Image: 32 espectáculos en cinco semanas

Image: 32 espectáculos en cinco semanas

Teatro

32 espectáculos en cinco semanas

De Nicola Piovani a Carles Santos, guía de las mejores veladas del certamen

11 octubre, 2007 02:00

Un momento de Fragments, dirigido por Peter Brook

Un Festival como el de Otoño de Madrid es raro que defraude. Los espectáculos invitados ya han sido "probados" y si están aquí es, precisamente, porque han pasado por el cedazo de sus programadores, gente acostumbrada a ver mucho teatro por todo el mundo. Así pues, en un Festival como éste, con una oferta de 32 espectáculos y un presupuesto generoso que asciende a 2.800.000 euros, hay escaso margen para el error, especialmente si los invitados responden a nombres como Peter Brook, la Comedie Française o el Piccolo Teatro de Milán. Porque son las obras de los creadores más célebres del circuito internacional, léase principalmente europeo, los que nutren el Festival.

Otra cosa es saber qué título nos garantiza una gran velada teatral, entendiendo por ésta la función en la que el espectador siente que es testigo de un momento extraordinario, irrepetible, de arte mayúsculo y verdadero, no se sabe muy bien si fruto únicamente del ingenio y la inteligencia de los actores o también de una confluencia positiva de los astros. Estas veladas, como las grandes tardes taurinas, son escasas, pero desde luego, el Festival de Otoño en sus anteriores ediciones ha proveído alguna.

Tan difícil como acertar en las quinielas es saber qué título de la programación propiciará esa gran velada. Sin embargo, la ventaja de este año frente a otras ediciones es que se ha reducido el número de espectáculos y, por el contrario, se ha aumentado en la medida de lo posible el de funciones, por lo que algunas obras estarán más días en cartel. De esta forma, el público tendrá más oportunidades de ver los espectáculos que le recomienden. Lo que a continuación sigue es una selección de los títulos que, sobre el papel, tienen buenas credenciales.

Para abrir boca casi siempre se opta por un espectáculo musical. Nicola Piovani, compositor de los cineastas italianos más conocidos (Fellini, Begnini, Taviani, Tornatore, Moretti, Monicelli...) da el pistoletazo de salida el día 15 con Concerto Fotograma; en el que recorre sus treinta años de carrera acompañando a estos directores. El concierto se ilustra con imágenes de las películas y con poesías de Vicenzo Cerami. Ocho músicos, tres cantantes, una actriz y él mismo sentado al piano componen su compañía. Actúa también el día 16, en el teatro Albéniz.

5 primeros platos fuertes. A partir de Piovani comienza la primera semana con cinco platos fuertes. El primero llega de Londres, una producción del National Theatre que ha dirigido Deborah Warner (hace dos años presentó en el Español su Julio César) protagonizada por su actriz-fetiche, Fiona Shaw. Se trata de Días felices, una de las obras más interpretadas de Beckett. En ella, una mujer, Winnie, se nos muestra enterrada hasta el cuello en una montaña calcinada, sin apenas recibir contestación de su pareja escénica. Ella no deja de repetir que sus días son felices, aunque todo indique lo contrario, lo que resulta cómico y patético a la vez: "Con las pocas cosas que me quedan y mis últimas ilusiones cada vez me hundo más en mi vacío, pero trataré de ser feliz. Total, sólo es cuestión de proponérselo", dice el personaje. Una obra que viene acreditada por la buena reputación de directora y actriz. Del 16 al 21 de octubre, en las Naves del Español/Matadero de Madrid.

Reflejo del caldo de cultivo que es Bélgica para la danza contemporánea son Les Ballets Contemporains de la Belgique (Les Ballets C de la B.), que desde hace dos ediciones viene participando en el Festival. El grupo se caracteriza por un estilo ecléctico e iconoclasta y tiene diversas cabezas dirigentes. Al Festival acuden con dos espectáculos y medio, se podría decir, lo que permitirá ver la versatilidad de su danza. El primero de los espectáculos es Import Export, que ha dirigido Koen Augustijnen, y en el que intervienen bailarines de todo el mundo; la obra esta ambientada en un almacén portuario y pretende reflejar la impotencia del hombre contemporáneo por cambiar el curso de las cosas (del 16 al 18 de octubre, en La Casa Encendida). Zero Degrees es el segundo espectáculo, que Les Ballets ha producido junto con la compañía de Akram Khan. Esta interpretada por los coreógrafos Khan y Sidi Larbi Cherkaoui y versa sobre las identidades y el mestizaje. Khan, de origen indio y Cherkaoui, de origen marroquí, pero ambos criados en Occidentes, fusionan bailes de sus países con la danza contemporánea (del 24 al 26 de octubre, en el Teatro de la Zarzuela). Y también de Cherkoui es Myth, una coreografía que el bailarín ha producido pero con otra compañía, Tonneelhuis (más bien una casa de creación afincada en Amberes que acoge proyectos de video, performance, música, danza y teatro.) Cherkoui ha sido discípulo de Anne Teresa De Keersmaeker y actualmente atraviesa por uno de sus mejores momentos creativos (31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, Albéniz).

