Image: Nace otro Clásico

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Teatro

Nace otro Clásico

La nueva compañía de la CNTC se estrena en Alcalá de Henares con una obra vital y póstuma de Lope de Vega

7 junio, 2007 02:00

Los integrantes de la joven Compañía Nacional en un momento del ensayo de la obra Las bizarrías de Belisa, de Lope de Vega

La Compañía Nacional de Teatro Clásico crece con la Joven Compañía Nacional. La nueva formación nace con la intención de servir de cantera a su compañía madre y la de experimentar con los clásicos. Para su debut cuenta con el padrinazgo de Lope de Vega, de quien representará su vital y póstuma Las bizarrías de Belisa. El estreno de la obra tendrá lugar el próximo 14 de junio dentro del festival de teatro clásico que comenzará ese mismo día en Alcalá de Henares. Posteriormente, el montaje, dirigido por Eduardo Vasco, viajará hasta los certámenes de Almagro, Cáceres y Olite.

Las cercanías de la madrileña M-30 se han convertido en una maternidad teatral. Allí, junto al Puente de Vallecas, un grupo de 14 actores de entre 23 y 30 años se prepara estos días para el estreno de la Joven Compañía Nacional en un antiguo cine de barrio reconvertido en sala de ensayos de su formación madre, la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). El debut de la hija y futura cantera de la formación pública tendrá lugar el 14 de junio en el Festival de Alcalá de Henares con la obra de Lope de Vega, Las bizarrías de Belisa.

El título del autor madrileño, considerado el último que escribió, es una comedia de enredo en la que Lope loa el amor y las pasiones juveniles con la añoranza de quien está próximo a la muerte, que se produjo un año después. Paradójicamente son esos mismos versos con los que pelean estos días los integrantes de la nueva formación en las vísperas de su nacimiento. Aunque no es ese el mayor problema al que se enfrentan en las vísperas de su debut.

Esposa de Lope. "Me está costando más cantar que los versos", confiesa en un descanso de los últimos ensayos, David Boceta. El actor se afana para convertirse en el Conde Enrique, un noble al que el desdén de la protagonista le conducirá a enamorarse de otra mujer. Pero antes tendrá que entonar las canciones de principios del siglo pasado que ha incluido en el montaje su director, y también de las dos compañías, Eduardo Vasco. A la formación ha llegado Boceta, como sus compañeros, tras un proceso de selección al que se presentaron 400 aspirantes, de los que fueron elegidos inicialmente una treintena de la que salió la plantilla definitiva, tras "un duro taller de dos meses de trabajo". Y que ha sido liviano en comparación con el de los meses de ensayos, ya que Vasco les ha hecho pasar por un "entrenamiento muy exigente, detallado y riguroso" para que lograran montar una comedia de enredo cuya protagonista despliega sus infinitos caprichos sin respiro alguno.

La encargada de interpretar el personaje -con el que Lope dibujó a Isabel de Urbina, la menor a la que, en 1598, secuestró con su consentimiento cuando tenía 17 años para casarse después de la fuga- es Eva Rufo. A sus 28 años es una actriz que ya ha trabajado con textos clásicos, aunque reconoce que estos días está sintiendo"mucho miedo" por la responsabilidad que supone formar parte del elenco inicial de una compañía. Con el resto de compañeros ha compartido la "bajada a los infiernos" que supuso al principio montar obra y formación, aunque ahora ya contempla las cosas bajo un prisma más favorable. Tanto como para compartir la jocosa frase sobre el verso de un antiguo profesor que lo definía como "hablar olímpicamente". Ahora lo siente algo propio gracias a que ellos dos y sus compañeros, piensa, han conseguido convertir "la rígida estructura del lenguaje del Siglo de Oro en algo natural y bello que puede conmover a los espectadores". Para llegar a ese extremo han tenido que trabajar con Vicente Fuentes. El encargado dentro de toda la CNTC de este apartado ha sido el responsable de unificar una plantilla de actores que nunca antes había trabajado con la formación pública, pero sí lo había hecho con obras de autores clásicos en varias ocasiones.

