Un cuento escrito con circo, música, danza y poesía

La Veillée des Abysses, montaje con el que el Teatro Nacional de Cataluña abre el día 26 su temporada, es uno de esos espectáculos que suelen quedar grabados en la memoria. De tintes mágicos y fantásticos, la obra es un poema visual cuya gracia reside en que los objetos se convierten en criaturas animadas desafiando los límites de la imaginación. El espectáculo se nutre de diversas disciplinas artísticas: danza, acrobacia y contorsionismo, música y magia, mezcladas con un exquisito gusto y bastante humor por James Thiérrée. Este artista, que nunca antes había actuado en España, hace honor a su dinastía, pues es nieto de Charlot e hijo de Victoria Chaplin y Jean-Baptiste Thiérrée (que sí han estado en nuestro país con su Cirque imaginaire).Era pues lógico que la carrera de Thiérrée se iniciara en el circo, donde desde muy pequeñito recorrió el mundo y aprendió danza, trapecio y música. Luego ha estudiado interpretación en el Piccolo de Milan y en Harvard Theatre School, amén de algunas sonadas colaboraciones con cineastas como Peter Greenaway o con directores de escena como Robert Wilson. Uno de los que mejor conocen su trabajo en nuestro país es Carlos Santos, pues ha trabajado en algunos de sus espectáculos.

Thiérrée creó su propia compañía en 1998, para montar su primer espectáculo La Symphonie du Hanneton . Después del gran éxito internacional que tuvo con su ópera prima, creó en 2004 La Veillée des Abysses, que viene a prolongar el estilo onírico que inspira las creaciones de este equipo y que también ha obtenido extraordinaria acogida y buenas críticas, que lo han calificado de cuento maravilloso .

Su equipo está formado por múltiples personalidades y talentos distintos, procedentes de Francia, España, Suiza y Brasil. Son la española Uma Ysamat (soprano, pianista y actriz), Raphaëlle Boitel (contorsionista) Niklas Ek (bailarín y actor) y Thiago Martins (acróbata y bailarín de capoeira).