El Cloud Gate Dance Theatre de Taiwán estrena Moon Water

Magia china en el Grec
La obra hace referencia a una de las danzas rituales más antiguas de China cuyo título evoca un proverbio budista sobre el estado ideal buscado por los practicantes del Tai Chi y el rastro de ilusión que forman la flores en la luna y en el agua. A esos principios, la compañía de Taiwan, creada por Lin Hwai-min en 1973, añade una mirada contemporánea que mantiene un diálogo profundo con fuentes ancestrales de movimiento y técnicas corporales para manejar la energía, artes marciales, meditación y caligrafía. El resultado aporta "un lenguaje coreográfico chino distinto y maduro", según la crítica internacional, que ha permitido a su director tener una influencia equivalente en la danza asiática a la de William Forsythe en el ballet clásico europeo.

Moon Water parte de selecciones de Seis Suites para Violonchelo de Johann Sebastian Bach para crear un estudio en blanco y negro centrado en la filosofía del Tao y el concepto de la dualidad manifestado por el cuerpo, el tiempo y el espacio. Con esos elementos, Lin juega con varios espejos y el agua que gradualmente empapa a los intérpretes e inunda el escenario para reflejar y reproducir a los 23 bailarines de la compañía en un equilibrio entre realidad e ilusión.

La fisicalidad particular del lenguaje coreográfico que se utiliza en Moon Water tiene una influencia especialmente pronunciada de los ejercicios de Tai Chi. Al coreógrafo le gusta explorar esta técnica milenaria con sus bailarines en improvisaciones que se realizan casi en estado de trance. La importancia de la respiración es otro gran factor que influye de manera sutil en la relación entre los intérpretes y el público. El montaje cuenta con un preciosista vestuario de Lin Ching-ju al que se añade una iluminación de Chang Tsan Tao y escenografía de Austin Wang. por Laura Kumin

Homenaje del Teatro Piccolo a Goldoni
Carlo Goldoni y el Piccolo de Milán despiden la temporada del Teatre Nacional de Catalunya. La compañía italiana representa hasta el domingo en el recinto público uno de los montajes, Il ventagglio, con los que la legendaria formación dirigida por Luca Goldoni conmemora este año el tercer centenario del nacimiento del autor que en el siglo XVIII ‘fijó’ la esencia de la Commedia dell'Arte. El espectáculo, tras su estreno de Barcelona, regresará a España tras el verano para visitar el madrileño Festival de Otoño.

Goldoni escribió Il ventagglio en francés, durante su estancia-exilio en París hasta donde había ido por la frustración que le produjo el sentirse rechazado en su tierra. Estos hechos hicieron que el autor creara una fábula filosófica en la que reconciliación aparece como la única esperanza posible para una burguesía que comienza a sentir su propio declive y reconoce su sustancial fracaso histórico. Para defender la tesis, Goldoni cuenta en la obra la tempestad de catástrofes que se desencadenan por un suceso mínimo, el regalo del objeto que uno de los personajes hace a su prometida. En un descuido de la mujer, el abanico cae al suelo y se rompe, por lo que es sustituido por uno nuevo que pasará de mano en mano hasta llegar a las de la propietaria original, pero dejando un variado surtido de malentendidos y problemas a cada uno de los personajes. Goldoni tejió Il ventagglio como una comedia repleta de escenas breves y emocionantes, a las que anima una acción perpetua y un movimiento continuo que los actores deben interpretar más con la acción que con la palabra. Y con un ritmo impecable y vertiginoso, de precisión cronométrica casi artificial, donde se suceden los golpes de efecto. por María José Ragué

Amargo vuelve al flamenco en Tiempo muerto
Rafael Amargo hace un alto en el camino. El coreógrafo y bailaor estrena en el Teatro Alcázar de Madrid Tiempo muerto, una obra con la que quiere detenerse para mirar hacia atrás, reflexionar tras las polémicas en las que se ha visto envuelto últimamente y recuperar las esencias que ya presentó en espectáculos como Amargo. Entonces el artista centraba sus creaciones en el espíritu del flamenco con el que había crecido al que añadió posteriormente otros lenguajes, como la danza contemporánea o el hip hop.

Tiempo muerto, en cambio, vuelve a recorrer la esencia flamenca que cuenta con la colaboración de artistas como el compositor Juan Parrilla, aunque mantiene el espíritu ‘ortodoxo’ de Amargo, que ha encargado a Amaya Arzuaga la creación del vestuario.

Tres escuelas, a por el Premio Buero
Grupos de dos institutos de Pamplona y Manacor, más otro de la universidad laboral de Orense competirán entre el 2 y el 4 de julio en el Teatro Valle-Inclán de Madrid por el Premio Buero de Teatro Joven que organizan los Ministerios de Educación y Cultura y la Fundación Coca-Cola. Para conseguir el galardón, los finalistas deberán representar la obra con la que han llegado a la final de un premio en el que han participado cerca de 200 grupos escolares de toda España y unos 5.000 jóvenes. Así, la escuela navarra representará, La posadera, de Goldoni; el colegio balear, la shakesperiana Mol soroll per no res; y la gallega, Remanente 1, para la que Tito Asorey se ha basado en la novela de Fernando Lalana, Los hijos del trueno.