El tiempo no lo cura todo
Olga Lucas
26 octubre, 2006 02:00Esa caricatura, resuelta de regular manera y expuesta con escasa fuerza expresiva, atenúa su excentricidad en "Siempre a destiempo", donde rompe a hablar una mujer que, en un gesto drástico y sin dramatismos, decide buscarse a sí misma y acabar con su matrimonio tras quince años de resignación, vividos "sin vivir con él". También aquí abusa de términos y lugares comunes, aunque resulta más lograda por la fuerza de la verdad desnuda y una prosa nada afectada. "Con el mar de frente" ofrece otro ángulo: un psiquiatra relata su reencuentro con una paciente tomada por un mutismo impenetrable. En esta segunda oportunidad conocerá sus razones a través de la "carta final" a su marido muerto. Un gesto aparentemente inútil que busca reafirmar el poder de las palabras, de lo que son y expresan. Esa es la idea que refuerza el sentido global del libro: ráfagas de palabras que perfilan una personalidad y un estilo firmes -los de su autora- a la hora de desenmascarar prejuicios. No tanto en la solución literaria, más difícil y menos lograda.