Silvia Grijalba

Tal vez el signo de los tiempos sea la facilidad con que los creadores se deslizan de unas disciplinas a otras. Ya no sorprende encontrar en las mesas de novedades nombres procedentes del mundo de la publicidad o del cine. Acaso nos extrañe un poco más que el mundo de la música rock preste sus talentos al de los libros, como sucede en este caso y con esta novela. Tenemos un perfil de autora que podríamos considerar poco habitual: periodista y disc-jockey, además de escritora. Es de suponer que para Grijalba pocos secretos esconda el mundo que recrea en este digno debut: el de las tribus urbanas que hacen de una corriente musical su bandera y el de los jóvenes profesionales que alientan esas creencias y esos modos de vivir.

Alivio rápido -qué acierto en la elección del título- habla de los integrantes de una banda de rock, y de su enfrentamiento con la vida. Una existencia que les lleva a los infiernos de la droga, el alcohol y la muerte, para brindarles luego una suerte de redención tardía e insuficiente. Infidelidad, amor, desamor, celos, venganza, miedo, escapismo... de todo hay en esta historia, que bebe de un costumbrismo y de algunos de los temas que ya encontraron hace unos años defensores en nombres como Ray Loriga o Daniel Múgica pero que también tiene mucho de crónica de unos hechos contada con la agilidad y la naturalidad más propios del periodismo que de la ficción. Esta mirada de Grijalba ofrece un interesante mosaico sobre cierto sector de la juventud. Para completarlo, el libro se cierra con un diccionario de algunos términos imprescindibles en relación con las llamadas nuevas tribus urbanas. Lo peor del diccionario es ese papel satinado y rojo con que el sello editorial ha querido resaltarlo en el volumen, y que lo hace difícil de leer y poco manejable. Y acaso su brevedad tampoco sea un acierto.

Con todo, la novela de Silvia Grijalba nos permite un paseo literario por un mundo muy pocas veces abordado en literatura. Esperemos que la juventud de la que habla y el lenguaje que utiliza no sean tan efímeros como los sentimientos de algunos de sus protagonistas.