Image: Ángel Facio

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Teatro

Ángel Facio

“Valle escribía para el cine”

26 junio, 2008 02:00

Ángel Facio

Al fin, en su décimo tercer intento, ángel Facio va a conseguir dirigir Los cuernos de Don Friolera, obra a la que le echó el ojo en los años sesenta pero que hasta ahora no había podido estrenar.

-Ha escrito en la antecrítica que "Los cuernos... siempre se han presentado afeitados, (…) con afeites innecesarios". ¿Cómo son los suyos?
-Es un sainete violento que tiene unos componentes de la vanguardia artística y un compromiso ideológico muy evidente como para pasarlo por encima. Una obra normalita, amable, divertida, pero una obra de teatro para actores, no para muñecos, como ha hecho demasiada gente siguiendo las acotaciones de Valle, o actores con máscaras, porque entonces caemos en la farsa, casi en el guiñol, quitando toda la agudeza y el fondo ideológico y de vanguardia que tiene.

-También ha dicho que "el esperpento se ha representado sin asomo de amargura ni mala leche". ¿Cómo hay que hacerlo?
-El error es aplicarle demasiada crueldad, amargura y mala leche porque desfiguras lo ya desfigurado. La España deforme, la de los héroes clásicos que han ido a pasearse por el callejón del Gato, ya está en el texto, por lo que no tienes que deformarla más. Lo que hay que hacer es dejar hablar al texto, atacarlo con una actitud cercana al realismo.

-Es decir, seguirlo y dejarse de experimentos…
-Sí. El resto es acertar con el tono y con el reparto. Si lo haces adecuado a la realidad y las edades que te da Valle en el texto -un teniente bajito, regordete, poca cosa, que eso es un capitán, o una señora potente, que es como suelen ser las mujeres de los tenientes, en vez de una joven lozana de 18 años- es muy difícil que se te escape la función. Lo que no puedes hacer es lo que a ti te interesa, reinventarte el texto.

-¿No ha introducido cambios en el texto?
-La única alteración que hemos hecho es de carpintería. En el original, las acciones de los personajes son demasiado abruptas, sin que dé tiempo a reconocer al personaje porque enseguida llega una nueva escena. Ahora lo hacemos escalonado y administramos también mejor los monólogos de Don Friolera.

-¿Nada más?
-Con Valle hay un problema: el deslumbramiento que tenía con el cine, creía que iba a ser el arte del futuro, lo que le empujaba a escribir, en realidad, guiones. Luces de bohemia es un maravilloso guión de cine, pero no es una perfecta obra teatral. Y en los esperpentos cortos, todo son acciones cortas, sin texto para apoyarlas. Por ejemplo, ¡cómo cojones haces en un escenario el recibimiento a Alfonso XII en la estación de Príncipe Pío!

-El mejor Valle, ¿es para el cine?
-Si no toda su obra, la mayor parte. Los cuernos... es la obra que más se presta al teatro.