Image: Declan Donnellan, director de Cymbeline

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Teatro

Declan Donnellan, director de Cymbeline

“Siento, como les ha sucedido a otras compañías inglesas, una gran afinidad con el público español”

19 julio, 2007 02:00

Declan Donnellan, director de Cymbeline

El director británico Declan Donnellan vuelve al Teatro Español de Madrid donde estrenará esta noche la sorprendente obra de Shakespeare Cymbeline. El fantástico texto es uno de los cuatro romances de los que se sirvió el autor para experimentar en su producción al final de su vida. Donnellan ha hablado sobre su nuevo montaje con El Cultural, que eligió su anterior espectáculo, The changelling, como el mejor de los representados en toda España durante el pasado año.

La obra de Shakespeare es un complicado rompecabezas que combina una diabólica madrastra, un ejército invasor, un cuerpo sin cabeza, algunos fantasmas y la divina visita de Júpiter que el autor cuadra en una sorprendente y hermosa escena final. Para el montaje, Declan Donnellan se sirve de un escenario desnudo en el que brilla, por encima de todo, la palabra de Shakespeare y el trabajo de los actores de la compañía Cheek by Jowl que fundó con su compañero Nick Ormerod.

-Concluye ahora su ciclo de los romances de Shakespeare que empezó en 1983 con Pericles, siguió con La tempestad y continuó con Cuento de invierno, ¿comparte algo más Cymbeline con esas obras?
-Amo estos romances tardíos de Shakespeare, porque en todos hay sufrimiento y dolor pero al final está la sensación de que hay una cierta posibilidad de redención, la de que el amor aguantará. Pienso que estas obras son como una respuesta a las grandes tragedias. Por ejemplo en The King Lear tenemos una familia violentamente separada rodeada de la ‘nada’. Esta es una palabra espantosa que gira alrededor del rey Lear como si fuera una bala de cañón. En Cymbeline encontramos a una familia violentamente separada pero que vuelve a unirse más tarde, aunque la reunión sea dolorosa y desganada. Ellos se han reunido porque tienen algunos puntos en común, lo que, quizás, tenga algo que ver con la tolerancia.

-¿Por qué dice que Cymbeline es una de las cimas de Shakespeare, al contrario de varios estudiosos y críticos que la consideran como una transición hacia La tempestad y Cuento de invierno?
-Porque es un enorme juego, un desafío. Es Shakespeare auténtico. Escribió la obra el año de la muerte de su madre y en ella aparecen al menos tres madres muertas. él está en plena transición y tratando de asimilar la situación.

Amor sin reconocer
-¿Sigue siendo para usted la obra más anárquica, sorprendente y conmovedora de Shakespeare?
-No digo que sea la más anárquica, sorprendente y conmovedora, sino una de las que más lo es.

-¿Y que su protagonista, la impulsiva y sensual Imogen, papel que interpreta Jodie McNee, es una de las más interesantes mujeres de Shakespeare?
-Sí. Es uno de los personajes más famosos de Shakespeare y uno de los papeles más codiciados por las actrices británicas. Como Rosalind (Como gustéis) y Viola (Noche de reyes) cuando se disfrazan de hombres, está plenamente enamorada, pero nadie se da cuenta. Es ese hecho de que nadie realmente lo note lo que encuentro doloroso y conmovedor.

-¿Simboliza Imogen en cierto modo el espíritu inglés?
-No creo en ningún tipo de espíritus nacionalistas.

-Suele trabajar en equipo y crear los montajes desde un lienzo en blanco ¿cómo han pintado la obra?
-Siempre trabajamos en equipo porque para nosotros actuar en conjunto es lo más importante. Comenzamos los montajes sin un concepto y diseño previos, y desarrollamos la producción durante los ensayos. De hecho continuamos ensayando y lo haremos en Madrid porque para nosotros el teatro es un proceso continuo que no tiene fin, como cuento en mi libro El actor y la diana.

-Lleva el montaje a la Roma antigua y a la del Renacimiento, además de a la Inglaterra de 1950, ¿Cómo ha hecho para ensamblar elementos tan disímiles?
-Necesitábamos crear una unidad para que el público pueda apreciar los diferentes mundos que hay en la obra, pero no tanto como para domesticar la anarquía de Shakespeare.

-¿Por qué Tom Hiddleston interpreta dos papeles, el de Posthumus y Cloten?
-Porque es un buen actor y hay evidencias de que Shakespeare también dobló los papeles. Hay muchas referencias a cómo son de similares los dos personajes.

-El año pasado El Cultural escogió su montaje The changeling como el mejor de los representados durante 2006 en España, ¿qué cree usted que es lo que fascina tanto a un público como el español del teatro inglés?
-Mi compañía estuvo por primera vez en España hace 23 años. Desde entonces hemos visitado España muchas veces y siempre nos ha recibido muy bien. Nuestra cumbre fue cuando montamos la obra de Lope de Vega Fuenteovejuna en Sevilla. Siento una enorme afinidad con el público español. Como a nosotros, esto también le ha pasado a otras compañías, aunque la acogida que tuvimos con The Changeling nos conmovió especialmente.

Director por encima de todo
-¿Considera a Peter Brook como el gran maestro del teatro, además de una gran ayuda en su carrera?
- Si Peter no hubiera reparado en mí, mi vida hubiera sido probablemente distinta. Ahora me ha llamado para dirigir la Andromaque de Racine para su compañía de The Bouffes du Nord el próximo otoño y ¡me ha hecho muy feliz!

-¿Se considera usted más entrenador de un conjunto que director de una compañía?
-No, yo soy un director por encima de todo. Pero el teatro que yo amo necesita de una gran implicación entre los actores y entre los actores y el público, donde existe un espacio que debe cubrirse con vida y ambivalencia. Esto requiere un cierto entrenamiento especial que tienen todos los actores británicos. Pero que es una situación muy diferente a la que Nick Ormerod y yo tenemos con la compañía rusa con la que llevamos trabajando desde hace ocho años. Ellos se han educado bajo el sistema ruso y pueden abandonar el trabajo en el teatro o incumplir sus horarios por una película. ¡Esto es increíble en el oeste!