Image: Donna Leon

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Letras

Donna Leon: "La televisión es el mayor crimen, crea estúpidos"

18 diciembre, 2003 01:00

Donna Leon. Foto: Bernabé Cordon

Discreta y misteriosa, procura ocultar su éxito a vecinos y amigos, al punto de no permitir que sus libros se traduzcan al italiano. Lo cierto es que llegó a Venecia hace veinte años buscando trabajo como profesora de inglés y comenzó a escribir, casi como una broma, hace quince. Hoy es autora de culto y superventas en Alemania, Gran Bretaña y Japón. Y en España, donde acaba de aparecer "Malas artes" (Seix Barral), la penúltima aventura del comisario Brunetti.

De origen irlandés y antepasados españoles, Donna Leon arribó a Italia en 1965 para estudiar en Siena y Perugia. Después fue guía turística en Roma y profesora en distintas escuelas norteamericanas en Irán, China y Arabia Saudita. Herida “física y psicológicamente” tras esta última experiencia, decidió instalarse en Venecia (“me enamoré de ella al instante”) para dar clase en una base aérea de la OTAN en Aviano. En la actualidad es profesora de literatura inglesa en una universidad cercana a la ciudad, y no se plantea dejar su trabajo a pesar del éxito mundial de sus novelas. Porque la fama no le ha hecho variar un ápice su rutina cotidiana, sólo alterada por algunos viajes promocionales. Ahora, por ejemplo, acaba de regresar de una breve estancia en Londres. Está cansada pero feliz, amable y cordial.
"Pensé que sería una manera interesante de comenzar un libro de misterio. Tardé alrededor de un año en escribirlo, y al acabarlo, lo envié a un concurso que se celebraba en Japón"
Una broma de muerte Y comienza a recordar. Recuerda, por ejemplo, que comenzó a escribir casi por casualidad, como una broma, “como gran parte de lo que ocurre en mi vida”: “Hace quince años me encontraba en el camerino del director de orquesta del teatro La Fenice, tras una actuación, cuando un amigo cantante que estaba allí comenzó a hablar muy mal de un director de orquesta alemán. él y su mujer plantearon la idea, bastante sorprendente, de qué pasaría si apareciese muerto allí, asesinado. En realidad no recuerdo de quién de nosotros fue el comentario, pero pensé que sería una manera interesante de comenzar un libro de misterio, y así lo hice al día siguiente. Tardé alrededor de un año en escribirlo, y al acabarlo, tras otro año de retraso, lo envié a un concurso que se celebraba en Japón, nada menos, al premio Suntory. Cuando lo gané, mi carrera estaba lanzada, aunque yo no lo sospechaba en ese momento. Ni mucho menos. Tras Muerte en La Fenice (1992), protagonizada por el comisario Guido Brunetti, su Maigret personal, vendrían Muerte en un país extraño (1993), Vestido para la muerte (1994), Muerte y juicio (1995), Acqua alta (1996), Mientras dormían (1997), Nobleza obliga (1998), El peor remedio (1999), Amigos en las altas esferas (2000), premio CWA Macallan Silver Dager, y Un mar de problemas (2001), todas ellas publicadas en España por Seix Barral. ¿éxito? Sus libros han tenido ventas millonarias y están traducidos a veintitrés idiomas, incluido el chino. Ahora acaba de publicar en España Malas artes, “que trata de dos de mis obsesiones favoritas, la avaricia y los celos, pero lo hace en el contexto de unas vidas que se ven afectadas por lo que ocurre en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Comienza con la petición que una estudiante le hace a Paola Brunetti para que interceda ante su esposo, el comisario Brunetti, y éste investigue sucesos que ocurrieron hace cincuenta años”. La joven intenta limpiar el nombre de su familia, lastrado por un supuesto crimen cometido por su difunto abuelo. Brunetti no puede ayudarla y no interviene... hasta que aparece muerta. Y decide investigar lo ocurrido, lo que le obliga a indagar en la Italia de la II guerra mundial, a bucear en las cloacas del pasado italiano, especialmente en lo que a los judíos se refiere, ya que sus bienes y obras de arte fueron expoliados por los nazis y sus cómplices.
