Valle-Inclán inacabable
por Darío Villanueva
6 diciembre, 2007 01:00Por Grau Santos
Entre las cartas hasta ahora no recogidas en su epistolario se encuentra una especialmente emotiva que Valle-Inclán escribía en julio de 1931 a su hijo Carlos, a la sazón estudiante de bachillerato. Allí el padre se muestra muy satisfecho porque el muchacho estuviese cumpliendo cabalmente "las obligaciones que tienes para conmigo: Lo que llamaban los antiguos las obligaciones de la sangre". Y añadía:"Yo a fuerza de trabajo, de sacrificios y de dignidad personal he logrado para ti un nombre respetado. Acaso es el único patrimonio que podré dejarte".
Carlos Valle-Inclán Blanco, el primer Marqués de Bradomín fuera de la literatura, falleció en 2006 tras una larga vida en la que nunca cejó en el cumplimiento de aquellas obligaciones. La edición de las Obras Completas publicada en 1944 fue posible gracias a su "afán y energía", en palabras de su madre Josefina Blanco. Esa entrega ha posibilitado la permanencia del "Archivo Valle-Inclán Alsina" que los Marqueses de Bradomín, Carlos y su esposa, la bibliotecaria Mercedes Alsina, cuidaron y enriquecieron. En torno a él ha cuajado además un obradoiro filólógico del que fueron saliendo entregas imprescindibles, desde un noticioso volumen de Entrevistas, conferencias y cartas (1994) y la propia Bibliografía de Don Ramón María del Valle-Inclán (1995) hasta los dos volúmenes de su Obra Completa que la editorial Espasa publicó en 2002.
Los autores de todos estos trabajos, Joaquín y Javier del Valle-Inclán Alsina, actuaron asimismo como comisarios de la exposición que, cuando el centenario de 1898, la Universidad de Santiago organizó acerca de la figura del que fuera uno de sus alumnos más ilustres. Aquella muestra, resumida en un catálogo de cuatro tomos, ofreció por vez primera a la vista del público documentos de relevancia suma, si bien atendió tan solo a determinados aspectos de la vida y obra de Valle. Entre ellos, la propia genealogía del escritor en la que sobresalen figuras como la del ilustrado Francisco del Valle-Inclán y de los Santos, catedrático y creador de la primera biblioteca universitaria compostelana. Pero los comisarios no olvidaron un novedoso capítulo sobre "Las artes del libro" porque su abuelo fue un experto en ortotipografía, en lo que le iba un doble interés: apurar la belleza de sus textos y ser editor de sus propias obras en un país de libreros mercachifles. Joaquín acaba de dedicar un volumen al tema, y su hermano Javier de publicar una monografía sobre los últimos meses de vida de don Ramón y anuncia Letras de estima, un catálogo de obras dedicadas en su biblioteca.
Esto último aparecerá en la colección de la Cátedra Valle-Inclán de la Universidad compostelana en la que Jorge Devoto del Valle-Inclán nos ofrece en facsímil el manuscrito autógrafo de Mi bisabuelo. Esa cátedra trabaja en sintonía con el obradoiro que antes mencionábamos y anuncia también una descripción del archivo Valle-Inclán Alsina, un completo estudio acerca de la candidatura republicana del escritor en 1931 y toda la documentación referente a su conflictiva etapa como director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma, cuyo anticipo la directora, Margarita Santos Zas, y algunas de sus colaboradoras publicaron en 2005 en el tercer volumen del Anuario Valle-Inclán que edita desde Filadelfia otro destacado especialista: Luis T. González del Valle. A tantos y tan significativos testimonios de vigencia valleinclaniana hay que añadir un hito de muy reciente culminación: las casi tres mil páginas de la Biografía cronológica y epistolario que Juan Antonio Hormigón ha escrito para neutralizar con todo rigor documental el tratamiento anecdótico, novelizado y mixtificador de la biografía de Valle-Inclán.
Manuel Alberca, conocido ya en estas lides, presenta ahora una entrega de documentos pertenecientes al Archivo Valle-Inclán Alsina. Se trata de textos narrativos inéditos correspondientes a los ciclos narrativos del Ruedo Ibérico y Las Guerras Carlistas así como de cartas hasta ahora no publicadas. Continúa, pues, franco el camino para seguir avanzando en el conocimiento de la vida y la obra de Ramón del Valle-Inclán, a quien corresponde figurar en justicia entre las figuras más destacadas del Modernismo internacional del Siglo XX.