Boceta no cree que este hecho se deba a una predisposición especial que tienen para interpretar textos de hace cientos de años. El actor piensa que son, en realidad, los clásicos los que han unido a todo el grupo en una suerte de llamada a través de los siglos que les concede la oportunidad de formar parte de "un proyecto interesante y de vanguardia". A cambio, los integrantes de la Joven Compañía han aportado desde el principio "la complicidad existente entre todos los miembros del elenco" que, a pesar del poco tiempo que llevan juntos, han conseguido formar "un auténtico equipo".

Menores de 30 años. A este aporte, la actriz añade "la frescura y capacidad de juego" proporcionada por un elenco formado por personas menores de 30 años. La formación y experiencia previa de sus integrantes permite, también a Vasco, jugar con ellos y proponerles cosas que con otros actores más maduros tal vez no podrían conseguir. Por eso lo peor que le sienta a Rufo es encontrarse con frases del tipo "estos chicos jóvenes" para definirles. "Que nos traten con seriedad", reivindica la actriz mientras Boceta asiente.

De garantizar la seriedad del proyecto se encarga Vasco. El director de las dos compañías recupera en cierto modo la escuela que ya existió en los tiempos de Adolfo Marsillach al frente de la formación nacional cuando su actual responsable era un joven enamorado de los escenarios. Para Vasco, esa iniciativa es una de las responsables "del auge que vive el teatro clásico en España, con más compañías y espectadores que hace pocos años", ya que gran parte de los directores y actores que hacen estas obras son los hijos de aquella idea que posteriormente desapareció, también bajo mandato de Marsillach. Aunque Vasco no busca reeditar la escuela primigenia, sino levantar "una compañía de actores jóvenes que tendrá periodos formativos más intensos que los de otros elencos" y que servirá de "cantera" para su compañía madre proporcionándola en su momento actores con unos patrones comunes.

De esta forma, el director confía en disponer de "un testigo que inculque y transmita la bandera de los clásicos" para los teatreros que dentro de pocos años estén en su apogeo teatral, sin que pueda interrumpirse esa transmisión como ha ocurrido hasta ahora. De momento, la nueva formación tiene garantizada su existencia durante "al menos dos temporadas". Al debut con Las bizarrías de Belisa, le seguirá otro montaje, aún desconocido, cuyo estreno será el próximo mes de abril. Para más adelante aún está por definir la senda que seguirá, aunque Vasco ya advierte que "seguramente habrá cambios en el elenco para mantener el cañón vital" que aportan actores como los que ahora conforman la nueva formación. Y que le permiten "experimentar en el sentido menos tópico de la palabra" con los clásicos.

Obra explosiva. El director de la Joven Compañía quiere "llenar de vida los textos" de autores como Lope, Tirso y Calderón, pero también los de otros dramaturgos menos usuales en la CNTC, caso de Rojas Zorrilla, del que el próximo 29 de junio estrenará obra en el Festival de Almagro, o Gil Vicente y Ramón de la Cruz, a quienes la CNTC ha concedido la alternativa con el actual director al frente. En el caso de Las bizarrías de Belisa, Vasco ha confeccionado un montaje "explosivo gracias a la energía del elenco" que lleva el título a un tiempo no determinado del todo, pero que puede identificarse con el Madrid del primer tercio del siglo XX.

Por esa ciudad a la que el madrileño Lope de Vega homenajea con "algunos de los momentos más hermosos y poéticos de su teatro", pasean unos personajes "muy bien dibujados" por el maestro entre las canciones de hace casi un siglo que el Conde Enrique hace salir de un gramófono y la vanguardista música, interpretada en directo por ángel Galán, de Gyürgy Ligeti, en otra de las paradojas que marcan el nacimiento de la compañía. Es en esa ciudad mágica para Lope donde los personajes -vestidos elegantemente con unos trajes diseñados por Lorenzo Caprile- despliegan sus ganas de vivir, enredos y las complicaciones que se crean sobre un escenario, casi limpio del todo, en el que sólo hay "catorce sillas y un piano", pero que le bastan a Vasco para componer un fresco "vital, rápido y divertido" que nace estos días junto a la seria y gris M-30.