Image: Argentina. La destrucción de una nación

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Letras

Argentina. La destrucción de una nación

Ángel Jozami

15 mayo, 2003 02:00

Menem, por Gusi Bejer

Mondadori. Barcelona, 2003. 413 páginas, 18’50 euros

Resulta evidente que, en el fondo y la forma, este libro de Ángel Jozami, periodista argentino con un nivel alto de credibilidad en su país, es un alegato contra la candidatura de Menem y la política neoliberal que representa

Argentina ha pasado de ser un país rico, poderoso, moderno y orgulloso de sí mismo a otro pobre, débil, atrasado y acomplejado. Se ha bajado del cielo al infierno. En la memoria de muchos argentinos está que durante las primeras décadas del siglo XX su país ocupaba el primer puesto de América Latina (exportaciones, PIB per cápita, productividad) y que se hablaba de tú a tú con los países más industrializados del mundo. Todos añoran los servicios públicos que ofrecía el Estado y la sensación de triunfo que existía durante los gobiernos de Juan Domingo Perón (1946-1952; y 1973-1974) y María Estela Martínez de Perón (1974-1976). La gran mayoría repudia los atropellos brutales cometidos por los militares (J. R. Videla 1976-1981; R. Viola 1981; L. F. Galtieri 1976-1981; R. B. Antonio Bignone 1976-1981) y aplaude el regreso de las urnas. Sin embargo, lo que es inexplicable para muchos argentinos es cómo con la democratización del sistema político llegó la crisis económica más dura de su historia.

ángel Jozami -periodista argentino con un nivel alto de credibilidad en su país- analiza en este libro la situación actual de la Argentina partiendo de la rebelión popular del 19 y el 20 de diciembre de 2001 cuando el país se desmoronó. En una primera parte se estudia la quiebra económica de finales de 2001, y la crisis política y la rebelión popular subsiguientes. En la segunda parte se investiga la "era de Menem", poniendo de relieve que los barros de hoy han sido consecuencia de los lodos de la época del "turco". La apertura comercial externa, el plan de convertibilidad entre el peso y el dólar, la política de desregulación y las privatizaciones son comprendidos como procesos que tuvieron la espectacularidad y ficción de fuegos artificiales. Los argentinos no dejaron de mirar al cielo, sin darse cuenta de que pisaban arenas movedizas. Compraron, viajaron y vivieron con la ilusión de ser ricos hasta que la función se acabó. Entonces, tuvieron que regresar a la dura realidad: salarios bajos, precios caros, deuda elevada, patrimonio público vendido al mejor postor y el FMI irritado por la morosidad de los pagos. En la tercera parte se explica lo que para el autor ha sido el período de la "frustración histórica", esto es, la etapa de la democratización (1976-2003). Se sostiene que el desenlace de hoy (2001-2003) no es sino una consecuencia de la frustración del proyecto de la "república oligárquica de las primeras décadas del siglo XX, y de la consiguiente ausencia de un relevo industrial capaz de hacer viable una nación moderna y pujante".

El libro tiene multitud de razones para ser leído. Su ágil prosa y la veraz información que maneja hacen del texto una pieza imprescindible para entender lo que está sucediendo en aquel país. Resulta evidente que en el fondo y la forma es un alegato contra la candidatura de Menem y la política neoliberal que representa. Para Jozami, los males de la Argentina de hoy se encuentran en las políticas de apertura y privatización desarrolladas bajo la dirección del súper ministro Cavallo de hace años. Por extensión, se hace creer al lector que el mal ha venido una vez más de fuera y, sobre todo, de la mala gestión de la economía (ausencia de reinversiones). Los ciudadanos argentinos aparecen como los buenos de la película. Los políticos, los empresarios y el exterior fungen de malvados.

El historiador profesional sabe, sin embargo, que uno de los problemas de fondo de la Argentina es la ausencia de un Estado fuerte, entendiendo por éste no un gobierno militar, sino la relación sana entre un gobierno ofertante de servicios y de certidumbres a través de instituciones y unos ciudadanos que se comporten como contribuyentes por medio del pago de impuestos directos y progresivos. Sólo este pacto entre Estado y ciudadanos-contribuyentes podrá lograr una gestión transparente de lo público. De lo contrario, se seguirán distribuyendo prebendas y repartiendo desigualdades a cambio de votos. Los gobernadores de las provincias son conscientes de que su relación con Buenos Aires se basa en una reciprocidad que intercambia lealtades por financiamiento. Los ciudadanos toleran la corrupción política a cambio de que se les exima de parte de sus obligaciones contributivas. Cuando los gobernantes no pueden distribuir beneficios y los gobernados no reciben prebendas se abre la crisis. La coyuntura es sin duda económica, pero el problema es político: superación del Estado prebenditario. No se trata de que se "vayan todos los políticos", sino de que "lleguen muchos" ciudadanos con la idea de que el Estado tiene que fortalecerse con la gestión transparente de las instituciones. Estos temas no son abordados de forma directa por Jozami. Tampoco era su intención, pues el autor declara que el texto es una narración periodística con un marcado sesgo económico, con el objetivo de explicar algunas de las principales causas de los sucesos de la Argentina de los dos últimos años. Una vez más, se comprueba que la comprensión del momento actual está a la espera del trabajo de un buen historiador profesional.