Image: Claudio Rodríguez

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Letras

Claudio Rodríguez

Cartas inéditas del poeta al hispanista Philip W. Silver

19 febrero, 2010 01:00

de izqda a dcha, Philip W. Silver, Claudio Rodríguez, el editor Juan Casamayor y J. L. Miranda (Fuenterrabia, 1993)

Como Gil de Biedma o Lorca, Claudio Rodríguez (1934-1999) fue uno de los grandes de esa edad de oro de la poesía española que fue el siglo XX. Escribía como respiraba y aunque decía que todo lo que él pudiera decir estaba ya en sus poemas, Páginas de Espuma lanza el Rumoroso cauce, coordinado por Philip W. Silver y en el que poetas y críticos como Carlos Marzal, Luis Muñoz, Gonzalo Sobejano o Juan José Lanz analizan su obra. También se incluye un puñado de cartas inéditas que El Cultural adelanta a continuación.

"Estoy en buena ráfaga o racha en mi poesía"
Madrid - 19 - mayo - 1979


Querido Philip:
¿Cómo estás? Esto es lo más importante. Pero importante es lo que me dijiste acerca del proyecto del Curso de Verano en Columbia University. ¡Claro está que lo acepto, con alegría, con satisfacción! No hay dudas, por mi parte, acerca de ello. Y estoy ilusionado, aparte del dinero. ¡Quiero, de una vez, conocer Estados Unidos! He tardado en escribirte porque estoy en una buena ráfaga o racha en mi poesía. Sigo, afortunadamente, y, para mí, como bien sabes, con sorpresa, el ¿"buen camino"? Claro está que Galway Kinell, no tan sólo por su libro extraordinario: The Book of Nightmares, me es como muy afín, como muy compañero, ¡gual que The Avenue Bearing the Initial of Christ into de World. He aquí uno de los infinitos misterios de la creación humana. Las afinidades electivas, de Goethe. Me he compenetrado, penetrado con este autor, como si fuera un amigo mío [...].

Y lo que tú subrayas acerca de la extensión de los poemas -"la secuencia poética"- es exacto, pero en absoluto nuevo. Porque, claro está, las transiciones, es decir, el tejido hasta lograr la totalidad de la emoción y del conocimiento siguen un proceso aventurado (sobre todo en lo que respecta al lenguaje). (No me gustan los poemas de Robert Winner -retórica en el vacío y presuntuosidad-). Bueno, querido Philip. Quiero ver tu prólogo a Dámaso. Ya a punto de finalizar los cursos, mis planes, siempre precarios, consisten en seguir esta ráfaga de creación (la estoy sintiendo ahora mismo). Y deshechar el mes de julio como mes viajero ó estacionario en Jávea. Por lo tanto yo estaré en Madrid hasta el primer día de agosto. Te espero. Ten mi abrazo de siempre

Claudio


Y dáselo a Magdalena, a Ana (sobre todo). Y a los viejos amigos, José Olivio, Dionisio. (¡Coño! Se acabó Cicerón. Ahora, a campo abierto, hacia "La sed del nido"). No creo necesario repetirte que el robo ó la muerte -no en la catedral- es un poema dedicado a ti, porque me da la gana, si no te importa y porque te ha gustado.



"La crítica social está teñida por la censura"
Madrid, 29 de abril, 1980

Querido Philip:
¡Qué alegría! Claro, como te he dicho tantas veces, que quería estar en los Estados Unidos. Y aún más cuando me dices que José Olivio, Debicki y Gonzalo Sobejano, van a estar conmigo. Me da honda satisfacción y, casi, como un ramalazo de vergüenza.