"La idea de 'Malas artes' me la dió una conversación con un amigo veneciano, mayor que yo. Por alguna razón, acabamos charlando sobre la invasión italiana de Abisinia"
-¿En qué se inspiró, quizá en un hecho real? -En realidad, la idea de Malas artes me la dió una conversación con un amigo veneciano, un hombre de otra generación, mayor que yo. Por alguna razón, acabamos charlando sobre la invasión italiana de Abisinia, y él me explicó largo y tendido cómo los naturales del país habían dado entusiasmados la bienvenida a los heroicos italianos, lo felices que eran por tenerlos allí. Como él había estado viviendo allí en ese momento y tenía por tanto recuerdos personales de los acontecimientos, me sorprendió que su visión fuera tan diferente de la de la mayoría de los historiadores de ese periodo, que generalmente describen las carnicerías perpetradas contra los indefensos nativos, armados con lanzas, por soldados italianos que no dudaban en utilizar ametralladoras, gas venenoso o bombas lanzadas desde aeroplanos contra la población civil. Seguí leyendo sobre el tema, pregunté a mis amigos italianos más mayores y me sorprendió comprobar que esa visión de la historia más feliz y menos crítica estaba generalizada entre ellos, y pensé que era un tema interesante para un libro. Convicciones enmarañadas -Sí, pero entonces ¿es cierto que obtiene las ideas de sus novelas de la vida real, de los titulares de periódicos y de sus amigos..? -Por supuesto, muchos de los temas de mis libros vienen de los periódicos, pero la mayoría proceden de cosas que he escuchado a mis amigos. Males artes es un buen ejemplo de eso, porque la idea original vino de una conversación casual, seguida de una considerable investigación posterior. Quizá por eso resulta evidente la complicidad de la autora con sus personajes, especialmente con el detective Brunetti y con su combativa esposa, Paola: “Sí, he dicho, aunque supongo que no debería hacerlo, que es evidente en Brunetti un buen puñado de lo que siempre será mi sistema de valores éticos anglosajones”. En cuanto a Paola, comparten sus convicciones políticas “enmarañadas y contradictorias”. Y sus recetas de cocina, faltaría más. Pero Donna Leon no para. Además de su pasión por la música, no ha dejado su trabajo universitario y sigue escribiendo incansablemente. Resulta que cuando todavía le quedan cien páginas para terminar una novela, comienza a enredarse con la siguiente. Por eso ya puede adelantar algo de Doctored Evidence, que se publicará en la primavera de 2004. ¿Su argumento? La avaricia, “que siempre es un buen tema para una novela negra. Creo que aparecerá en España en unos dos años”. También acaba de terminar “un libro sobre los vendedores ambulantes africanos y acabo de empezar otro que tendrá que ver con la ecología”, confiesa divertida. Mafia, Iglesia, Ejército Antes podremos leer Justice Uniform, bastante polémica porque aborda el complejo mundo militar. “Sí, trata sobre el ejército italiano y su manera de pensar. Actúa como otros clubes masculinos exclusivos, como la Iglesia o la Mafia: están dirigidos por hombres blancos de mediana edad que intentan perpetuarse en el poder y evitar que nadie permita el paso a las mujeres o a los que no son miembros”. La trama se desencadena con el sospechoso suicidio de un cadete de una academia militar veneciana de elite. Al principio parece que se ha ahorcado, pero pronto aparecen indicios de que podría tratarse de una venganza contra el padre del muchacho, un político. Y Brunetti descubre pruebas de que la gente de la academia y desde muy altas instancias están intentado evitar el escándalo. De ella ha llegado a decir la autora que es la más negra de sus novelas, carente de ningún tipo de esperanza. También que tenía ganas de abordar el mundo militar, porque no es más que una pandilla de “hombres poderosos que hacen lo que quieren porque tienen las pistolas más grandes”. Pero tendremos que esperar para leerla al menos unos meses.
