Teatro

Arranca el año Sastre

Un congreso en el CBA y tres montajes ponen de actualidad la obra del autor vasco

18 enero, 2007 01:00

Chete Lera y Zutoia Alarcia en ¿Dónde estás Ulalume, dónde estás? en el montaje de Pérez de la Fuente

Con nuevas puestas en escena de ¿Dónde estás Ulalume, dónde estás?, Han matado a Prokopius y de su versión del Marat Sade de Weis arranca el año Sastre. Admirado por unos y cuestionado por otros, Sastre vuelve a la actualidad, además, por unas jornadas en el Círculo de Bellas Artes que comienzan el lunes próximo y por la publicación de su obras escogidas (AAT).

La próxima semana y parte del mes de febrero el panorama teatral estará dominado por Alfonso Sastre. El autor madrileño, residente en Hondarribia, es un maldito de la escena española, un insumiso prefiere decir él, desde que en 1953 Pérez Puig le estrenara Escuadra hacia la muerte y empezara su confrontación con el poder; Pérez Puig reincidió en Sastre años después con El viaje infinito de Sancho Panza. El punto de partida de esta semana loca serán las Jornadas en torno a toda su obra -teatro, ensayo, narrativa y poesía- que los próximos días 22 y 23 se celebrarán en el Círculo de Bellas Artes; el día 25, en el Principal de San Sebastián, se estrenará ¡Han matado a Prokopius! y el 27, en el Adolfo Marsillach, de San Sebastián de los Reyes, ¿Dónde estás, Ulalume, dónde estás?

En febrero Animalario pondrá en el CDN su particular versión de la adaptación sastriana del Marat Sade, de Peter Weis. Por culpa de prohibiciones y censuras Escuadra hacia la muerte, recientemente en TVE a cargo de Raúl Hernández, se convirtió en el buque insignia de un malditismo indeseado; pero hay otro teatro de Sastre que no es el aquel trágico realismo crítico, cuyo alcance podrá constatarse cuando se represente. Desde aquellos dramas iniciales hasta la "tragedia compleja" han pasado muchos años. Pero el teatro de Alfonso Sastre sigue fiel a sus rasgos esenciales: compromiso histórico, independencia frente a consignas, autonomía del lenguaje dramático y constante evolución formal. Y un higiénico escepticismo, más acusado en la "tragedia compleja" no muy distinta de la inicial "tragedia pura"; si acaso, el héroe resulta más grotesco, rodeado de un irónico descrédito y, frente al pesimismo de la inteligencia, sostenido por el optimismo de la voluntad. Disquisiciones teóricas aparte, parece que el teatro de Sastre está entrando en una normalización relativa, pues relativa es la normalidad del teatro en España. Aunque sus dificultades para estrenar sean parecidas a las de otros autores españoles, la importancia de su obra agrava la marginalidad. Sastre, por su peso específico, es un doble símbolo: resistencia y marginación. éxitos esporádicos como el de La taberna fantástica hace unos veinte años no modifican estos supuestos.

1. Ulalume y la soledad. ¿Dónde estás Ulalume, dónde estás?, que se estrena el día 27 en San Sebastián de los Reyes, trata de los últimos días de Edgar Allan Poe: un fantasma alcoholizado por las calles de Baltimore. Ulalume se encuadra en el marco de la "tragedia compleja"; pero su poética del absurdo trágico, su laberíntica red de sentimientos y un cierto humor desesperado, pueden definirla como una tragedia en estado puro. Allan Poe, mientras se le va el tren -nunca llegará a Filadelfia- y le acecha el delirium tremens, vagabundea por calles y andenes para acabar siempre en una taberna. Pérez de la Fuente, al dirigir Ulalume, cumple un sueño que no pudo hacer realidad cuando dirigía el María Guerrero; completar su antología de teatro español del siglo XX: Nieva, Max Aub, Arrabal, Buero y Sastre. Concretada con éste su participación, en una charla en El Escorial, la idea se desmaterializó en los despachos del Ministerio de Cultura: un error de los muchos que jalonan la ceguera intelectual de los políticos.

