Image: Imperio. La forja de España como potencia mundial

Image: Imperio. La forja de España como potencia mundial

Letras

Imperio. La forja de España como potencia mundial

Henry Kamen

6 marzo, 2003 01:00

Henry Kamen, por Gusi Bejer

Aguilar. Madrid, 2003. 711 páginas, 28 euros

El interés del libro se ve reforzado por la polémica que se deriva de los temas que trata -vinculados en muchas ocasiones a la leyenda negra - y de los propios puntos de vista del autor, como ocurre con el escaso papel y capacidad que atribuye a las estructuras de gobierno

En unos tiempos en los que, afortunadamente, la sociedad se vuelve cada vez más hacia la historia de España, para tratar de entender mejor nuestra complejidad actual, el trabajo de Henry Kamen sobre el imperio y el imperialismo español supone una aportación importante, que procede además de un historiador extranjero -alguien que nos ve desde fuera- aunque con un conocimiento profundo de la historia y la realidad española, fruto de su larga trayectoria como investigador y de los años que lleva viviendo en Barcelona. Kamen es sin duda uno de los hispanistas más conocidos y prestigiosos, autor de numerosos estudios sobre la España Moderna, entre los que podemos destacar su trabajo, ya clásico, acerca de La Inquisición española cuya primera edición española se remonta a 1967 y la última a 2002, La guerra de Sucesión en España, 1700-1715 (1974), La España de Carlos II (1981), Una sociedad conflictiva: España 1469-1714 (1984), Felipe de España (1997), Cambio cultural en la sociedad del siglo de Oro: Cataluña y Castilla 1500-1700, o Felipe V: el rey que reinó dos veces (2000).

El análisis del imperio español abarca desde los orígenes de éste, en tiempos de los Reyes Católicos, hasta la paz de París (1763), en la que -según señala el autor- si bien se confirmaron sus dominios, estaban ya presentes todos los factores que habrían de ocasionar su fragmentación posterior. No obstante, el estudio se centra especialmente en las fases de construcción y consolidación, hasta finales del siglo XVI. La política exterior tiene una especial relevancia a lo largo de todo el libro, aunque no se trate, obviamente, de un mero estudio de ésta. Explicar el imperio y su desarrollo exige tocar buen número de aspectos de la historia de la España moderna, que se integran en el estudio de la mano de los profundos conocimientos y el acreditado oficio de Henry Kamen. Se echa en falta, no obstante, un índice más desarrollado y preciso, que facilitara la localización temática dentro de un libro tan voluminoso. Dada la gran cantidad de cuestiones a las que se hace referencia, la bibliografía hubiera podido ser exhaustiva, algo que el autor ha evitado intencionadamente; con todo, en la selección de obras y autores hay ausencias llamativas, así como una abundancia de trabajos editados en inglés, que contrasta por ejemplo con la menor utilización de la historiografía italiana o portuguesa.

La tesis central del libro es que la construcción y el mantenimiento del imperio español no fue obra exclusivamente de los españoles que, con una población escasa y una economía con pocos recursos, difícilmente hubieran podido hacerlo, sino que participaron activamente gentes de otros muchos pueblos, que aportaron conocimientos y técnicas imprescindibles para la expansión, así como intereses y motivaciones diversas: italianos, portugueses, alemanes, flamencos, franceses, ingleses, holandeses..., incluidos los indios americanos, los esclavos negros importados de áfrica o los chinos establecidos en las Filipinas. El imperio español apenas fue fruto de la conquista, sino de la conjunción de derechos dinásticos en la persona de su rey, o de la acción de una serie de aventureros en América o Filipinas, que en ninguno de ambos casos -y este es uno de los planteamientos más polémicos del libro- lograron conquistar aquellos territorios. El dominio español del Nuevo Mundo benefició ampliamente, desde un principio y en mayor medida que a los españoles, a buen número de extranjeros, creando la primera economía globalizada de la historia. Ello explica el que, a partir del siglo XVII, los propios enemigos o competidores de España (holandeses, ingleses o franceses) contribuyeran a mantener un imperio del que extraían un considerable provecho económico.

Con todo, y pese a sus debilidades, una de las conclusiones del estudio es que el imperio fue quien hizo a España, que no existía como realidad política a finales del siglo XV, pero que pudo forjarse gracias a la colaboración de gentes de procedencias diversas en un proyecto común. El imperio ayudó a conformar la identidad de los españoles, aunque también suscitó entre ellos fuertes críticas y controversias.

Entre los principales méritos de Kamen está el haber integrado en una explicación conjunta los múltiples espacios sobre los que se extendía el imperio español. La cantidad de aspectos a los que hace referencia implica el que no todos puedan analizarse con la misma profundidad y precisión. Pero el evidente interés del libro se ve reforzado por la polémica que se deriva de los temas que trata -vinculados en muchas ocasiones a la "leyenda negra"- y de los propios puntos de vista del autor, como ocurre, por ejemplo, con el escaso papel y capacidad que atribuye a las estructuras de gobierno, la insistencia -en el caso de Italia- en la fuerza del antiespañolismo, bastante menor en mi opinión que los factores internos de cohesión, o la escasa penetración en América de la lengua y la cultura españolas.