El placer de la Y
Irene Jiménez
5 febrero, 2004 01:00Irene Jiménez. Foto: I.J.
Confiesa Irene Jiménez (Murcia, 1977) en el prólogo de este volumen que fue la lectura de la biografía que de Yourcenar escribió Josyane Savigneau la que le inspiró la escritura del primero de estos relatos. El resto es fruto de su admiración por una de las autoras más relevantes del siglo XX, de cuya biografía ha seleccionado diez episodios. Que, sin embargo, no se ha propuesto escribir una novela, queda claro desde el principio: pese a que existe una coherencia en la voz narrativa que otorga unidad al conjunto, las anécdotas de los diez cuentos representan momentos tan distantes entre sí que es imposible enfrentarse a su lectura como a la de un solo relato. Casi por la misma razón podemos afirmar que Jiménez tampoco se propuso escribir una biografía. Abundan las peripecias referidas a la juventud y primera madurez de la escritora, etapa muy documentada por la propia Yourcenar, mientras que las referidas a los últimos años son escasas. Y he aquí uno de los reproches que me atrevo a hacerle a Jiménez: su excesiva fidelidad, no sólo a la voluntad de Yourcenar sino también a la biografía de Savigneau. Pero, en fin, si toda primera obra es un homenaje, en este caso lo es con contundencia. Bajo estas premisas, es de recibo que el volumen de Jiménez resulta atractivo.Pese a su juventud, Jiménez demuestra seguridad en el planteamiento de las situaciones, dosifica bien los diálogos y logra presentar a sus personajes para que resulten verosímiles, además de anclarlos en la historia con sutileza y claridad. Y todo ello con independencia de que sean reales: los cuentos dictan sus reglas y salen airosos.