaciones
Para este espectáculo circense que lleva representádose desde hace año y medio en teatros a la italiana, Font y Moisés Maicas han escrito la dramaturgia "no textual"que evoca más que la legendaria tradición de China, esa primera impresión que el país causa hoy al viajero, la de un país en construcción. De la mano de una familia de payasos occidentales que visitan China, el público verá evolucionar en el escenario una historia que va desde el choque de civilizaciones al cristiano abrazo entre hermanos. Esto es posible gracias al sueño mágico que nuestros visitantes clowns se inventan y en el que aparecen seres ancestrales de ambas culturas que proporcionarán ese ansiado encuentro intercultural con final de fiesta. Tratándose de la compañía Comediants no puede faltar el disparate, inspirado en el sentido del humor occidental frente a la actitud disciplinada del mundo oriental. El grupo catalán aporta la música, la estética, la dramaturgia, la coreografía y la manipulación de los artefactos escénicos con ese toque de magia e imaginación que se ha convertido en la marca de la casa Comediants.

Cualquier persona que haya visto las actuaciones de los circos chinos en Occidente habrá quedado sorprendido de la calidad de estos acróbatas. Se trata de un arte antiquísimo y muy popular que hoy proporciona gran prestigio a quien lo practica. Font ha recurrido a la Compañía Acrobática de la ciudad de Qiqihaer, fundada en 1952, para reclutar a los artistas de Bi. En total, participan 15 acróbatas, cinco de ellos mujeres.

Por parte occidental, el director ha trabajado con la compañía de payasos de Joan Montanyès (Monti & Cia), en la que figuran los conocidos clowns Oriol Boixader y Mariona Blanch y el mismo Monti en el papel de augusto. Además, el reparto se completa con un equipo musical de flauta, acordeón, violín y voz.

La escenografía, obra de Joan Josep Guillén así como el vestuario, recoge también esta idea de un país en permanente construcción: "La imagen impactante de los andamios esbeltos y frágiles de algunos edificios en construcción en China nos mostró desde el inicio una vía para avanzar", explica el escenógrafo. No es fácil conjugar la austeridad o, mejor dicho, el espacio vacío en el que se mueven los artistas de circo con una escenografía que busca el impacto visual. Y para eso los andamios, convenientemente adornados con profusión de colores, han resuelto funcional y estéticamente los objetivos de su creador que ha querido plantear la escena como un enorme cuadro de Mondrian o Malevich.

Huir de los tópicos
Juegan también un papel importante los figurines o, como el propio Guillén dice, las caracterizaciones, pues "pretendo un diseño global del personaje, desde los zapatos hasta los cabellos de la cabeza, pasando por su tipología". Para los artistas occidentales, su caracterización ha sido fácil pues respondían a las distintas clases de payasos y personajes circenses (augusto, bailarina, músico...). Sin embargo, para los acróbatas ha huido de los tópicos del folklore chino para crear unas vestimentas cómodas y ajustadas pero de vivos colores.

Finalmente, hay que señalar que la música, original de Ezequiel Guillem, mezcla con melodías mediterráneas otras chinas que el músico pudo conocer de primera mano tras un viaje al país que la compañía hizo para preparar Bi (dos mundos, dos miradas). Una China que fue también el primer lugar donde presentaron este espectáculo.