Vuelve Cirque Eloize

Escena de Nebbia, por Cirque Eloize

Llega a Madrid para luego girar por varias ciudades españolas el Cirque Eloize. La formación canadiense, que encandiló la pasada temporada, presenta Nebbia.

Los que vieron durante la temporada pasada Cirque Eloize pueden reencontrarse con estos extraordinarios artistas a partir del día 25, en el Compac Gran Vía de Madrid. Los que no lo han visto, pueden probar a disfrutar con una muestra del mejor circo-teatro que llega a la cartelera.

En esta nueva entrega, los Eloize han sustituido la lluvia que inspiraba Rain, lo obra con la que se presentaron el pasado año, por la niebla, ya que así se traduce del italiano su nuevo espectáculo, Nebbia. Si en el primero la lluvia era metáfora de libertad, aquí la niebla lo es de sueños imposibles y encuentros inesperados, pues en un paisaje neblinoso la realidad adquiere extrañas formas. Es la manera que tiene el director del espectáculo, el suizo Daniel Finzi Pasca, de presentarlo. Nebbia cierra, además, La Trilogía del cielo que Finzi ha concebido y dirigido para Eloize.

La formación es otra de las grandes compañía de circo afincadas en Montreal, ciudad que desde hace años no deja de sorprendernos con el circo más moderno y renovador, ya que es la sede de compañías tan famosas como Cirque du Soleil o Les 7 doigts de la main y cuenta con una prestigiosa Escuela Nacional de Circo.

De menor dimesión que Cirque du Soleil, Eloize tiene una envergadura importante. Acoge a un centenar de artistas que trabajan en varios proyectos a la vez. Por ejemplo, en estos momentos, además de girar los dos espectáculos citados, diseña eventos especiales para festivales u organizaciones de distinto signo. Hasta la fecha, han realizado seis espectáculos y ofrecido más de 3.000 representaciones por todo el mundo.

Los espectáculos diseñados por Fini Panza para Eloize combinan las danzas y acrobacias de extraordinarios artistas, con música y canciones para componer una puesta en escena poética y de gran belleza. En Nebbia partipan once artistas, entre equilibristas, trapecistas y contorsionistas. Se trata de una coproducción de la formación canadiense con el Teatro Sunil, de Lugano, que dirige Fini Panza, y desde el que investiga sobre un teatro que aproxime al actor con el bailarín y en línea con una estética centrada en la belleza y el gesto invisible.