Image: Obra al gusto español

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Teatro

Obra al gusto español

Vasco dirige El pintor de su deshonra

27 marzo, 2008 01:00

Escena de el pintor de su deshonra.

El empeño de Eduardo Vasco por recuperar obras clásicas poco conocidas continúa ganando batallas. La CNTC presenta en su sede de Madrid, y tras su estreno sevillano, El pintor de su deshonra, una de las tragedias de honor de Calderón que lleva más de un siglo sin representarse en nuestro país.

La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) continúa incorporando a su repertorio títulos poco frecuentados. En esta ocasión es un texto de Calderón de la Barca, El pintor de su deshonra, que no se representaba en España desde hace cien años aunque, cosas del interés nacional por los clásicos, sí lo hiciera hace una década la Royal Shakespeare. El montaje, dirigido por Eduardo Vasco y representado por el mismo elenco que ha hecho El castigo sin venganza, entre otras, supone además la vuelta a la formación de Rafael Pérez Sierra, profundo conocedor del teatro clásico y un histórico de la Compañía, y que en esta producción firma la versión del texto. Para verano está previsto el estreno de otro Calderón, Las manos blancas no ofenden. Después de Lope, Cervantes y Tirso, Vasco escoge a Calderón por partida doble.

La doble recuperación supone para el director de la CNTC la oportunidad de "redescubrir a Calderón". A pesar de que es un habitual de los escenarios y de que hace ocho años, con motivo de su IV Centenario, se representaron sus obras más populares, para Vasco el dramaturgo es "un gran desconocido en España, un autor al que la tendencia de cada momento ha hecho que se le valore de forma muy distinta y del que siempre se representaban los mismos ocho o diez títulos, según demandaba la necesidad económica y el público". Por ese motivo el director cree que el espectador se va a sorprender gratamente con este "calderón", por lo que supone de novedad. "Las obras que vamos a hacer son un poco la cara y la cruz de Calderón. Obras de un autor muy asequible que va a permitir al público disfrutar sin notas a pie de página".

Divertir y entretener. "El pintor de su deshonra va a descubrir a un Calderón distinto", continúa Vasco, que ve en esa obra un claro ejemplo de lo que se llamó en "los siglos XVII y XVIII, el gusto español". Es decir, de una forma de hacer teatro que combina la tragedia con momentos cómicos y musicales para reflexionar sobre algún asunto, pero también divertir, apasionar y entretener. Y para la que Calderón era un genio pues "sabe muy bien cómo respira el espectador, por lo que marca muy bien los ritmos, mete escenas de desahogo después de las más terribles e introduce ahí canciones o versos en catalán", como ocurre con El pintor de su deshonra, cuyo tema central es el honor.

Una concepción del honor terrible, absurda, que condena a un pobre hombre a matar a su esposa y al supuesto amante de la mujer. Pero que según Vasco "eso no es lo peor, pues lo peor ocurre cuando llegan los padres y lo perdonan todo porque la ley y el honor lo salvan", bendiciendo el crimen cometido. Aunque no todos estén de acuerdo con esa situación, pues el propio autor deja claro que "no comulgaba con eso".

Para hacer la versión, Vasco ha contado con el trabajo de uno de sus antecesores al frente de la compañía. La medida no es nada habitual en la escena española donde los nuevos responsables de los organismos no suelen querer nada con los anteriores. Vasco rechaza esa teoría. Para el actual director de la formación pública, "Rafael Pérez Sierra es alguien importantísimo en el teatro clásico español, uno de sus mejores conocedores. A él, por ejemplo, se le ocurrió el Festival de Almagro, ha estado vinculado a la compañía desde el principio, con entradas y salidas. No aprovecharlo sería una estupidez. A mí me ha aportado mucho su criterio, ha hecho una versión muy diáfana, pero que respeta de manera escrupulosa el verso y el estilo de Calderón".

Entre el Barroco y el XIX. El director ha ambientado el montaje entre el Siglo de Oro y el Romanticismo. A la primera época pertenecen los personajes de más edad, mientras que a la segunda lo hacen los jóvenes. De esta manera, Vasco hace un guiño al fervor que tuvieron los románticos por Calderón y el Siglo de Oro, cuyo "teatro condiciona todo el teatro actual", concluye el director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.