El tercer plato es también un viejo invitado del Festival: La Comedie Française, que acude con El misántropo, de Molière. La obra esta dirigida por el alemán Lukas Hemleb. (Del 17 al 20 de octubre, en La Zarzuela).

El cuarto plato es una de las propuestas de mayor interés para el aficionado, especialmente si pudo ver durante la pasada edición Ritter, Dene, Voss. Del mismo director, el polaco Kristian Lupa, llega la adaptación escénica del novelón de Thomas Bernhard Extinción. La obra dura seis horas y esta protagonizada por 23 actores de la compañía del Teatro Dramático de Varsovia. Escrita por Bernhard sin signos de puntuación, como un torrente verbal, el autor narra la historia de un hombre (presumiblemente él) que repasa toda su vida a partir de la muerte de su familia en accidente de tráfico. Un ejercicio de memoria con el que saca a la luz los fantasmas del pasado: un padre nazi, una madre de la burguesía con una hipócrita vida, un país contaminado por el fascismo latente...El espectáculo se ha dividido en dos partes que se representan consecutivamente los días 18 y 19, en el Teatro Valle Inclán; los días 20 y 21 la función es completa.

Como el Tirant Lo Blanc de Calixto Bieito (en el Albéniz, del 19 al 21) llega con muy malas credenciales de la crítica, y a no ser que se tenga debilidad por el catalán antiguo (el idioma en el que se representa, aunque con subtítulos en castellano), se puede optar por el concierto que Caetano Veloso ofrece el día 19 en el Palacio Municipal de Congresos: Cê, el primer disco cantado por el brasileño íntegramente en portugués.

Segunda semana. Lo más sugerente en esta semana procede de Estados Unidos, la compañía The Lucidity Suitcase Intercontinental, que dirige Thaddeus Phillips, colaborador de Robert Lepage. Presenta un espectáculo cómico: ¡El Conquistador!, que ha ganado numerosos premios en su país . Un protagonista, Polonio Castro (interpretado por el propio Thaddeus) , llega a la gran ciudad con la idea de convertirse en estrella del culebrón. Pero su experiencia comienza en una casa de vecinos, donde aparecen personajes disparatados que se comunican con Polonio a través de un video-portero automático, lo que permite el juego de proyectar una una película en la que participan célebres actores colombianos (en la Cuarta Pared, del 23 al 26 de octubre).

Coproducción interesante entre un teatro inglés, el West Yorkshire Playhouse de Leeds (Gran Bretaña) y la compañía de Mom Produccions de Josep Galindo es Don Quixote. Se trata de una libérrima adaptación o, mejor dicho, de una obra que ha tomado como inspiración la de Cervantes. Se presenta como un viaje de la realidad a la ficción, ambientado en nuestros días, y compuesto por multitud de historias; la protagoniza el actor Greg Hicks en el personaje de Don Quijote (en el Teatro de Madrid, del 26 al 28 de octubre).

Y para culminar la semana, el nuevo trabajo de Philip Glass inspirado en la poesía y los dibujos del cantautor Leonard Cohen publicados el pasado año y que supone el primer poemario del cantautor en los últimos 20 años. Glass ha puesto música a Book of Longing y él mismo lo interpreta acompañado por ocho instrumentos y cuatro voces. Suena a rock indie, música clásica y nuevas tendencias experimentales (Albéniz, días 27 y 28).

Möller en el ecuador. En esta tercera semana se concentran un buen puñado de espectáculos acreditados por grandes directores. El gran dramaturgo de la Alemania socialista, Heiner Möller, abre con todos los honores el ecuador del Festival. Y lo hace con una de sus piezas más conocidas y, además, dirigida por su antiguo colaborador en el Berliner Ensemble, el director Matthias Langhoff. Möller revisitó a los clásicos, especialmente a los griegos y a Shakespeare, y en Quartett hace una adaptación de Las amistades peligrosas, la célebre obra epistolar de Laclos. Por otra parte, el director Lanhoff es un director riguroso pero también radical, seguidor de una estética que inunda el escenario con signos de todo tipo (videos, fotografías, referencias a otras obras de teatro, escenografías excesivas o complejas). Para la protagonista de la obra, Langhoff ha contado con la actual directora de La Comedie Française, Muriel Mayette, que es acompañada por François Chattot. (en el Valle Inclán, del 27 al 29 de octubre).

