Cuando la Royal Shakespeare vino a Madrid con sus obras del Siglo de Oro, la incansable Patrulla Papanatas se apresuró a decir que venían a enseñarnos cómo hacer clásicos, quizá porque no saben lo bien que se hacen ya. Pues ahora soy yo el que me pongo chulo y digo que en Manacor hay un grupo que les enseña a los ingleses cómo se hace Shakespeare. Una versión soberbia de Mucho ruido y pocas nueces hecha literalmente con nada. No hay en escena ni una silla; pero sí un puñado de actores adolescentes de los institutos Alcover y Na Camel.la, ellos con vaqueros, ellas con un sencillo vestido, magníficamente dirigidos por Tomeu Amengual, que dan lecciones de saber estar. Unas cuantas autonomías a la izquierda (del espectador), Ignacio Aranguren, que lleva nada menos que 30 años enseñando el amor por el teatro a los jóvenes desde el IES Navarro Villoslada de Pamplona, ha montado una Posadera de Goldoni deliciosa, alegre, musical, también con chavalería, que canta, baila, juega y se divierte y divierte a los que la contemplamos, regocijados, en la sala Valle Inclán del CDN. Otro salto a la izquierda y, llegando a Orense, Tito Asorey, con alumnos del grupo Tarumba de la Universidad Laboral, presenta Remanente # 1, comedia crítica y sandunguera sobre las reformas educativas que hace desternillarse a los espectadores, incondicionalmente entregados a esta aventura sobre un grupo de alumnos marginales que, a falta de otra salida, intenta triunfar en los concursos de la tele... ¡Y lo consigue! Estos espectáculos han sido los ganadores del Premio Buero de Coca-Cola este año: cada uno en una lengua distinta, sin que eso le supusiera problema alguno ni al jurado ni al público, para que vayan aprendiendo algunos fanáticos; cada uno en una clave teatral diferente. Ejemplares, los tres, por su capacidad para equilibrar el lado pedagógico del teatro con el entretenimiento en la más noble de sus acepciones. Aciertan de pleno los ministerios de Cultura y Educación al apoyar esta iniciativa. Felicidades.