Letras

Máscaras sociales

Pablo Nacach

8 mayo, 2008 02:00

Foto: Reynolds.

Debate. Barcelona, 2008. 208 páginas, 17’90 euros

A finales de 2003 Pablo Nacach llamó la atención del mundillo académico con la publicación de A través del espejo, derivada primera de una brillante tesis doctoral planteada en torno a la obra del excepcional sociólogo Jesús Ibáñez. Un año más tarde apareció Las palabras sin las cosas, una disección eficaz, divertida y atrevida del universo de la publicidad . En 2006 ve la luz Fútbol, libro en el que Nacach destripa, con la semiótica en una mano y el psicoanálisis en la otra, la relación que se establece, para millones de personas, en torno al deporte de masas por excelencia.

Profesor, conferenciante, articulista, tertuliano y muchas más cosas, Pablo Nacach (Buenos Aires, 1969) subtitula Máscaras sociales como Las relaciones personales en el mundo actual. En realidad, lo que debe entender el lector es que tiene delante un libro que es como una sesión de fuegos artificiales en la que se mezcla la brillante y colorida luz de fulgurantes figuras con ruido, mucho ruido.

Con un breve y etéreo prólogo de Vicente Verdú se abre el libro. En su primer capítulo, Nacach afirma que la "gaseosa sociedad actual" se caracteriza por lo que él denomina el "tuismo", una necesidad de olvidar la soledad sobreinteraccionando con los demás o con ese "objeto doméstico" llamado ordenador que la revista "Time" declaró personaje del año. "Hoy -escribe- la persona es ella misma grupo, tribu, clase social: sociedad." Todos sentimos una necesidad brutal y desproporcionada por establecer relaciones. En este primer gran apartado del libro el lector percibe ruidos. Algunos menores, como denominar, a propósito de Kant y sus archifamosos paseos por Künigsberg, pueblo a lo que entonces, en el siglo XVIII, era la capital de Prusia Oriental. También se desliza la idea de que dicho "tuismo" es el resultado de una vasta y reciente operación negra del capitalismo para entontecer el mundo.

Con información tomada de la publicidad, de los medios de comunicación y de hechos de la vida cotidiana, Nacach pasa revista a la arquitectura psicosocial que estructura la realidad actual. Al hilo de este análisis pasa revista a la fabricación de bienes destinados a una corta duración, la videovigilancia en espacios públicos y privados, el arbitrismo de Jesús de Polanco o a cómo los ricos se hacen cada vez más ricos. En la descripción de un mundo tomado por el miedo a la soledad, el autor va intercalando observaciones en ocasiones agudas, en ocasiones discutibles, como cuando se pregunta si Madrid no es más que "una gigantesca discoteca" rodeada de bares. De sus numerosos y brillantes análisis el de las tapas es magnífico. Tampoco tienen desperdicio las páginas dedicadas a los teléfonos móviles. Visto por Nacach como un objeto de compañía, el móvil cobra mil dimensiones inesperadas hasta convertirse en el "chupete autoerótico por excelencia". Se cierra este libro tan de altibajos con una tanda de agradecimientos y, como en las películas, con un making off.

Más de dos siglos antes de que Felipe Fernández Armesto lanzase esta biografía sobre Américo Vespucio, el historiador y marino español Martín Fernández de Navarrete (ábalos, 1765-Madrid, 1844) recuperó en un curiosísimo volumen los Viajes de Vespucio (Espasa), a partir de la Introducción a la Cosmografía de Martín Ilacomilo impresa por Juan Gruniger a comienzos del siglo XVI, en la que, como subraya el académico e historiador, no figura el nombre de Colón y se atribuye el descubrimiento de América solamente a Vespucio.