El simbolismo alemán de extraordinaria calidad poética de Herta
De prosa vigorosa y plena de símbolos, es necesario diferenciar su estilo del de la última alemana premiada con el galardón, Elfriede Jelinek, menos accesible que Möller
8 octubre, 2009 02:00
Por Germán Gullón
El jurado del premio Nobel ha vuelto a sorprendernos al no elegir a alguno de los candidatos favoritos del público lector, como Philip Roth, Amos Oz o Vargas Llosa. Herta Müller es una escritora alemana nacida en Rumanía cuya trayectoria narrativa resulta muy interesante, aunque casi siempre ha tratado los mismos temas: la tragedia de vivir en un régimen dictatorial, en su caso el del rumano Ceausescu, y un segundo tema, el de la inmigración, vivida por ella cuando abandonó Rumanía para afincarse definitivamente en Berlín.
En El pasaporte (1986), cuenta los esfuerzos de una familia por conseguir los documentos para emigrar y las bajezas a las que tienen que someterse. Viajando en una pierna (1989) relata los problemas del emigrante cuando trata de asentarse en un nuevo país, como tuvo que hacer la propia autora. La piel del zorro (1992) cuenta asimismo la historia de un maestro en un país dominado por el miedo a la represión policíaca.
A pesar de la similitud entre unas y otras, las obras de Müller tienen una enorme fuerza temática que proviene de las experiencias de la autora, y al mismo tiempo están escritas en un alemán pleno de imágenes, símbolos, que dan a su prosa una extraordinaria calidad poética. Por lo tanto, este noveno premio Nobel en alemán viene a presentar una temática que hoy en día es crucial en todo el mundo: la inmigración.
Al compararla con el anterior premio Nobel en alemán, Elfriede Jelinek en 2004, el lector español se sorprenderá de la accesibilidad de la prosa de Herta Müller.
El jurado del premio Nobel ha vuelto a sorprendernos al no elegir a alguno de los candidatos favoritos del público lector, como Philip Roth, Amos Oz o Vargas Llosa. Herta Müller es una escritora alemana nacida en Rumanía cuya trayectoria narrativa resulta muy interesante, aunque casi siempre ha tratado los mismos temas: la tragedia de vivir en un régimen dictatorial, en su caso el del rumano Ceausescu, y un segundo tema, el de la inmigración, vivida por ella cuando abandonó Rumanía para afincarse definitivamente en Berlín.
En El pasaporte (1986), cuenta los esfuerzos de una familia por conseguir los documentos para emigrar y las bajezas a las que tienen que someterse. Viajando en una pierna (1989) relata los problemas del emigrante cuando trata de asentarse en un nuevo país, como tuvo que hacer la propia autora. La piel del zorro (1992) cuenta asimismo la historia de un maestro en un país dominado por el miedo a la represión policíaca.
A pesar de la similitud entre unas y otras, las obras de Müller tienen una enorme fuerza temática que proviene de las experiencias de la autora, y al mismo tiempo están escritas en un alemán pleno de imágenes, símbolos, que dan a su prosa una extraordinaria calidad poética. Por lo tanto, este noveno premio Nobel en alemán viene a presentar una temática que hoy en día es crucial en todo el mundo: la inmigración.
Al compararla con el anterior premio Nobel en alemán, Elfriede Jelinek en 2004, el lector español se sorprenderá de la accesibilidad de la prosa de Herta Müller.