Un momento de Fuenteovejuna

La unión entre Rakatá, Laurence Boswell y Lope de Vega sigue dando frutos. La compañía madrileña de teatro clásico, el prestigioso director británico y el Fénix de los Ingenios continúan su ménage à trois con una nueva colaboración tras el éxito que tuvieron el año pasado con El perro del hortelano. En esta ocasión, dejan atrás el tono amable y las risas para adentrarse en aguas más oscuras con Fuenteovejuna, la cumbre escénica de Lope que llega a los Teatros del Canal de Madrid tras una gira inicial por España.


Boswell es el director extranjero que más clásicos españoles ha montado, ya sea en el Gate Theatre londinense o con la Royal Shakespeare Company, para la que diseñó la excelente Spanish Golden Age que hubo ocasión de ver en Madrid. ésta es la segunda Fuenteovejuna que dirige, ya que el pasado verano la estrenó con una compañía canadiense. Ahora, sin embargo, la ha dirigido con Rakatá en su idioma original.


"Esta producción es una nueva lectura. Enfoco cada texto como una nueva obra que acaba de llegar a mi escritorio", asegura el director, para el que trabajar con una nueva compañía implica "cambiarlo todo". Lo que no cambia es la la forma de elaborar el espectáculo desde el verso y de recitar, pues "las técnicas de los poetas ingleses y españoles son las mismas", ya que "Shakespeare y Lope de Vega, Ben Jonhson y Calderón, Thomas Middleton y Tirso de Molina utilizan la misma idea retórica".


Boswell no rechaza las interpretaciones que se han hecho de la obra. El director está de acuerdo con quienes ven en Fuenteovejuna una apología del poder absoluto de los monarcas o un grito contra la tiranía. Pero más importante para él es no hacer la obra desde "una perspectiva de extrema derecha o extrema izquierda", por lo que ha optado por acercarse al punto de vista del autor. Para el director, lo que Lope quiso celebrar fue "una rebelión popular", el heroísmo de unas gentes que "cuando deciden trabajar todas juntas con amor y coraje puede lograr más que cuando lo hacen de manera individual". Y eso es lo que ha querido mostrar con la más famosa obra de un autor increíble, capaz de ser entendido por "un intelectual o un barman". Y alaba a Rakatá, compañía independiente empeñada en hacer teatro clásico y que en esta ocasión ha empleado a una treintena de actores.