Image: La invasión de Titirimundi

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Teatro

La invasión de Titirimundi

El festival segoviano se extiende a otras ciudades de Castilla-León y Madrid

1 mayo, 2008 02:00

Como ya es habitual desde hace 21 años, Segovia se prepara para acoger Titirimundi, el Festival Internacional de Teatro de Títeres que a partir del 8 de mayo atrae a numeroso público hasta sus plazas, palacios, calles y teatros. El creciente número de espectadores que reúne, 80.000 el pasado año, ha llevado a sus organizadores a extender el festival a otras ciudades de Castilla-León y de la Comunidad de Madrid. Es la estrategia para "no morir de éxito", explica su director Julio Michel.

La excelencia de las compañías que participan, procedentes de los lugares más dispares, así como la monumentalidad y el encanto de los rincones que una ciudad como Segovia ofrece, han hecho de Titirimundi una de las citas teatrales más atractivas para el público familiar. La prueba de ello es la respuesta sensacional de espectadores que viene registrando: 80.000 en el año pasado. Pero para no morir de éxito, esta 22 edición del Festival se va a extender a otras ciudades como Valladolid, Burgos, ávila, Salamanca, Soria, León, Palencia, Miranda de Ebro, Aranda de Duero, Medina del Campo y Toro, y a pueblos de la sierra de la Comunidad de Madrid incluyendo la capital. "Segovia no puede absorber a tanto público, tiene un límite, y vamos a intentar distribuirlo por otras ciudades para evitar que muchos de los que vienen se queden sin ver los espectáculos, como viene ocurriendo. Hay que tener en cuenta que muchos de estos espectáculos por su naturaleza son para aforos muy pequeños", explica Julio Michel, el director del Festival. De esta forma, este año Titirimundi también celebrará sus último tres días (del 16 al 18 de mayo) en La Granja de San Ildefonso. La organización calcula que de esta descentralización del Festival se beneficiarán unos cien mil espectadores.

Los clásicos del Festival. Esta edición vuelve a reunir exquisitas joyas de uno de los géneros teatrales que más innova e investiga. Junto a los espectáculos programados en teatros y patios de los palacios, los hay también para calles y plazas. En total, figuran 46 compañías, procedentes de 16 países, que solo en Segovia tendrán a su disposición 43 espacios. Figuran artistas clásicos que Michel invita año tras año porque considera "que son genuinos de una tradición que quiero que el público conozca". Se refiere a Rod Burnett y su Mr. Punch o a Salvattore Gatto y su Pulcinella, máximos representantes de los títeres de cachiporra. O la sublime Mikropódium, una compañía húngara que es "un prodigio de exquisitez. Sus marionetas son minúsculas, actúan en un palco pequeñísimo lo que obliga a los espectadores a estar muy cerca y hace que las funciones sean para un público muy limitado", continúa Michel. Y también clásicos son Barti, una marioneta de hilos, músico de profesión, que mantiene una asombrosa simbiosis con su manipulador, el danés Alex Jorgensen. Divertidísimo. Y el Circo de las Pulgas de Dominique Kerignard, que en su pequeña carpa mezcla humor y manipulación de objetos con sus pulgas amaestradas.

Respecto a las novedades, Michel destaca a la compañía que abre el Festival: Stuffet Puppet (8 y 9, Teatro Juan Bravo. 10 y 11, Círculo Bellas Artes de Madrid) que presenta Vampyr. Su fundador, el australiano Neville Tranter, actúa en escena con marionetas de tamaño natural, muy expresionistas, a las que él mismo manipula, pone voz, guía... todo a la vista del público. Imprescindible espectáculo porque "es toda una lección de teatro", dice el director.

Procedente de uno de los países con mayor tradición titiritera es la checa Alfa Teatro. Ofrece una versión desternillante de Los tres mosqueteros con hermosas marionetas de guante, talladas en madera, y una orquesta en directo que interactúa con ellas (día 15, Juan Bravo. 12, Universidad Complutense, F. Bellas Artes). Y espectáculo singular y nunca visto es el de Les ateliers du espectacle. "Es difícil describir lo que esta compañía francesa hace", explica Michel, "te sumerge en un universo mágico y poético en el que los objetos, los muebles, se van modificando siguiendo una lógica". Es un espectáculo para adultos (del 13 al 15, Universidad SEK. Del 6 al 9, La Casa Encendida de Madrid).

Instalada en la plaza de toros de San Lorenzo se encuentra la caravana de la compañía Le Quarantième Rugissant que imita una sala de cine a la antigua pero destinada a los títeres. Esta compañía se unió a Des Chiffonnières y ambas han creado El baile de los locos, un espectáculo en el que se narran tres historias basadas en Moby Dick, El cocodrilo y El pecador de Toledo y que tienen lugar en esta sutil caja liliputiense.

Hay también presencia de títeres populares como Os Bonecos de Santo Aleixo, menudos títeres que cuelgan de una varilla metálica originales del Alentejo portugués y que se representan en un pequeño retablo. Muy apreciados en el país vecino, han sido rescatados por el Centro Cultural de Evora que ha creado una compañía dedicada a mantener esta tradición del siglo XIX (del 9 al 11, Arco de Santiago). Y de Turquía procede El árbol mágico, por la compañía Cengiz ózek Shadow. Inscrita en la tradición del Karagüz o lo que es lo mismo, en el teatro de sombras, data del siglo XVII.

Las compañías españolas. Michel calcula que hay en nuestro país un centenar de compañías dedicadas al teatro de títeres. Muchas acuden al Festival pero, entre éstas, destaca La Chana, integrada por Jaime Santos y áurea Pérez, de Salamanca. Sus espectáculos se presentan de la mano de un narrador que maneja objetos de una forma virtuosa y poética. Presentan Vulgarcito, para todos los públicos, y Entre diluvios, solo para adultos (día 11, Museo Esteban Vicente). Y vuelve un espectáculo que ya visitó el Festival hace años, pero que según Michel "es tan bueno que hay que dar la oportunidad a la gente para que lo vea". Se refiere a los Poemas visuales de Jordi Bertrán, inspirados en la poesía de Joan Brossa (día 10, Juan Bravo). Y atentos a la calle. Si ven desfilar el esqueleto de un dragón no se asusten, es Steff Vetters que manipula desde sus zancos una monumental marioneta. Y no se pierdan La marrana, en la Plaza del Azoguejo, una cerda enorme hinchable que permite a los espectadores actuar como un cerdo, por si alguien lo soñó alguna vez.