Teatro

Tom Pain deshiela la modernidad

28 octubre, 2011 02:00

Gerardo Trejoluna en la obra

Tom Pain lleva por subtítulo "una obra basada en nada". Esa nada es en realidad "la que permite al autor, Will Eno, un hijo de Edward Albee, Harold Pinter y Samuel Beckett, hacer una síntesis dramática del pensamiento contemporáneo", asegura su director, Alberto Villarreal, también escritor y fundador de la compañía La Madriguera. Así, las supuestas nimiedades del texto permiten recorrer "las ideas de la modernidad y posmodernidad, preguntarse qué es lo general y lo particular en una sociedad en la que el individualismo lo preside todo". La pieza está protagonizada por el actor mexicano Gerardo Trejoluna y se representa, desde hoy y hasta el domingo, en el Teatro del Mercado de Zaragoza y luego, del 3 al 6 de noviembre, en la sala Pradillo de Madrid.

Eno imagina a un individuo que, sobre un bloque de hielo, va desvelando algunas de las cosas que le ocurren, va contando "historias cómicas y trágicas sobre las dificultades de la vida". El personaje es un hombre de mediana edad , que conserva dolorosas cicatrices de su juventud.

Para acentuar ese drama, el montaje cuenta con una puesta en escena que tiene como únicos protagonistas "el texto de Eno, un actor, el hielo y algunos objetos más", y que hace de Tom Pain una suerte de mezcla de teatro y performance, más que de representación tradicional. "No queremos dar a los espectadores unos juicios morales con los que irse a casita, sino que vivan una experiencia directa".

A este fin ayuda sobremanera "un ente vivo y real como el hielo", asegura el director, que explica cómo un elemento con estas cualidades hace que la función sea distinta cada noche. "Hasta que empezamos a trabajar no nos dimos cuenta de que el hielo es diferente en cada lugar, de que no se derrite de forma igual porque dependiendo de donde estés cambia su naturaleza, haciéndose más duro o más frágil, más frío o seco, más pegajoso o resbaladizo", continúa Villarreal que es consciente, como Trejoluna, de que corren el peligro de que la puesta en escena fagocite la obra. "Sí, es cierto, pero tomar una decisión implica asumir una serie de riesgos", confiesa el actor, que en su caso son mucho mayores pues es él quien pone los pies descalzos en el hielo. "No es todo el rato, son varios momentos, el mayor de unos cinco minutos seguidos", añade Trejoluna, como si fuera lo mismo que estar sobre la suave arena de una playa. El actor también se permite invitar a una espectadora a que lo acompañe. La obra fue estrenada en el Festival de Edimburgo, donde obtuvo el Primer Premio Fringe. En Nueva York, fue finalista para del Pulitzer en la categoríade Drama.