Image: La Xirgu, entre la historia y la leyenda

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Teatro

La Xirgu, entre la historia y la leyenda

Dos exposiciones recuerdan a la mítica actriz

15 mayo, 2008 02:00

El Español fue el escenario madrileño más vinculado a la actriz Margarita Xirgu. El teatro le dedica una exposición que se verá ampliada en el Festival de Mérida.

Durante los meses de mayo, junio y julio podrá verse en Mérida y Madrid, la exposición Margarita Xirgu, la primera actriz. La Xirgu fue, efectivamente la primera. Fue una revolucionaria de la escena, que estilizó a los clásicos, sin traicionarlos ni en el texto ni en el espíritu. Precisamente en Mérida, en 1933, tuvo lugar uno de sus éxitos más clamorosos interpretando la Medea de Séneca, asombro de Unamuno, que vertió al castellano el barroco texto del filósofo cordobés.

La Xirgu. Cuando una mujer del espectáculo pierde su nombre y se queda sólo en el apellido, es que ha alcanzado el grado supremo de la excelencia: la Paulova, la Duse, la Guerrero, la Garbo.... Hoy se banaliza quizá esa figura retórica, pero perder el nombre era entrar en la leyenda. Margarita Xirgu nació en Molins de Rei (Barcelona 1888) y murió en Montevideo en 1969. La Xirgu se adaptaba igual al melodrama, que a la comedia, al vodevil que a la tragedia. De ahí que en su repertorio figure los Quintero, Benavente, Galdós, Unamuno, Casona, Alberti otros muchos y Lorca. Sobre todo Lorca: Mariana Pineda, Yerma, Doña Rosita la soltera. Y ya en el exilio, la obra póstuma que Lorca le había prometido, cuyo manuscrito recibió de la familia del poeta fusilado: La casa de Bernarda Alba, Buenos Aires, 1945. A la Xirgu el Alzamiento la pilló en América, y la gira se convirtió en exilio perpetuo. Pudo volver a España en 1949, cuando se le devolvieron los bienes incautados, pero un artículo insidioso de Cesar González Ruano frustró el regreso. Unos dicen que Ruano estaba despechado porque no pudo estrenar con la Xirgu. Otros, entre ellos Xavier Rius Xirgu, afirman que en el 36 Ruano le había dado a la actriz un sablazo de 50 duros y que temía que se los reclamase con sus intereses. No parece, según sus biógrafos, que Xirgu tuviese una fe política concreta; pero permaneció fiel a sus amigos y estos eran, preferentemente, Lorca, Alberti, Rivas Cheriff, Azaña...

Amanerada o arriesgada
En su artículo acusatorio Ruano escribía: "nuestra falta de entusiasmo por el retorno se la van a explicar los jóvenes que no la vieron trabajar, cuando la vean ahora. Representó (...) el teatro amanerado, pretencioso, insufrible ..." . No pensaba igual Alberti quien en 1981 escribió: "Sin duda ha sido la más grande, la más valiente, la actriz que se lo jugaba todo (...) incluso perdiendo dinero". De Alberti la Xirgu había estrenado Fermín Galán antes de la guerra. En 1948 le rechazó La Gallarda por problemas de edad; quería una papel de vieja. Entonces escribió para ella El Adefesio cuyo estreno reforzó más su gloria.

Albert Camus, de quien estrenó El malentendido en 1945, prohibido por la censura argentina a la tercera representación , escribió: "mi gratitud por la Xirgu no reconoce límites y no sólo porque sea la primera actriz que me ha tendido una mano... ha dado lo primero de Lorca, de Alberti... Y se ha atrevido a representar a Séneca". Fue precisamente Medea, estrenada en Mérida en 1933 y traducida ex profeso por Unamuno, lo que hizo exclamar al vasco: "Margarita Xirgu ha convertido Medea en un ser vivo que se apodera de nosotros en cuerpo y alma". Y Valle Inclán iba más lejos: "Nunca ha existido una actriz como ésta. Haber visto trabajar a la Xirgu será un orgullo para los públicos".