Gritar
Ricardo Menéndez Salmón
20 diciembre, 2007 01:00Ricardo Menéndez Salmón. Foto: Susana Carro
Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) alcanzó una notoria relevancia en la narrativa española última con su quinta novela, La ofensa, publicada a principios de este mismo año. En su corta extensión (144 páginas) se utiliza la historia como marco y pretexto para trascenderla en graves especulaciones de orden existencial, moral y espiritual. En este caso se trata de hechos ocurridos en la II Guerra Mundial tomados como trampolín para elaborar hondas reflexiones sobre la condición humana en sus más turbios designios. Por ello, con su adelgazamiento argumental y su técnica elíptica, La ofensa fue saludada por la crítica como un texto de sazonada madurez, también por la intensidad de su historia relatada, su densidad conceptual y la riqueza de su simbolismo.Antes de que acabe el año de su reconocimiento público el autor asturiano ha reunido en un volumen, también de corta extensión, nueve relatos que, en algunos casos, recuerdan temas y formas de su novela más celebrada. Son cuentos de notable madurez, con una calidad literaria innegable, sin que se produzcan altibajos dignos de mención en el conjunto. Narrados en primera o en tercera persona, las historias relatadas reflejan cierto cosmopolitismo por sus ambientaciones en espacios que van desde Madrid a Sao Paulo, pasando por Florencia, ámsterdam, Praga y Boston. Y en su estilo todos, sin excepción, muestran una prosa impecable en su factura clásica, con pertinente aprovechamiento de diferentes recursos de la narración oral.
Entre los temas tratados hay una clara preferencia por lo relacionado con la memoria y los recuerdos que invaden el presente de unas criaturas presentadas como náufragos en el tiempo. El deseo de crear, el arte, el amor, la locura y el misterio son algunos de los aspectos temáticos más comunes en los nueve relatos. En el primero, "La vida en llamas", se entrecruzan el dolor y la felicidad encarnados en unos vecinos relacionados por la lectura y opuestos por la muerte que golpea a un lado mientras que al otro llega una nueva vida. Gritar, el que da título al libro, se complace en el falansterio del grito como metáfora de la insatisfacción humana y su necesidad de liberación y comunicación. A los dos citados se suman, entre los mejores cuentos aquí reunidos, el cuatro y el quinto, relacionados por el motivo central de la literatura en la figura de quien aspira a ser escritor, como el protagonista de "Hablemos de Joyce si quiere", o en el relato in fieri que se va componiendo a dos voces entre tío y sobrino ("Las noches de la condesa Bruni") como narradores solidarios hasta completar una historia del mundo galante finisecular, con explícitas advertencias acerca de su gestación en la voz del narrador más experto: "Es privilegio del narrador no prestar atención a las interrupciones de los oyentes" (pág. 60). En el último cuento citado y en "Los ancestros" se aprovecha una variante oral del manuscrito encontrado, en relatos en que un narrador cuenta la historia que le han contado a él. Antes era el sobrino convertido en narrador primero de "Las noches de la condesa Bruni", que su tío le contó a él. En "Los ancestros" es el último descendiente del pintor holandés Pieter Röhs quien recoge por boca de la primera mujer de su antepasado la enigmática historia de la maldición depositada en un cuadro. La naturaleza fantástica de este cuento contrasta con el carácter realista del siguiente, "A nuestros amores, si bien ambos textos están emparentados por la pintura como motivo temático central en los dos y por la consideración existencial de sus protagonistas como ejemplos representativos de náufragos en el tiempo: en aquél por la pervivencia de maldiciones que duran varios siglos; en éste por su historia de éxito y fracaso en la que se muestra la fragilidad del amor. Y el volumen se cierra con un homenaje a Kafka en "Para una historia privada de la literatura", donde se alumbra una metáfora de la creación literaria como íntima necesidad fraguada en experiencias vitales, sueños y pesadillas.