Image: Historia de la crítica literaria

Image: Historia de la crítica literaria

Letras

Historia de la crítica literaria

David Viñas

17 abril, 2002 02:00

David Viñas, por Gusi Bejer

Ariel, 2002. 605 págs.39 euros. VV. AA,: Críticas ejemplares. Bitzoc,2002. 199 págs., 15’02 euros

He aquí dos libros complementarios, que plantean una dualidad siempre presente en este terreno movedizo de la crítica literaria. Me refiero a la contraposición entre crítica académica y crítica militante. Así, Steiner apunta a cierta identidad entre críticos, académicos o no, y lectores

Una interesante publicación, nacida del Premio Bartolomé March que busca estimular actividad tan denostada como la nuestra, y reconocer la excelencia de algunos que la practican, viene a coincidir con la nueva Historia de la crítica literaria debida al profesor de la Universidad de Barcelona David Viñas Piquer.

Son dos libros complementarios, que plantean desde su propia concepción inicial una dualidad siempre presente en este terreno movedizo de la crítica literaria. Me refiero a la contraposición entre una crítica académica, encuadrable en el ámbito de los estudios literarios -por no emplear el comprometido concepto germánico de la Literaturwissenchaft-, y otra crítica militante, que Northrop Frye gustaba denominar "crítica pública", cuya palestra está preferentemente en los medios de comunicación servidos no solo por profesionales sino también, con frecuencia, por los propios escritores. El punto de enlace entre aquellos y estos no es otro que la lectura, base y fundamento de toda crítica. Y así, George Steiner, catedrático de Ginebra y de Cambridge, pero también firma habitual en "The New Yorker" o "The New York Times", apunta una cierta identidad funcional entre críticos, académicos o no, y lectores, pues los más competentes de entre los últimos expresan veredictos y tendencias hacia el etiquetamiento mientras que los profesionales "más didácticos y narcisistas" sucumben ante la seducción del entusiasmo desinteresado y la comprensión más allá del juicio.

Steiner aparece en el libro de Bitzoc, de la mano de Luis Goytisolo, pues de lo que allí se trata es de que cada uno de los miembros del jurado elija y comente una crítica que considera especialmente brillante. Félix de Azúa, por su parte, elige a Juan Benet; Cabrera Infante a Raymond Chandler; Jean-François Fogel a Proust; Eduardo Mendoza a Lytton Strachey; Elide Pitarello a Manganelli; Savater a Borges; y Jorge Volpi a Edmund Wilson.

Mención aparte merece el capítulo que se reserva Basilio Baltasar, editor de la colección en donde este volumen aparece. Amén de presentar un clarividente artículo de Julien Gracq, "Por qué respira mal la literatura", tan sutil como enérgica denuncia de la deshumanización y decadencia de las letras europeas a la altura de 1960, con especial referencia a la cosificación estomagante del nouveau roman, Baltasar incluye una especie de manifiesto, "La conjura accidental", en donde se aventura a enumerar ocho "rasgos demasiado humanos" que lastran, o pueden lastrar la actividad crítica, y sugiere a los editores de suplementos literarios cinco principios para regular su vida y buen funcionamiento: equivalencia, intensidad, distancia, transparencia y transferencia.

Viñas, por su parte, traza con empeño un panorama de la crítica literaria desde las primeras "crisis poiematon" de los sofistas hasta las escuelas de mayor actualidad posmoderna: la feminista, la Teoría empírica y de los Polisistemas y los Estudios culturales. Es discutible, aunque el autor se escude en autoridades como René Wellek o T. S. Eliot, incluir bajo el rubro "eminentemente genérico, englobador" (página 26) de Crítica literaria lo que frecuentemente es pura Teoría literaria, trufada en algunos casos de Literatura comparada, disciplinas perfectamene diferenciables en el ámbito de los Estudios literarios, como lo es a su vez la Historia de la Literatura.

También lo son -digo: discutibles- determinadas omisiones, como la del propio Steiner, la del patriarca de los críticos, Aristarco de Samotracia, a quien Alfonso Reyes puso en el propio título de su conocido ensayo sobre la "anatomía de la crítica", o, cuando se habla de la Poética de Aristóteles, no reconocer los meritorios esfuerzos de Richard Janko para reconstruir su segundo libro, dedicado a la Comedia, a partir del "Codex Coislinianus". Pero, por lo demás, estamos ante un compendio claro y útil.

David Viñas, imbuido del mejor espíritu didáctico, de vez en cuando resume las principales aportaciones de un teórico, un crítico o toda una escuela, y practica también un procedimiento que en cierto modo aproxima su trabajo al de los jurados del premio Bartolomé March, pues escoge un artículo representativo de uno de los autores estudiados y nos ofrece de él una cumplida paráfrasis. Así lo hace, por caso, con dos que, de haber sido invitado a participar en Críticas ejemplares, estarían entre mis afinidades electivas: "Tradición y talento individual" de T. S. Eliot y "La obra de arte en la era de la reproducción técnica" de Walter Benjamin.