Image: Rafael Bonachela

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Teatro

Rafael Bonachela

“Más que lo bonito, siempre busco lo real”

3 abril, 2008 02:00

Rafael Bonachela. Foto: Ione Saizar

Rafael Bonachela, pujante coreógrafo español que ha desarrollado su carrera en Londres, actúa en el Fernán-Gómez del 23 al 25 de abril con Square Map of Q4. Una coreografía en la que ha colaborado el productor musical de Madonna y Bjürk, Marius de Vries, y el diseñador y escenógrafo Alan McDonald.

Rafael Bonachela tiene un enorme interés por el movimiento y talento para generarlo. El coreógrafo español, afincado en Londres desde los 19 años, también tiene buena estrella y la fortuna de haber encontrado el lugar adecuado en el momento adecuado para dejarla brillar. Hoy día su perfil llega más allá del ámbito de la danza para situarse entre los creadores artísticos más punteros del Reino Unido. Con compañía propia desde hace dos años, Bonachela vuelve a España con su segunda producción, fruto directo de su colaboración con el compositor Marius de Vries y el diseñador y escenógrafo Alan McDonald. Detrás quedan doce años como bailarín con el Rambert Dance Company, donde fue coreógrafo asociado de 2003 a 2005. Ganar el goloso The Place Prize en 2004 dio un impulso a su carrera. Mientras tanto, su capacidad para crear un léxico de movimiento tremendamente rico, muy físico, complejo y arriesgado le ha dado fama en otros ámbitos donde es conocido por sus creaciones para artistas como Kylie Minogue o Tina Turner y también en el campo de la publicidad.

"Square Map of Q4 nació por mi deseo de colaborar con Marius y Alan y no por una idea concebida de antemano que quisiera desarrollar con su ayuda", explica el coreógrafo. McDonald, conocido por su trabajo en cine y vídeos musicales, ha trabajado ya en cuatro producciones suyas. Con de Vries, aclamado productor musical (Madonna, Bjork…) y director musical de cine (Moulin Rouge), el acercamiento fue distinto. "Siempre que puedo busco a compositores y otros artistas que nunca han entrado en el mundo de la danza contemporánea. Es una manera de ofrecerles otra vía de desarrollo personal y es estimulante para todos."

Bonachela desgrana las coordenadas de la coreografía. "Decidimos crear un mapa de lugares, emociones, sensaciones, colores y palabras que podríamos investigar y recorrer conjuntamente. Ese mapa incluye un jardín con memorias de la infancia que inspiró el origen del movimiento a la hora de trabajar con los bailarines. En este sentido es la más humana de mis piezas. Pero el mapa pasa por el cuerpo, el océano… es muy amplio. La obra está dividida en cuatro partes: infancia, juventud, madurez, y vejez. Cuatro proyectores funcionan como fuentes de imágenes y de una luz muy escultural. Permiten cambios de iluminación intensos y espectaculares."

La música del espectáculo es todo un reto para el oído por estridente. "Es bella y crea un mundo propio de lugares oscuros ". Si hay fuerza narrativa en sus obras, ésta radica en el movimiento mismo, Bonachela huye de la danza creada simplemente para bailar: "No necesito una razón para crear danza. Me inspira estar en un estudio con un bailarín y desarrollar las posibilidades infinitas de un cuerpo. Me excita investigar cómo comunica el movimiento. Y siempre busco lo real más que lo bonito."