Las compañías que quieren representar sus obras en Madrid pero no consiguen entrar en las salas comerciales tienen su oportunidad en la Muestra del Teatro de las Autonomías. Este año el certamen congrega en el Círculo de Bellas Artes a formaciones de Andalucía, Castilla-La Mancha y de la comunidad anfitriona, en un certamen que además organiza las Jornadas de Circuitos y Redes Escénicas con programadores de las tres comunidades implicadas. Como en convocatorias anteriores, los grupos han respondido con propuestas que van desde textos propios a clásicos o rarezas como la obra de Picasso El deseo atrapado por la cola de Teatro del Velador. Pero antes, esta misma noche, el certamen comenzará con el estreno en Madrid de La ópera de los tres centavos , original de Bertolt Brecht y Kurt Weill y a cargo de la compañía sevillana Atalaya. Posteriormente, a partir del próximo martes, Producciones Imperdibles tomará el relevo con Don Juan. Tirso, Molière, Zorilla, una obra que reúne pasajes de los tres autores sobre el personaje.

Palabras mayores
El montaje de Atalaya supone el debú de la compañía con el dramaturgo alemán a pesar de que ya tiene 25 años de existencia. Durante ese tiempo, los sevillanos se habían atrevido con casi todo, clásicos y autores contemporáneos, pero nunca lo habían hecho con Brecht, porque, según el director de Atalaya, Ricardo Ini-esta, eran "palabras mayores". Pero después de hacer Divinas palabras de Valle-Inclán y para celebrar el cuarto de siglo de andadura, han dejado atrás miedos y se han embarcado en "una obra que conjuga todas las artes" como ocurre en La ópera de los tres centavos. El título surgió en 1928, vísperas del "crack" económico. En esos momentos, con el cabaret político brillando en Berlín, una generación de creadores intentaba cambiar las artes que en lo escénico tenían como paladines a Brecht y Weill. Ambos decidieron probar con un musical para lo que montaron un espectáculo con "textos no demasiados buenos, pero una música y unas canciones maravillosas que hablaban de los fundamentos del capitalismo". Iniesta cree que la obra sigue vigente. Para el director, el tráfico de mendigos y prostitutas de la obra "es el mismo que hay ahora con inmigrantes y mujeres", sólo que más sofisticado. Por ese motivo no sitúa la obra en el Londres original del texto, sino en "una indeterminada ciudad de nuestros días que tenga puerto". La producción, asimismo, recuerda la época en la que ambos crearon La ópera de los tres centavos con un "expresionismo que recuerda el de películas como El gabinete del Doctor Caligari".