Image: Comedia con pulso ateniense

Image: Comedia con pulso ateniense

Teatro

Comedia con pulso ateniense

Carles Santos abre la Bienal de Valencia el 7 de junio con Lisístrata

5 junio, 2003 02:00

Carles Santos en la penumbra de la nave de Sangunto. Foto: Alberto Di Lolli

Multidisciplinar y renovador, Carles Santos vuelve a romper los esquemas de la creación escénica con Lisístrata, obra basada en la comedia de Aristófanes a la que dota de una estética motera y una lectura atemporal. Más de 70 artistas, entre actores, cantantes y músicos, junto al Coro de la Ciudad de Valencia, participan en este macromontaje que se estrena el 7 de junio en la Nave de Sagunto y que dirige el propio Santos. Con Lisístrata se inaugura oficialmente la II Bienal de Valencia, que se clausurará el 30 de septiembre con Las comedias bárbaras, bajo la dirección de Bigas Luna.

Dice Carles Santos (Vinaroz, Castellón, 1940) que si no se lo hubieran encargado jamás se le habría ocurrido representarla, pero lo cierto es que la obra Lisístrata contiene elementos que son característicos del universo creativo de Santos: humor, sexo, fetichismo, sensualidad y ciertos tintes de surrealismo. Irene Papas -directora artística de la programación de artes escénicas de la Bienal- después de asistir a la representación del Barbero de Sevilla que dirigía Santos le propuso, hace ya dos años, una revisión de la comedia de Aristófanes. "La verdad es que cuando leí el texto me di cuenta de que era muy divertido y que daría mucho juego", asegura Santos, que ultima en estos días los detalles del macromontaje.

Aún reciente el éxito cosechado por su ópera-circo Sama Samaruck Suck Suck -por la que acaba de ganar un premio Max- el director, músico y compositor valenciano no abandona en este nuevo montaje su línea estética. Sus obras son un conjunto artístico en el que se diluyen los límites de artes como el teatro, el circo y la ópera. Así lo ha demostrado a lo largo de una extensa carrera de reminiscencias cinematográficas, primero en los años 70, y sobre todo operísticas, a lo largo de las dos décadas siguientes, en las que destacan obras tan aplaudidas como Ricardo i Elena (2000), La pantera imperial (1996), Asdrúbila (1992) o Tramuntana Tremens (1989). Santos es el compositor contemporáneo español más atípico. Su concepción de la música le ha llevado a crear obras tan hermosas como L’Adéu de Lucrècia Borgia, partitura que contiene lo mejor de Santos, un minimalismo mediterráneo y luminoso en el que las ideas breves y contundentes se suceden de forma eficaz, o No al No, que sorprendió en su presentación en el Festival de Edimburgo el pasado verano. Además, siempre dirige e interpreta sus propias partituras. "Mi concepción de la músical es muy visual. Cuando abordo un trabajo me da mucha tranquilidad tener una partitura debajo del brazo. Eso me ayuda a ordenar las cosas".

Actores en la carretera
Para esta Lisístrata -de gran fuerza visual, como todas sus obras- los 6.000 metros cuadrados de la nave de Sagunto han inspirado la concepción espacial de la obra. "Para ese espacio enorme he ideado una especie de carretera de 100 metros de largo por 13 de ancho, que recuerda a los circuitos de motos. En esta obra todo pasa, no hay nada fijo, los objetos, los personajes y los músicos avanzan a distintas velocidades". La tribuna se dispone a ambos lados de tal forma que los espectadores están contemplando lo que sucede en escena como si "de un partido de tenis se tratase" en el que hay que estar atento al siguiente movimiento, a la nueva aparición.

Dos enormes cabezas de ocho metros cuadrados, una de Lisístrata y otra de Aristófanes, presiden este "circuito-escenario" por el que desfilan también cuatro motos de trial. El concepto de carretera, del movimiento, de objetos que pasan responden a "la distancia que existe entre el momento de escritura de la obra y la actualidad. El texto tiene tantos años que me apeteció enseñarlo". Para Santos su obra tiene claramente dos partes: "la teatral y la operística", de ahí la decisión de utilizar a dos artistas, una actriz y una cantante, para el papel de Lisístrata. "Así mezclaba también lo hablado con lo cantado, de tal forma que siempre hay música, incluso cuando los actores hablan". En total, 70 artistas entre músicos, cantantes y actores pone voz y canto a los personajes milenarios del texto. Conviene no olvidar que la obra tiene 2.411 años aunque su lenguaje es muy actual, entre otros motivos, por su vocabulario provocativo y explícito sexualmente.

La dualidad está presente en toda la concepción escénica, desde el espacio -diferenciado en dos partes- al sexo de los personajes, ya que el corifeo masculino está interpretado sólo por mujeres. "En la obra las mujeres son las protagonistas. Ellas intentan apoderarse de la acrópolis, del dinero, etc. Sin embargo no es una obra feminista ni reivindicativa. Incluso ese lado pacifista que muchos han explotado aquí aparece diluido". Sólo hay un hombre en el montaje, el actor que interpreta a Pericles.

Motos de trial, músicos en movimiento, grandes estructuras, un coche fúnebre.... La obra es un rompecabezas contemporáneo que hace olvidar la antigöedad del texto y al que da coherencia la partitura de Santos. "Es un conjunto musical muy extraño. Hay ocho violines, cinco percusionistas, ocho guitarras eléctricas y el coro de Valencia". Innovador en cada uno de sus trabajos, el compositor ha utilizado por primera vez las guitarras eléctricas "a pesar de que no me gustan. Pero es que en este caso la música está a las órdenes del espectáculo", dice el creador, que tan pronto pone a cantar a Lisístrata melodías tradicionales como modernas, confundiéndose su voz con gritos o ruidos de motos. La música es interpretada en vivo y los músicos, caracterizados como el resto de los actores, saltan del foso al escenario para convertirse en un elemento escénico más.

Santos ha concebido la obra de forma atemporal, a pesar del trabajo de contextualización que ha realizado. Una novedad respecto al texto original son Pericles y Aristófanes convertidos en dos personajes más que se pasean por la nave. "En el texto hay una referencia, sutil pero presente, a Pericles, el Bush de aquella época. él empezó esas guerras contra las que la obra protesta". Y es que en la comedia de Aristófanes las mujeres atenienses encabezadas por Lisístrata se niegan a tener relaciones sexuales con sus parejas si no renuncian a ir a la guerra.

Partitura ecléctica
El trabajo dramatúrgico ha sido realizado conjuntamente por Pedro Barceló y Carles Santos, quienes han reducido el texto considerablemente. Vuelve a repetir colaboración con su inseparable Mariaelena Roque en las labores de vestuario y atrezzo e incorpora un nuevo fichaje, Toni Miranda, como encargado de la escenografía. "Es la primera vez que trabajo con alguien en este terreno", confiesa Santos. Contrasta la velocidad de esta obra -desde su creación, en escasos meses, al ritmo que se marca en escena, siempre trepidante- con su próximo proyecto. Se trata de una obra de pequeño formato en la que Santos se olvida de las grandes producciones -sólo hay cuatro personajes- y que gira en torno a la figura de Rossini. "No se trata de una biografía pero sí voy a indagar en su forma de ser para tomar conciencia de si persona. Y lo voy a hacer con toda la ironía que él tenía".