Soledad Puértolas: "La Academia es una institución dieciochista, normal que haya pocas mujeres"
La escritora sale elegida en tercera votación para ocupar el sillón g minúscula en sustitución de Antonio Colino, convirtiéndose en la quinta mujer en la institución
28 enero, 2010 01:00La escritora y nueva académica de la Lengua, Soledad Puértolas. Foto: El Mundo
Marta CaballeroA la tercera fue la vencida. La candidatura de la escritora Soledad Puértolas para ingresar en la Real Academia Española tuvo que acudir a la tercera votación para lograr el número de votos necesarios. En la primera votación, en la que se precisa obtener dos tercios de los votos académicos, la escritora tuvo 20 votos a favor y 11 en blanco. En la segunda, en la que sólo pueden votar los académicos presentes, 22 en la sesión de este jueves, tuvo 8 votos en blanco y, por lo tanto, hubo que recurrir a una tercera votación, en la que sólo es necesaria la mitad más uno de los votos. A pesar de la insistencia de los 8 votos en blanco, en esta tercera ronda sí fue elegida para ocupar el sillón g de la institución.
Los rumores que cantaban que la Academia se apresuraría a incluir entre sus miembros a otra mujer sonaban desde el mes de octubre. La noticia se materializó a unos días de las Navidades, cuando EL CULTURAL ya anunciaba que sería Soledad Puértolas la nueva apuesta de la institución. La escritora zaragozana, desde su tranquilidad de chalet, ha preferido no cantar victoria hasta el último momento, y sólo hizo caso a la rumorología cuando le llegó la proposición de Luis Mateo Díez. Este jueves, finalmente, se ha confirmado como la quinta mujer en la Academia (las otras han sido, desde su fundación, Ana María Matute, Carmen Iglesias, Margarita Salas e Inés Fernández) y la nueva titular del sillón g. "Mejor minúscula, ¿no?", se alegra de primeras ante un reto "inesperado" que asume con ilusión.
PREGUNTA.- Enhorabuena, g minúscula. ¿Le gusta su letra?
RESPUESTA.- No conocí a Antonio Colino, pero me gusta la posibilidad de ocupar la silla de un científico. Cada letra tiene su encanto y la g pequeña es muy bonita: es la de gracia, por ejemplo. Mis hijos, Diego y Gustavo, la llevan en sus nombres. Y me gusta que sea minúscula, más de andar por casa, más cotidiana.
P.- ¿Los rumores le señalaban desde hace un tiempo como la nueva académica, tenía constancia de ello?
R.- Fue antes de Navidad cuando me llamó Luis Mateo Díez. Hasta entonces no sabía nada. Dije que aceptaba, aunque era algo que nunca se me había ocurrido.
P.- ¿Cuántas mujeres hacen falta en la Academia para que se la deje de considerar una institución machista?
R.- Son preguntas que tendrían que contestar los académicos. Es una institución del XVIII y que arranca con un espíritu que deja a un lado a las mujeres, incluso a las cultas, que las había. La Academia se ha adaptado al presente y, como todo en la vida, evoluciona. Pero la sociedad es muy lenta, es lo que más tarda en modificarse. El caso español no es el único, aunque es cierto que aquí hay una mentalidad de otorgar cierta invisibilidad a las mujeres y eso cuesta cambiarlo.
P.- ¿Y con qué otras colegas le gustaría toparse en la institución? ¿Personalmente ve grave la ausencia de escritoras?
R.- Hay muchas, no quiero dar un nombre. Evidentemente, hay mujeres y hombres que son grandes candidatos. Grave es depende de cómo te pongas, creo que hay cosas mucho más flagrantes que este asunto.
P.- Elaborará un discurso sobre los personajes secundarios de la literatura y, en concreto, sobre los del Quijote. ¿Usted se ha sentido secundaria alguna vez?
R.- A mí los secundarios me entusiasman, hay que fijar más la atención en ellos, que son los que dan a la novela la verosimilitud, la realidad. En el Quijote hay muchos personajes secundarios -y muchos femeninos- tratados con un respeto impresionante. Merece la pena que me acompañen en esta aventura. Sobre mí, creo que todos somos secundarios. La vida no es sólo la tuya sino parte de la de los otros, hay un entramado de secundarios que conviene tener presente.
P.- Yendo a lo prioritario, ¿Qué se propone hacer en la RAE?
R.- Primero tendré que conocerla mejor, sé poco de ella. Sé que tienen comisiones de trabajo, sé que se está siempre estudiando el diccionario... pero esperaré a estar dentro. Lo que puedo aportar es lo que aporta una persona que está en la lengua, que es mi materia. Y querré adecuarla, como todos, cada vez más a la realidad.
P.- ¿Qué opina una nueva académica sobre la Nueva Gramática? ¿Le tira más la presente corriente aperturista de la institución o la de los que exigen que sea un organismo más férreo a la hora de dictar normas?
R.- No veo laxitud en la Nueva Gramática. La Academia cambia como cambia todo y su criterio va reflejando la lengua del día a día, hay que ser muy sensible a la sociedad y no cerrar los ojos. La labor que refleja la Gramática es un ejemplo de su deseo de estar en la realidad actual. Creo que esta obra supone un esfuerzo que no se había hecho hasta ahora y me asombra eso de los volúmenes monumentales, de cómo son capaces de coordinar tantos esfuerzos. Yo en mi creatividad estoy sola y cualquier labor colectiva me asombra. Finalmente, valoro su enfoque, que es una llamada al entendimiento.
P.- Saca libro en dos semanas, una publicidad estupenda su elección.
R.- Sí, se titulará Compañeras de viaje y es un libro de relatos en el que las protagonistas son, precisamente, mujeres secundarias. Esas que, por ejemplo, acompañan al viaje de negocios a su marido. ¿Qué hacen ellas mientras él trabaja? Esa secundaria es a la que he colocado como personaje esencial, le sigo los pasos para conocer cómo es su vida durante ese tiempo de soledad en una ciudad ajena.