Tiene la peculiaridad esta novela, tal vez la mejor del narrador leonés, de tramar una historia subyugante que afecta a diversos miembros de una saga familiar a ambas orillas del Atlántico. Es, además, una narración que fascinará a cualquier lector con su viveza, su magistral estilo y el profundo calado psicológico de sus personajes. Y, a la vez, se trata también de otro libro, en el cual los fieles de Merino sabrán reconocer sus preocupaciones literarias más frecuentes -la dicotomía vida/literatura, el juego del doble, el lado humano de la mitología...- y hasta algún que otro parentesco de su protagonistas con algunos de los anteriores.