Teatro

Igor Yebra baila El lago de los cisnes en Santander

El bailarín comparte el escenario con Alicia Amatriain

10 mayo, 2007 02:00

Un momento de El lago de los cisnes

Los grandes bailarines de ballet clásico que han consolidado sus carreras fuera empiezan a dejarse ver con mayor frecuencia en España. Últimamente se oye hablar de proyectos que indican que estos artistas son conscientes de su papel y sus posibilidades en un país con mucho talento por desarrollar. Es el caso del vasco Igor Yebra, que inicia esta semana en el Palacio de Festivales de Santander una gira con el Ballet Nacional de Lituania con El lago de los Cisnes, en la versión renovada por Konstantin Mikhailovich Sergeyev. Compartirá escenario por primera vez con Alicia Amatriain, la donostiarra que desde 2002 es prima ballerina del Ballet de Stuttgart.

"Me apetece mucho estar con ella, porque es una bailarina con un gran trabajo hecho y un gran futuro," apunta Yebra. "ésta versión del Lago es muy buena, especialmente para la bailarina, y me interesa que se dé a conocer. Quiero empezar a dar oportunidad a bailarines españoles que están fuera y no son tan conocidos aquí".

El bailarín ha realizado varias giras por España con el ballet lituano dentro de una carrera que, desde su salida de la compañía de Víctor Ullate en 1996, le ha llevado como artista invitado por algunas de las agrupaciones más destacadas del mundo. En diciembre pasado fue nombrado bailarín estrella del Ballet de la ópera de Bordeaux a la vez que mantiene un compromiso estable con el Ballet de la ópera de Roma. Vive con las maletas en la mano. "Soy bastante libre, y comparto la opinión de Nureyev, de que cuánto más se mueve uno más aprende y más crece como persona y artista".

Ahora, Yebra construye unos proyectos para el futuro sobre una sólida carrera internacional. "Me gusta trabajar paso a paso y con tranquilidad", puntualiza. En septiembre inauguró escuela propia en su Bilbao natal. "Tenemos que empezar a cambiar el chip de la queja continua. Lentamente las cosas van marchando mejor y hay que hacer una lectura positiva. Si los padres piensan que sus hijos no tienen futuro aquí terminaremos cerrando las puertas a muchos futuros bailarines, que sería una injusticia".