Fieles a este Festival son también los espectáculos de Peter Brook, que en esta edición presenta dos. En La Abadía se podrá ver The Grand Inquisitor, basado en uno de los capítulos de Los hermanos Karamazov, de Dostoievski. Esta interpretada por Bruce Myers, uno de sus actores habituales, y Joachim Zuber (días 31 de octubre y 1, 2, 3 y 4 de noviembre). Y al mismo teatro acude con Fragments, en el que tres actores ponen en marcha una pantomina de humor trágico a partir de fragmentos de cinco obras y poemas de Beckett (del 10 al 14 de noviembre).

Daniel Veronese es ya conocido por el aficionado madrileño, pues abrió la temporada en el Centro Dramático Nacional con el primer título de Proyecto Chejov (Una mujer que se ahoga). Ahora hay ocasión de ver el segundo título, adaptación de Tío Vania, y cuyo largo título reza así: Espía a una mujer que se mata (en la Cuarta Pared, días 31 de octubre, 1, 2 y 3 de noviembre). Y argentino y actor colaborador de Veronese es también Claudio Tolcachir, quien firma La omisión de la familia Coleman (Pradillo, del 6 al 9 de noviembre).

Pippo Delbono visitó Madrid hace muchos años pero no era tan aclamado internacionalmente como ahora. Presenta dos de las obras más representativas de su repertorio: Il silenzo y Guerra. Delbono y su compañía es de lo más destacado del teatro italiano actual, artítifice del "teatro de la rabia", practica un teatro más visual y poético que textual (en el Centro Cultural de la Villa, Il silenzo: 1 y 2 de noviembre; Guerra: 3 y 4 de noviembre).

Concentración musical. Y está por ver la recepción que tendrá Negro sobre blanco, del sorprendente Heiner Goebbels; este músico y compositor suizo que finalmente devino director de escena ha concebido un concierto en el que los instrumentos son también actores y en el que suceden cosas imprevisibles (Naves del Español/ Matadero de Madrid, 2, 3 y 4 de noviembre).

En las dos últimas semanas se concentran dos compañías de danza y teatro musical. Blanca Li acude con su nuevo trabajo Corazón Loco (Albéniz, del 7 al 11 de noviembre) y la compañía de Michael Laub, prácticamente desconocida en nuestro país, pero que pueden convertirse en revelación del Festival con Alone/Gregoire. Originario de los Países Bajos, su trabajo se sitúa a caballo de la performance y la danza (Cuarta Pared, del 8 al 10 de noviembre). Por su parte, Carles Santos viene a corregir la ausencia de compañías nacionales (con la excepción de la de Bieito y Mom), pues estrena El fervor de la perseverancia en el Español del 7 al 9 noviembre. Y en este mismo teatro pondrá punto y final a esta edición la deliciosa comedia de Goldini que Luca Ronconi ha dirigido con maestría y con los actores del Piccolo Teatro (del 14 al 17 de noviembre).

Circo chino en el Price

La apertura del Nuevo Price permite la incorporación al Festival del circo de pista en Madrid. La presente edición incluye en su programación un espectáculo de estas características que reúne la tradición china con la incorporación de danza, música y un libreto y que permite llegar a un público de amplias edades como ocurre con ¡Piratas piratas! cuyo estreno tendrá lugar el 17 de octubre. La obra, que interpreta el Gran Circo Nacional Chino, hará gira posteriormente por España. La compañía está formada por artistas procedentes de las escuelas de circo del país asiático donde los niños aprenden desde los 8 años las diferentes técnicas de un arte que en China tiene más de 2.500 años. Este sistema de enseñanza marca ya sus diferencias con el circo occidental, pues "las compañías no están basadas en núcleos familiares", asegura el ‘alma mater’ del espectáculo, Henk van der Mayden. También desecha la idea de contar con "estrellas individuales", en favor de un elenco equilibrado que domina las técnicas tradicionales chinas, las cuales tienen su origen en rituales o celebraciones ancestrales. Estas incluyen todo tipo de impresionantes acrobacias -que ejecutan a pelo, sin red u otros elementos de sujeción- construcciones humanas y juegos malabares, entre otras. Todas ellas forman parte de ¡Piratas piratas!, una obra que al estar centrada en el mundo de los corsarios y representada en un barco permite acentuar la espectacularidad de la escuela china, a la que en esta ocasión se han unido un pareja de artistas rusos, encargada de ejecutar un aéreo y poético ‘pas de deux’. por Rafael ESTEBAN