La Tristura, ¿lo último de El Canto?
La Tristura, una compañía madrileña con tan solo un espectáculo en su jovencísima trayectoria (La velocidad del padre, la velocidad de la madre), se presenta en El Canto de la Cabra con su segunda obra: Años 90. Nacimos para ser estrellas. Se trata de una fábula que recorre la última década del siglo XX, desde la caída del muro de Berlín hasta la de las Torres Gemelas de Nueva York. Y se espera que lo haga con el lenguaje poético y político, alejado del realismo y de otras formas convencionales, que ya intentaron en su primera obra con buenos resultados. Si en aquélla la compañía reflexionó sobre la educación y los modelos familiares, ahora se interesa por los últimos acontecimientos históricos a través de una historia de amor.
Los miembros de la compañía (Pablo Fidalgo, Celso Giménez, Itsaso Arana y Violeta Gil) proceden de la Resad de Madrid y los cuatro se implican en cada aspecto de la actividad teatral. Pertenecen a una generación que "se declara desencantada y nihilista" y que tiene la convicción de que "las palabras y los gestos pueden cambiar las cosas" en estos tiempos.
Esperemos que así sea en este momento en el que se rumorea que éste de La Tristura puede ser el último espectáculos que se vea en El Canto de la Cabra, la pequeña sala teatral del barrio de Chueca. Sus directores, los también actores Juan úbeda y Elisa Gálvez, reflexionan estos días sobre el futuro de este espacio que gestionan desde hace más de tres lustros.