Image: Viceversa, a la caza del joven lector

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Letras

Viceversa, a la caza del joven lector

La editorial fundada por la hermanas Altarriba seduce con libros cargados de acción a las nuevas generaciones

11 agosto, 2010 02:00

Monserrat Altarriba, directora de Viceversa, y el cartel del premio literario organizado por la editorial.

Dicen que hay vocaciones que se heredan, que se traspasan de padres a hijos porque se gestan en ese caldo de cultivo que es el ámbito familiar. En el caso que nos ocupa, las hermanas Altarriba llevan el gen de la letra impresa grabado en su ADN. Y es que Montserrat y Mónica son hijas de Roberto Altarriba, fundador de RBA junto a Ricardo Rodrigo y Carmen Balcells, y más tarde creador también de Ediciones Altaya. Después de trabajar durante años en distintas empresas del sector editorial, ambas deciden en 2008 crear su propio sello, que se hará realidad en mayo 2009 con la aparición de Eon, el despertar del Ojo de Dragón, su primer título, novela fantástica y de aventuras escrita por la australiana Alison Goodman.

Editorial Viceversa, que así es cómo se llama esta jovencísima empresa en alusión a su eslogan "buscamos un autor para cada lector y viceversa", lleva ya 38 libros en este su primer año, y su intención es llegar a los cincuenta títulos anuales. Con un catálogo edificado sobre la premisa de satisfacer a los lectores y "colmar sus intereses y a la vez ofrecerles productos que les apetezca tener, disfrutar, mostrar, compartir y regalar", según palabras de Montserrat Altarriba, directora general, los títulos de Viceversa se dividen entre la línea de Ficción y la de No Ficción. La primera consta de cinco colecciones (Novela, Novela Histórica, Thriller, Negra y Juvenil) y la No Ficción de cuatro (Ayer y Hoy, Retos, Singular y Negocio), y en todas ellas aparecen publicadas obras de autores extranjeros (Natasha Solomons, Adriana Trigiani, Gillian Flynn) y nacionales (Pancracio Celdrán, Carlos Andreu o Bru Rovira). De modo que, con un criterio versátil y flexible, bajo el sello Viceversa pueden encontrarse desde biografías hasta libros de autoayuda del sector empresa o novela policíaca.

Pero su fuerte es, sin duda, la novela juvenil. "La franja más lectora -continúa Altarriba- es la que oscila entre los ocho y los trece años de edad. A partir de ese momento a los jóvenes se les abren muchos frentes: los amigos, el deporte, la música, los videojuegos, la televisión... Los que eran buenos lectores dejan de serlo y los que nunca han cogido un libro ni se cuestionan esa posibilidad. Nuestro objetivo es que los que han tenido esa afición en su infancia y primera adolescencia no la dejen de lado, y los que nunca han leído se aficionen a hacerlo porque encuentren libros atractivos. Y ese es el nudo gordiano de nuestra empresa. El consumo actual está muy centrado en el ocio, y ofrece un abanico de posibilidades amplísimo. A esto hay que añadirle que el ocio juvenil se ha multiplicado por mucho en los últimos años, pero hemos comprobado que cuando se les ofrecen buenos libros los jóvenes leen. Y en eso estamos."

El Premio As de Picas es otra iniciativa de la editorial para despertar conciencias y talentos juveniles. En colaboración con PlayStation, Viceversa organiza esta convocatoria (2010 será ya la segunda edición del premio, con una primera convocatoria en 2009 ganada por Rafael Ábalos por Poliedrum) con el objetivo de "buscar un escritor que sepa poner la emoción en acción" entre autores de cualquier edad que escriban literatura juvenil. El jurado de este año estará presidido por la cantante y compositora Lourdes Hernández, del grupo musical Russian Red, y formado por miembros de Editorial Viceversa, la compañía PlayStation, la fundación Ámbito Cultural El Corte Inglés, la Escola Joso y dos jóvenes elegidos mediante pruebas. Todos ellos deliberarán sobre la novela ganadora de este premio, que se fallará en octubre, y cuyo autor se llevará 30.000 euros por una novela original e inédita, que se publicará en Viceversa.

En cuanto a la pócima secreta para que una novela pegue entre los jóvenes, "ha de tener un ritmo intenso y sostenido, que no decaiga, y no ha de abusar de las descripciones que deben ser pocas y breves. El lector joven quiere que pasen muchas cosas y que entre las páginas haya de todo", concluye Altarriba.