"Amor" y "Odio" son las que el predicador Harry Powell lleva tatuadas en sus dedos y esos son los parámetros en torno a los que se mueve la historia narrada en
La noche del cazador. El Predicador compartió celda con Ben Harper, quien será ahorcado por asaltar un banco sin desvelar el secreto de donde escondió el dinero. Cuando el predicador cumple su condena, viaja hasta el pueblo donde viven la viuda y los hijos de Powell. A partir de ese momento comienza la acción más intensa y sobrecogedora. La catalogación de novela negra, como ha sido considerada por algunos, resulta apropiada en términos genéricos; pero la complejidad de esta obra supera cualquier barrera académica. No en vano las literarias citas que introducen los cuatro libros que componen el conjunto nos remiten a un interesante juego de teorías interpretativas. Quienes disfrutaran de la versión cinematográfica que de ella se hizo, genialmente dirigida por Charles Laughton y con un inconmensurable Robert Mitchum que pasó a la historia por su encarnación del predicador, quedarán más que satisfechos con el referente literario.