Image: Henry Kamen

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Letras

Henry Kamen: "La mayoría de los libros de Historia no tienen investigación ni divulgan nada"

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17 noviembre, 2004 23:00

Henry Kamen, por Gusi Bejer

PREGUNTA: ¿Su libro es una reivindicación del llamado “carnicero de Flandes”? RESPUESTA: En absoluto, más bien tiene la intención de informar al público sobre el general más famoso de la historia española, que sigue en el olvido gracias a la ausencia total de cualquier estudio documentado reciente sobre su carrera y su actuación militar. Pregunte a cualquier persona en la calle y no sabrá nada sobre el duque. P: Alba dijo que era mejor “arrasar un país que dejarlo en manos de herejes”. ¿Hoy sería un talibán? R: El duque tenía una visión totalmente equivocada de la realidad política de su época, como los talibanes. Pero su punto de vista no era exactamente el de los talibanes, quienes procuran destruir la civilización moderna, con su cultura y su ciencia, y volver atrás a una época primitiva. El duque era un hombre conservador, que buscaba preservar los logros de la cultura occidental, que veía amenazada por los disidentes. P: Perdone la frivolidad, pero ¿qué cree que haría hoy para solucionar el problema de Iraq? R: Acepto la pregunta como una pregunta seria. De hecho, su caso en Flandes era muy parecido a la situación de Iraq. Alba fue allí con un ejército y pacificó el país en un año, pero después tuvo que enfrentarse a la oposición de algunos del país. Su defecto, y me parece que es el defecto de Bush también, era no comprender la complejidad de otro país y otra cultura. Fracasó, y lo mismo podría pasar en Iraq. P: Por cierto, usted asegura que hoy la leyenda negra sólo preocupa en España... R: Preocupa a muchos españoles como medida de autodefensa, y califican de “leyenda” cualquier reparo que se haga a la actuación española, sin examinar los hechos a fondo. Es poco útil, y sólo hace reír. P: ¿Cómo pudo España ser la primera potencia mundial durante tres siglos? R: Gracias a la colaboración, voluntaria o no, de muchos pueblos, empezando con la ayuda de los italianos y los holandeses, que formaban parte del Imperio por herencia dinástica, y luego con la ayuda de los indios de México y Perú. Sin embargo, en España la gente es reacia a creer que otros pudieran haber ayudado a los castellanos. P: ¿A qué se refiere cuando dice que España fue la “primera multinacional”? R: Lo fue en el sentido de que el centro de su poder y influencia no se hallaba en la península sino en todas las ramas y extensiones de su actividad: su plata, en las Indias; sus soldados, en Italia y Alemania; sus barcos, en Portugal y Nápoles... Lo que España aportó fue la dirección del negocio y el control político. P: Dice que Estados Uni-dos hoy “funciona como lo hizo la expansión española”. ¿En qué sentido? R: En ese mismo sentido. EE.UU. ha triunfado en el mundo no gracias a su poder militar, porque no ha conquistado nada (aparte de Puerto Rico), sino por su capacidad de poder colaborar con otros países que comparten su punto de vista y su interés por el desarrollo económico. La gran diferencia es que EE. UU. ha tenido éxito, mientras que España fracasó. P: ¿Y qué ha sacrificado como historiador para que su libro llegue a un público mayoritario? R: Nada en absoluto, porque el historiador tiene dos tipos de público: primero, los otros universitarios, a los que quiere convencer de su profesionalidad; y los lectores en general, a los que tiene la obligación de comunicar con seriedad y amenidad los frutos de su investigación. Aparte de prescindir del montón de notas de pie de página, no sacrifico nada. P: ¿Le sorprende el éxito de los libros de divulgación histórica en España? R: De hecho no hay tantos. Es decir, hay unos cuantos libros serios, escritos por buenos profesionales, que se venden muy bien y merecen su éxito. Pero la mayor parte de los libros de “historia” que se venden no tienen nada de investigación original y por tanto no “divulgan” nada. P: Usted nació en Birmania, ha vivido en Barcelona mucho tiempo y ahora es profesor invitado de la Universidad de Chicago, ¿qué añora de España? R: Es muy difícil de decir, porque me hallo a gusto en casi cualquier rincón del mundo. Pero es cierto que me siento muy catalán, que conozco Cataluña y hablo su idioma. Y siempre añoro la comida española. P: ¿Y lo que menos? R: Yo apuntaría la falta de disciplina y falta de respeto por las leyes (en la carretera, en la vida pública, en los negocios), y la ubicuidad del humo de tabaco. P: ¿Qué fue lo que más le sorprendió de las pasadas elecciones americanas? R: El que más americanos votaron por Bush que en cualquier otra elección de la historia. El electorado se dividió casi exactamente en dos. Pero no se trata de una división sobre la guerra de Iraq, sino sobre cuestiones de moralidad. P: ¿Iraq confirma que nos hallamos ante un conflicto de civilizaciones? R: Evidentemente no, ya que la mayoría de los iraquíes están a favor de su nuevo gobierno y en contra de los terroristas. Y en todo el mundo árabe son pocos los que apoyan a los extremistas. Pero existen complicaciones, entre ellas la incapacidad de cierta gente de Occidente de entender que conceptos como democracia costarán mucho de arraigarse en la política de Oriente Medio.