Por entonces, Sastre y Pérez de la Fuente, hablaron de títulos como Demasiado tarde para Filoctetes o Los hombres y sus sombras, dos cumbres sastrianas que retratan, bajo la apariencia de democracia, la sordidez sombría de un estado policial. Ulalume es una cumbre de la desolación del ser humano que Pérez de la Fuente ha tratado como "una poética de la autodestrucción casi ritual, en ocasiones casi como una misa negra". Chete Lera, uno de los grandes actores del momento, es Poe; Zutoia Alarcia, presente hace años en el montaje de Konrad Zschiedrich, puede ser una auténtica y poliédrica revelación en todos los personajes femeninos de la obra. La escenografía es de un joven recién salido de la RESAD, David F. Loaysa; y completa el reparto Camilo Rodríguez. Ulalume, tras el preceptivo peregrinaje por los teatros de España, llegará al Albéniz en el mes de septiembre.

2. Prokopius y las revoluciones perdidas. Como un "thriller político" podría definirse Han matado a Prokopius. El experimentado Francisco Vidal apoya su dirección en la escenografía de la joven, y ya veterana, Ana Garay y en un reparto de actores con oficio: Fernando Sansegundo, como Isidro, el detective dipsómano y resabiado; y Ana María Ventura, José Hervás, Julián Navarro, Maite Jiménez, Leire Ruiz... La pregunta que Sastre se hacía al publicar esta obra se recrudece en estos días de estreno: "¿Qué pensarán los vascos patriotas de mi Prokopius? ¿Y los otros vascos? ¿Y los patriotas españoles...?" Las preguntas que Francisco Vidal ha tenido que responderse son de índole escénica; giran en torno a los espacios en que se desarrolla la acción y la complejidad de dos personajes tan dispares como Isidro, exfalangista utópico y borracho, y Prokopius, dirigente de HB asesinado. Han matado a Prokopius es el primer texto de la trilogía. Los crímenes extraños que con la aparición reciente de El extraño caso de los caballos blancos de Romershoml ha pasado a tetralogía. Entre Prokopius y Romersholm, dos títulos: Crimen al otro lado del espejo y El asesinato de la luna llena.

3. Marat: 1968 en la memoria. Lima y Animalario traen al CDN un texto legendario: el Marat, de Peter Weis, versión que Sastre, proscrito, firmó entonces con seudónimo: Salvador Moreno Zarza. Cuando en 1968 Adolfo Marsillach, bajo su entera y absoluta responsabilidad, puso en escena Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat representados por la Casa de Salud de Charenton bajo la dirección del señor de Sade, se armó el cirio. Fue algo más que un hecho teatral: fue un suceso político; "Marat, Marat qué han hecho de tu revolución". Dialéctica entre Sade (Marsillach) y Marat (Prada), pasiones en torno a Carlota Corday (Serena Vergano). Al final, desde el gallinero, lluvia de octavillas con los Derechos Humanos; gresca y carreras. Algunos de los que participaron en el follón de las octavillas y las carreras andan hoy cojos y achacosos; es la vida.

De Poe al análisis de los especialistas

Alfonso Sastre, conocido fundamentalmente en su faceta de autor es, a la vez, un ensayista con un corpus teórico tan amplio como sus dramas y tragedias. Es un poeta en el sentido estricto de la palabra y un narrador singular que se ha adentrado por los vericuetos de las narraciones de terror fantástico, compadre de Poe, Lovecraft y otras maléficas personalidades del submundo del horror y el miedo. Ese es el objeto de las jornadas que los próximos días 22 y 23 van a celebrarse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid bajo el título Alfonso Sastre, una pasión inextingible. Especialistas y estudiosos del teatro como César Oliva, Jerónimo López Mozo, Ignacio Amestoy e Ignacio García Garzón, entre otros, tratarán de desvelar durante estos dos días los principales aspectos de la obra del autor de La taberna fantástica.