Lo que me pides es casi, para mí, imposible: no porque no pueda escribir comentarios "técnicos", en cuanto a la métrica, el léxico, la asimilación de la expresión popular, etc. -sino por la dificultad de recrear, de revivir, una experiencia (la "memoria viva", que decía Bécquer)-. Pero bueno: puede verificarse, en lo posible, una aproximación. Por ejemplo: "Nieve en la noche". Recuerdo que lo escribí en Cambridge (cómo no, nieve continua e insoportable). Y que hice muchas versiones acerca del tema (no nieve infantil, pura, religiosa, monótona, etc.). Es la mentira de la naturaleza, el disfraz. Quizá esa monotonía de la nevada me condujo, inconscientemente, claro, a un ritmo tradicional -el heptasílabo asonantado- para acentuar esa crueldad, que es doma, docilidad, mentira (y, en el fondo, nostalgia de pureza, etc.).

Ya te dije que "Un ramo por el río" es un esquema hacia un posible poema futuro. Se trata de un mito popular: el de la muerte florecida; el alejamiento de la muerte. Es, por decirlo así, como los ritos medievales para huir de la peste. El tono, desmesuradamente exclamativo, hace que no exista la interpretación. (¡Qué fallo!) En "Pinar amanecido" sucede algo semejante [Me estoy haciendo como mi propia autopsia, Philip!]: es un poema realista (?): los pinares recogidos, refugiados, aislados, de la meseta castellana me dieron la sensación de la posible convivencia humana. ¡ [...]

Sí, creo en lo que me dices de epifanía. ¿"Mysterium tremendum"? Sí, sin duda. Pero lo tremendo se alía con lo "fascinante". Se llega al canto o a su propia destrucción. Porque no contempla el órgano, la mirada, claro, sino la vida entera. Y cuando se contempla uno espera cierta resurrección, ó el presentimiento de una nueva realidad, de una vida misteriosamente incognoscible. Es la fe -futura- a través de la mirada: de la "contemplación viva".
Bueno, no sé si estos apuntes te podrán servir para algo. Lo importante, Philip, es que no te preocupes por nuestro prólogo demasiado. Hay que tener en cuenta que se trata de una edición popular. Me parece bien lo del diálogo. ¿Cómo van las cosas?
Ya te enseñaré el último poema que he escrito, aún (cómo no), sin versión definitiva. ¡Claro que estoy aquí durante las fechas que me dices! Te espero enseguida. ¿Llegas el 17 de mayo? Coño, nos vamos haciendo viejos (broma) y se necesita, cada vez más, ver a los verdaderos amigos.
Ten mi abrazo de siempre

Claudio

De L. Bourne no tengo noticia alguna. [Nota de Clara en el margen izquierdo] ¡Qué alegría el 17 estás otra vez con nosotros! Hasta entonces un abrazo grande. Clara


"Quizá la sombra de la muerte de mi hermana sea demasiado intensa" Madrid - 17 de febrero - 1981

Querido Philip:
He esperado para escribirte, a ver si salía nuestra Antología. Pero no quiero dejar más tiempo sin que sepas un poco de mis pasos. Pasos, vida tranquila y, afortunadamente, fértil, después de la estancia (tan fértil y tan íntima, tan inolvidable) neoyorkina. De todos modos, esperaré hasta finales de este mes para hablar con Javier Pradera, y a que me diga qué coño pasa con el libro.

Te envío el poema -del que tanto te hablé- acerca del cuerpo. No sé. Quizá la sombra de la muerte de mi hermana sea demasiado intensa y destruya el tema "cavernario". Quiero saber tu opinión. Espero, como siempre, verte pronto. Pero, "farewell to drink". (No te preocupes). Me sorprende el tono, por decirlo así, de mi espíritu ahora, en el sentido de un ansia de creación continua. (Aparte de mi interpretación de New York, otro tema acerca de la religiosidad contemporánea, la amistad, ese pájaro que estoy viendo ahora, etc., etc.). Por ello, estoy como muy feliz, a pesar de las circunstancias madrileñas, que tú tan bien conoces. Bueno, querido Philip. Contigo tienes, como siempre, mi abrazo más entrañable.
Claudio
Recuerdos para todos. (Ana, Pamela...).

Claudio