"Mis novelas son libros de detectives que lectores serios como los alemanes no se sienten culpables ni avergonzados por leerlos"
-¿Cuál cree que es el secreto de su éxito en todo el mundo, y más concretamente en Alemania, el país donde es más popular, y España? -Creo que al menos parte de ese éxito tiene que ver con el hecho de que los alemanes, que en efecto es el país en el que mis libros son mejor conocidos, aman Venecia. También está el hecho de que estos son libros de detectives que lectores serios como los alemanes no se sienten culpables ni avergonzados por leerlos. Y eso es porque, aunque son libros de crímenes y misterio, los personajes tienen vidas reales y hablan sobre arte e ideas. Los libros, además, a menudo plantean cuestiones políticas y sociales sobre las que todos los que vivimos en Europa deberíamos reflexionar. -Sin duda. De hecho todas sus novelas, Malas artes incluida, aunque pertenecen al género negro, abordan en mayor o menor grado otros muchos temas. Sé que es imposible de responder, pero ¿cuál es, a su juicio, el mayor problema en nuestros días, el más grave, el que más le preocupa: la corrupción, la pobreza, la soledad, la guerra, la globalización, el terrorismo, los daños que sufre el ecosistema..? -¡Menuda pregunta! ¡Es como si me preguntara cuál es la ópera de Händel que prefiero! La verdad es que hay demasiado donde elegir. Así que más que contestar a su pregunta directamente, me gustaría sugerir que la causa de la mayoría de nuestros problemas sociales y políticos es la ignorancia creciente de la gente, causada en su mayor parte por la televisión. Sé que esto me va a hacer parecer como una lunática, como una loca de atar, pero uno tan sólo tendría que pasar un día entero viendo la televisión para comprobar qué estúpida es y, por decirlo de alguna manera, cómo produce estúpidos. Ver televisión en vez de leer no permite a la gente detenerse y reflexionar, tener en cuenta los problemas y rechazar o combatirlos. Como las ocas o las avestruces que esconden la cabeza bajo tierra, los espectadores tragan y tragan televisión y jamás tienen tiempo para digerir lo que ven. Además de esto, existe un descenso general del discurso público: ¿Dónde hay un político que hable de manera comprensible? ¿Dónde encontramos un político que utilice la lógica y no la retórica? Además, soy una apasionada ecologista, y me sorprende que todos nosotros prestemos tan poca atención a las consecuencias inevitables de nuestras acciones. -¿Por qué los mejores autores de novelas de crimen y misterio son mujeres? ¿quiénes y por qué son sus favoritos? -No estoy completamente segura de por qué las mujeres somos mejores en este género literario, pero lo somos. En parte creo que es debido a que las mujeres estamos interesadas en el crimen de una manera muy particular porque a menudo somos las víctimas. Otra razón posible tal vez sea que como la novela negra casi siempre ha sido considerada como un género menor, de segunda fila, no ha habido prejuicios editoriales contra las mujeres. ¿Mis favoritas? Ruth Rendell, Frances Fyfield, y los maestros, los más mayores y dorados: Ross MacDonald, Dashiell Hammett y Raymond Chandler. Injusticias de la fama -¿Qué piensa de la fama? ¿Es una buena amiga, una asesina silenciosa, una carga insoportable? -Afortunadamente tenía más de cincuenta años cuando me convertí en famosa, así que las amistades importantes, las verdaderamente valiosas, y mis gustos y aficiones ya estaban formados. Más afortunadamente todavía para mí, la mayoría de mis amigos no puede leer mis novelas porque sólo leen italiano, así que mi vida íntima y personal ha cambiado muy poco. Creo que lo peor de la fama son las desigualdades que crea (supongo que eso demuestra que soy norteamericana al menos en un sentido), especialmente en alguna gente que a menudo se muestra deferente sólo porque soy famosa. La verdad es que eso me pone muy nerviosa.